sábado, 25 de mayo de 2013

Las autocríticas del Papa


Año 9, número 419
Luis-Fernando Valdés

El Papa argentino ha iniciado una revolución silenciosa. Primero con sus gestos de cercanía hacia la gente, y luego con su valiente denuncia de los problemas al interior de la Iglesia. ¿Por qué fustiga Francisco a quienes pretenden una Iglesia “autorreferencial”? ¿A quién se refiere?

El Papa durante la Misa de Pentecostés, en la
que pidió evitar una Iglesia "autorreferencial".
Desde los días previos al Cónclave que lo eligió como Sucesor de Pedro, el Card. Bergoglio habló con mucha fuerza del peligro de una Iglesia “autorreferencial”, que no se abre hacia las “periferias existenciales”, es decir, hacia los problemas reales del mundo actual. [Ver: Hacia las “periferias”]

Una vez elegido Pontífice de la Iglesia, Francisco ha insistido en la apertura de la Iglesia. En una carta a los obispos de Argentina (16 mayo 2013), el Papa advirtió que “la enfermedad típica de la Iglesia encerrada es la autorreferencial; mirarse a sí misma, estar encorvada sobre sí misma (…). Es una especie de narcisismo que nos conduce a la mundanidad espiritual y al clericalismo sofisticado, y luego nos impide experimentar ‘la dulce y confortadora alegría de evangelizar’.”

El peligro que el Papa observa consiste, por una parte, en que los clérigos centren su vida en “hacer carrera” dentro de la Iglesia, en lugar de hablar de Cristo, de ir a ayudar a los que sufren y de buscar a los que no creen en Cristo.

En la citada carta, el Santo Padre le deseo a los obispos “que el Señor nos libre de maquillar nuestro episcopado con los oropeles de la mundanidad, del dinero y del ‘clericalismo de mercado’.”

Y en días pasado, en una reunión reciente con los obispos de Italia, les pidió que reduzcan elevado número de diócesis en ese país, pues suman 226 (Rome Reports, 24.V.2013). El objetivo que busca el Papa Bergoglio es evitar el “carrierismo”, es decir, que haya sacerdotes que estén más pendientes de obtener un cargo en la Iglesia que de evangelizar y servir a los demás.

Pero el Vicario de Cristo no sólo tiene en mente a los clérigos, cuando habla de una Iglesia “autorreferencial”. También se refiere a los católicos comunes y corrientes. Durante la Misa de canonización de la santa mexicana, la Madre Lupita (1878-1963), afirmó: “¡Cuanto daño hace la vida cómoda!, ¡cuanto daño hace el aburguesamiento del corazón!” (ABC.es, 17.V.2013).

Y añadió: “Esta nueva santa mexicana nos invita a amar como Jesús nos ha amado y esto conlleva no encerrarse en uno mismo, en los propios problemas, en las propias ideas, en los propios intereses, sino salir e ir al encuentro de quienes tiene necesidad de atención, compresión y ayuda”.

En la reciente Misa de Pentecostés, el Pontífice volvió a advertir del riesgo de “en nuestros particularismos, en nuestros exclusivismos” pues “provocamos la división”. Habló “del peligro de una Iglesia gnóstica y de una Iglesia autorreferencial, cerrada en su recinto”, en contraste con el “abrir las puertas para salir, para anunciar y dar testimonio … del encuentro con Cristo” (Homilía, 19.V.2013).

Además, el Santo Padre denunció otra trampa: “los caminos paralelos a la Iglesia son peligrosos”. Y remarcó que “cuando se aventura a ir más allá de la doctrina y de la Comunidad eclesial, y no se permanece en ellas, no se está unido al Dios de Jesucristo”.

El Papa Francisco ha mostrado que desea sanar el interior de la Iglesia, de un “cáncer” que no se reduce a los pederastas, sino que también incluye a los clérigos y los fieles que no se esfuerzan por seguir a Cristo, que no luchan por abrirse a los demás, que no dan buen ejemplo. El “enemigo en casa” pues son los creyentes incoherentes.

domingo, 19 de mayo de 2013

La “dictadura de la economía”


Año 9, número 418
Luis-Fernando Valdés

El entonces Card. Bergoglio viajaba en
el "Subte" (el metro de Buenos Aires),
como solidaridad con los pobres.
El Santo Padre se erigió como defensor de los afectados por la crisis económica mundial. Ante un grupo de diplomáticos, abogó por una economía anclada en la ética, defendió a los pobres y afirmó que “el dinero no debe gobernar”. ¿Será Francisco un Papa de izquierdas?

El pasado jueves 16 de mayo, durante la audiencia de bienvenida a los nuevos embajadores de Kirguistán, Antigua y Barbuda, el Gran Ducado de Luxemburgo y Botswana, el Obispo de Roma pronunció un denso discurso recordando que la crisis ética se debe al rechazo de Dios, ya que la ética lleva hacia Dios, que está fuera de las categorías del mercado. (News.va, 16.V.2013)

Con una gran claridad, el Papa Bergoglio animó a los expertos financieros y a los líderes gubernamentales de sus países a considerar las palabras de San Juan Crisóstomo (s. V): “No compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles sus vidas. No son nuestros los bienes que poseemos, sino suyos”.

Respecto a la crisis financiera que afecta a gran parte del mundo, Su Santidad afirmó: “Hemos creado nuevos ídolos. La adoración del antiguo becerro de oro (cf. Ex 32, 15-34) ha encontrado una imagen nueva y despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía sin rostro y sin un objetivo verdaderamente humano”.

Esta “dictadura” se puede percibir donde “los ingresos de una minoría van creciendo de manera exponencial”, mientras que “los de la mayoría van disminuyendo”. La causa de este desequilibrio “proviene de ideologías que promueven la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera, negando de este modo el derecho de control de los Estados, aun estando encargados de velar por el bien común”.

Con fuerza, el Pontífice también se refirió al consumismo, que deforma el concepto del ser humano, porque “reduce al hombre a una sola de sus necesidades: el consumo”; peor aún, “el ser humano es considerado hoy como un bien en sí que se puede utilizar y luego desechar”.

Como resultado de la “dictadura de la economía”, explicó el Papa, “se instaura una nueva tiranía invisible, a veces virtual, que impone de forma unilateral y sin remedio posible, sus leyes y sus reglas”. A todo ello se añade, “una corrupción tentacular y una evasión fiscal egoísta” de dimensiones mundiales”. Y, por eso, “el afán de poder y de poseer se ha vuelto sin límites”.

El Papa jesuita ha hablado con firmeza sobre los abusos de la economía de mercado actual y de sus estragos en los más pobres. Sin embargo, el Papa Francisco no es un portavoz de las ideologías de izquierda, tampoco un teólogo de la liberación.

En cambio, el Pontífice es un defensor de la dignidad del ser humano, que se ve atropellada por un capitalismo salvaje. Las denuncias del Santo Padre siguen más bien la misma línea de su antecesor, por lo que, en realidad, Francisco es un nuevo Benedicto.

En efecto, la denuncia del argentino sobre la “dictadura de la economía”, recuerda la batalla de Benedicto XVI contra la “dictadura del relativismo”. El Papa emérito ya había advertido de los abusos de la economía, mediante un planteamiento académico en la encíclica “Caritas in veritate” (29 junio 2009), y Francisco lo hace ahora con un lenguaje directo, asequible al gran público, resultado de su experiencia pastoral en los barrios marginados de Buenos Aires.

Ambos pontífices han sido valientes para hablar con claridad de los problemas estructurales de nuestra cultura occidental, que atropellan al ser humano. Dos estilos, un mismo mensaje, una misma denuncia.

domingo, 12 de mayo de 2013

Papa Francisco y la persecución en Egipto


Año 9, número 417
Luis-Fernando Valdés

Los fieles cristianos que viven en Egipto sufren una dura persecución –poco conocida en Occidente– por ser una minoría religiosa, dentro de un país musulmán. Esta violencia se incrementó con motivo de la “Primavera árabe”. ¿Qué hace el Papa para defenderlos?

Como es sabido los cristianos llegaron a Alejandría, en el antiguo Egipto, desde el mismo siglo I. La fundación de esta comunidad cristiana se atribuye al Apóstol San Marcos. Esta Iglesia cristiana de lengua egipcia se conoce como “Iglesia copta”.

En el siglo V, el Patriarca de Alejandría se separó de Roma, por motivos doctrinales y también políticos, dando lugar a la “Iglesia Copta Ortodoxa”. Y, en el siglo VII, Egipto fue invadido por los musulmanes, que rápidamente impusieron la lengua árabe y convirtieron las iglesias en mezquitas, de manera que, en pocas décadas, la mayor parte de la población era ya islámica.

Los cristianos actualmente suman aproximadamente el 10 por ciento de la población egipcia. Los coptos se quejan que, desde que Hosni Mubarak fue derrocado en el 2011, la discriminación y los ataques contra ellos han ido en aumento, especialmente con la llegada al poder de la “Hermandad Musulmana”.

Después de siglos de división entre cristianos coptos y católicos, hace 40 años el Patriarca Shenouda III se reunió con Pablo VI, en Roma. En aquella ocasión, el Romano Pontífice y el “Papa copto” firmaron un acuerdo y una declaración cristológica conjunta e iniciaron el diálogo ecuménico bilateral entre las dos Iglesias. Por su parte, Juan Pablo II en febrero del año 2000 visitó a Shenouda III, en El Cairo.
El Papa Francisco se coloca el obsequio
que el "Papa Copto", Teodoro II,
le entregó como signo de fraternidad

El pasado viernes, 10 de mayo, Francisco, de 76 años, y Teodoro II, de 60, que fue elegido Patriarca copto el 18 de noviembre del año pasado, tras la muerte de Shenuda III, mantuvieron un coloquio a solas y rezaron juntos.

Desde la elección de Teodoro II como nuevo patriarca copto ortodoxo, se ha producido un acercamiento cada vez mayor entre las comunidades cristianas en Egipto, que ha llevado a la institución de un “Consejo de Iglesias cristianas en Egipto”, que agrupa a coptos y católicos.

Ambas Iglesias trabajan juntas en Oriente Medio y en Occidente para promover y propagar la paz en todo el mundo e impulsan el diálogo ecuménico entre las dos Iglesias para alcanzar la anhelada unidad.

El llamado “Papa de los árabes” propuso a Francisco establecer que el 10 de mayo se celebre cada año, como la fiesta del amor fraterno entre ambas Iglesias y se repita este encuentro fraterno entre los dos Pontífices.

Teodoro II además ha apoyado al Patriarca copto católico Ibrahim Isaac Sidrak y a su Predecesor, el Cardenal Antonios Naguib. Y, por su parte, el Papa Francisco hizo unas declaraciones bastante importantes, que reconocen el valor del sufrimiento conjunto ambas Iglesias debido a la persecución religiosa (News.va, 10.mayo.2013).

Ambos líderes religiosos han manifestado claramente el deseo de volver a la unidad, y con sinceridad han reconocido mutuamente los esfuerzos de ambas Iglesias para ayudarse entre sí. Ésta es una gran noticia: los cristianos en Egipto tienen así un reconocimiento internacional y un apoyo fuerte desde Occidente.

Como bien se sabe, las minorías religiosas son perturbadas mientras permanece en silencio su persecución. Por eso, estos grupos valoran mucho el reconocimiento internacional, pues éste ejerce una presión defensiva ante los gobiernos represivos. Este reconocimiento es la ayuda –no pequeña– del Papa Francisco, y constituye un auxilio grande para los cristianos perseguidos en Egipto.

domingo, 5 de mayo de 2013

¿Dos Papas en el Vaticano?


Año 9, número 416
Luis-Fernando Valdés

Volvió Benedicto XVI al Vaticano, para residir ahí definitivamente. Su llegada suscita interrogantes: ¿quién guiará realmente a la Iglesia? ¿Es cierto que uno de ellos dos será el anti-papa?

Francisco recibe a Benedicto en la puerta de
su nueva y definitiva residencia.
Atención a las insignias: sólo Francisco usa
muceta en los hombros y faja,
pues sólo él es el único Papa reinante.
El pasado jueves 2 de mayo, el Papa emérito regresó en helicóptero de Castelgandolfo, donde residió un par de meses desde su renuncia efectuada el 28 de febrero. Ahora vivirá en el convento “Mater Ecclesiae”, en compañía de su secretario Mons. Georg Gäenswein y cuatro mujeres del servicio doméstico.

Benedicto XVI fue recibido en la puerta del monasterio por el Papa Francisco mismo. Fue un evento muy discreto y no hay disponibles tomas de televisión. Pero la nota de presa de la Santa Sede explica que el Pontífice “le ha dado la bienvenida con grande y fraterna cordialidad”, y que luego ambos se dirigieron a la capilla del convento “para un momento de oración”. (News.va, 2.mayo.2013)

La cordialidad entre Francisco y Benedicto es patente, aunque no han faltado “videntes” que insisten en que habrá un anti-papa. En términos técnicos, un “anti-papa” es quien reclama para sí el Pontificado Romano, estando aún en funciones el Pontífice reinante.

En el caso del Papa Francisco, esta situación de hecho no se ha dado. Cuando Benedicto XVI renunció al Papado, en ese momento, la Iglesia quedó sin cabeza visible, sin Papa. Y por eso se convocó a un cónclave, para elegir a quien gobernara la Iglesia. No hubo usurpación y, por tanto, tampoco hay anti-papa.

Tampoco hay dos gobiernos en la Iglesia, ni dos cabezas, ni dos Papas. Sólo Francisco es el Papa, y Benedicto ya no es Papa, sino “emérito”:  jubilado, sin funciones. Sucede lo mismo que en los países democráticos, en los hay un Presidente único, aunque aún vivan los ex-presidentes.

Para que esto quedara muy claro, Benedicto XVI antes de renunciar tomó unas medidas para remarcar que él ya no era el Papa reinante: estableció que se le llamará “Papa emérito” o “Pontífice emérito”, renunció a dos prendas de su vestimenta blanca, que son la muceta y la faja, las cuales sólo puede portar el Pontífice en funciones, en este caso, Francisco.

¿Benedicto, poder tras el trono? ¿Francisco, anti-papa? Son dos clichés que intentan “mostrar” a dos personajes en conflicto, pero esto nada tienen que ver con la realidad. La verdad es que el afecto que ambos se tienen ha quedado patente.

Se cuenta que tan pronto como el card. Bergoglio fue elegido, éste pidió un teléfono para saludar a Benedicto XVI, desde la Sala de Lágrimas, mientras le ajustaban la sotana blanca. Y fue inolvidable la visita de Francisco al Papa emérito en Castelgandolfo, donde rezaron y comieron juntos.

La Sala de prensa vaticana ratificó el deseo del Pontífice emérito de dedicarse a la oración, en una vida de retiro en el monasterio “Mater Ecclesiae”. Quienes conocen la personalidad de Benedicto XVI saben bien que no pretende ni desea intervenir en el gobierno de la Iglesia, y que cumplirá fielmente la promesa que, en su momento expresó, de sujetarse fielmente al nuevo Sucesor de Pedro.

Por su parte, el Papa Francisco seguirá viviendo en la “Domus Sanctae Marthae”, que está prácticamente al lado del convento. Por eso, es posible que el Papa Francisco y su antecesor se lleguen a encontrar con frecuencia en los jardines vaticanos, donde ambos suelen pasear.

También es factible que el Papa visite a Benedicto XVI con cierta frecuencia, como detalle de fraternidad, y quizá también –¿por qué no?– para intercambiar puntos de vista. Serán el Papa argentino y su amigo alemán.