Año 8, número 356.
Luis-Fernando Valdés
Antes de la caída
del Muro de Berlín (1989), la Rusia comunista tenía como principio
constitucional el ateísmo, y combatía cualquier religión especialmente el
cristianismo. Sin embargo, hoy día, la Rusia de Putin reconoce la libertad
religiosa. ¿Qué ha pasado?
La antigua Unión
de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) se estableció bajo los principios
ideológicos de Karl Marx que afirmaba que la religión era el “opio del Pueblo”,
porque impedía la lucha de clases y así no podía haber una revolución de los
proletarios.
El Patriarca Kirill y el Presidente Putin |
Por esta razón,
desde la Revolución bolchevique, en octubre de 1917, la URSS combatió duramente
la religión, encarcelando y/o ejecutando a miles y miles de fieles, confiscando
las propiedades de las Iglesias y prohibiendo la enseñanza religiosa, entre
otras medidas.
Cuando el
comunismo fracaso y se desbarató la Unión Soviética, el nuevo Gobierno ruso se
fue abriendo poco a poco hacia el reconocimiento de las libertades
fundamentales del ser humano, que incluyen la libertad de conciencia y la
religiosa.
Hay unos hechos
que llaman la atención, porque implican el paso de un régimen totalitario y
ateo hacia un sistema de derechos humanos… ¡en tan solo 22 años! El primero de
esos eventos fue la devolución, por parte del Premier Vladimir Putin, en enero
de 2009, de muchos edificios, templos y piezas de arte religioso que habían
sido confiscados a la Iglesia ortodoxa, durante la dictadura del régimen
soviético. [Noticia]
Un capellán militar ruso. |
En ese mismo año,
el Presidente Medvedev ordenó la atención religiosa a los militares rusos, que
se efectuaría mediante una estructura eclesiástica. Y en julio del 2011, el
responsable de Asuntos Religiosos de las Fuerzas Armadas, Boris Lukichev, anunció
que antes del final de ese año el antiguo Ejército Rojo volvería a contar con
una de sus instituciones más antiguas y veneradas, la de los capellanes
militares. [Noticia]
Quizá el
acontecimiento más significativo es la reciente apertura a la enseñanza
religiosa. A partir de septiembre de este 2012, el país que durante 70 años
exportó comunismo y ateísmo institucionalizará la clase de religión obligatoria
en todas sus escuelas.
Durante 2010 y
2011, este tipo de enseñanza se probó de forma experimental. En las clases de
religión, el Ministerio ruso de Educación permite elegir entre 6 opciones:
Ortodoxia, Judaísmo, Budismo, Islam, “Fundamentos de la Cultura Religiosa” y “Fundamentos
de la Ética Pública” (una alternativa no-religiosa a la asignatura). [Noticia]
¿Cuál es la
explicación de este cambio tan profundo y radical en Rusia? La clave de la
respuesta radica en no interpretar estos hechos desde la dialéctica
Iglesia-Estado, como si durante 70 años el Estado hubiera dominado y ahora la
Iglesia tomara el poder. Esto no es así, pues la apertura rusa es hacia cualquier
religión.
El enfoque
correcto consiste en reconocer que la religión es un derecho humano, aunque
este reconocimiento por parte del Estado se haga por motivos pragmáticos, como
motivar al ejército o a los jóvenes.
Al contemplar la
apertura religiosa de la ex-nación comunista, es imposible no pensar en el
debate suscitado en nuestro País, con motivo de la modificación del Art. 24
constitucional. El discurso de los que se oponen se estancó en un paradigma anterior,
pues temen que la Iglesia domine al Estado si se imparte educación religiosa en
las escuelas. Ojalá que el ejemplo ruso nos enseñe la gran lección: la libertad
religiosa es un derecho humano, no una victoria de la Iglesia, ni tampoco una
derrota del Estado laico.
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