sábado, 28 de diciembre de 2013

2013: auge de la religión en los medios

Año 9, número 451
Luis-Fernando Valdés

Termina un año en el que las noticias religiosas estuvieron muy presentes en los medios. La Iglesia estuvo en primera plana, pero ahora con un enfoque muy favorable. ¿Fue sólo el “efecto Francisco”, o hay algo más?

El 2013 inició con una noticia totalmente inusitada. Benedicto XVI anunció su renuncia el 11 de febrero, durante el tradicional Consistorio de Cardenales. El 28 de febrero, el Papa Ratzinger hizo efectiva su dimisión y se fue a vivir a Castelgandolfo.

Fueron inolvidables las continuas manifestaciones de apoyo de la gente. Los medios transmitieron las últimas apariciones públicas del Pontífice, eventos en los que los fieles llenaron siempre la plaza de San Pedro.

Durante el tiempo de Sede vacante, los periodista también cubrieron las reuniones de Cardenales previas al Cónclave, y no faltaron los análisis sobre las posibles causas de la renuncia de Benedicto XVI, haciendo más hincapié en las posibles intrigas vaticanas que en la mala salud del Papa.

El 13 de marzo, al segundo día del Cónclave, salió la “fumata” blanca. Desde el balcón de la basílica de San Pedro se escuchó el “Habemus Papam!” E inmediatamente vino la noticia más increíble del año: fue elegido el primer Papa latinoamericano, el primer Papa jesuita, el primero en llamarse Francisco.

El “efecto Francisco” fue instantáneo: la cercanía que manifestó el nuevo Pontífice hacia Benedicto XVI, sus gestos de austeridad, lavar los pies a unos jóvenes reclusos, saludar con detenimiento a los peregrinos en la Plaza de San Pedro fueron hechos que rápidamente se ganaron el afecto de la opinión pública.

Desde entonces, todos los gestos y declaraciones del Papa Bergoglio han sido bien recibidos por los medios. Y así ocurrió un fenómeno interesante: Francisco ha seguido la misma línea que Benedicto en lo referente a la reforma del Banco Vaticano y a la disciplina sobre los clérigos pedófilos… pero sólo el Papa argentino ha sido alabado por los periodistas, mientras que los medidas que tomó el Pontífice alemán tuvieron poca resonancia mediática.

Otra novedad del nuevo Papa han sido las frecuentes entrevistas que ha concedido a los periodistas: al director del diario laico “La Repubblica” de Italia, a la revista católica de los jesuitas “La Civiltà Cattolica”, la conferencia de prensa en el vuelo a Brasil, y la entrevista al vaticanista Andrea Tornielli antes de la Navidad.

En todas ellas, se manifestó espontáneo y muy comprensivo con los divorciados y con los homosexuales. El eco en los medios fue muy grande. No faltaron quienes anunciaron un cambio en la doctrina católica. Pero en la Exhortación “Evangelii Gaudium” (24 noviembre), Francisco dejó muy claro que su postura sobre esos temas idéntica a la de todos los Papas.

El viaje de Francisco a Río de Janeiro para la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, a finales de julio, fue la apoteosis del nuevo Papa. En el último evento, Bergoglio reunió a más de tres millones de jóvenes. Además el Pontífice tiene ya 11 millones de seguidores en Twitter.

Por todo esto, el Santo Padre fue nombre “hombre del año” por la revista “Time” (EUA), “Le Monde” (Francia), la revista gay “Advocate” (EUA) y la edición italiana de “Vanity Fair”.

El estilo abierto del Papa Francisco le ha dado una bocanada de oxígeno a los fieles católicos, pues el Pontífice explica la fe de una manera cercana a la gente. Y ahí encontramos la causa profunda de este fenómeno de medios: la gente de hoy está necesitada de esperanza, y la ha encontrado en este Papa, que con sus gestos les ha hecho presente a Cristo, al Dios-hombre lleno de comprensión y misericordia.

domingo, 22 de diciembre de 2013

¿Aún tiene sentido la Navidad?

Año 9, número 450 !!!
Luis-Fernando Valdés

Primera Navidad del Papa Francisco. ¿Qué piensa de ella el Santo Padre? ¿Le encuentra un sentido a la Navidad? El Pontífice lo declaró recientemente: cree en la cercanía y la ternura de Dios.

Recientemente, el prestigiado vaticanista Andrea Tornelli tuvo un coloquio con el Papa, en el que le pregunta sobre la Navidad, junto otros temas como el hambre en el mundo y el sufrimiento de los niños (15 diciembre 2013). [Entrevista completa]

El periodista italiano primero le preguntó al Sucesor de Pedro sobre qué representa la Navidad para el Pontífice, y luego lo cuestionó sobre qué le dice esta celebración al hombre de hoy. Francisco respondió que esta fiesta significa para él “contemplar a Dios que visita a su Pueblo”.

Para el Papa, la Navidad “es el encuentro con Jesús”. Explicó que “Dios siempre ha buscado a su Pueblo, lo ha guiado, lo ha cuidado, ha prometido estar siempre cerca de él”. Por eso, esta festividad “es el encuentro de Dios con su Pueblo”, y es también “una consolación, un misterio de consuelo”.

Francisco le hizo una confidencia personal a Tornielli. Le contó que muchas veces después de la Misa de gallo, ha pasado horas solo, en la capilla, y que ahí ha experimentado un “sentimiento de profundo consuelo y de paz”.

Luego el vaticanista hizo una pregunta importante: ¿qué le dice la Navidad al hombre contemporáneo? La cuestión es importante, si tenemos en cuenta que hoy mismo la descristianización de Occidente es grande, de modo que esta fecha para muchas personas ya no tiene un significado religioso.

El Santo Padre apuntó al corazón del problema, pues respondió que la Navidad le ofrece al ser humano llenarle dos necesidades vitales, existenciales, como lo son la esperanza (una visión de futuro) y la ternura (el afecto presente).

En efecto, Francisco contestó que la Navidad “nos habla de ternura y de esperanza”. El Nacimiento de Jesús, Dios hecho hombre, “nos dice dos cosas”. “La primera es: tengan esperanza”. “La segunda: no tenga miedo a la ternura”.

Y explicó que ambos aspectos son claves para la reforma espiritual de la Iglesia Católica: “cuando los cristianos se olvidan de la esperanza y de la ternura, se convierten en una Iglesia fría, que no sabe adónde ir y pone sus riendas en [manos de] las ideologías, en los comportamientos mundanos”.

El Santo Padre explica que no se trata de un mero sentimiento emotivo, sino que es un reflejo de la actitud de Dios hacia los humanos: “La sencillez de Dios te dice: sigue adelante, yo soy un Padre que te acaricia”.

Y añade: “tengo miedo cuando los cristianos pierden la esperanza y la capacidad de abrazar y acariciar”; es decir, cuando no entienden la cercanía de Dios y, por eso, no la pueden reflejar: no son capaces de mostrar a los demás el amor de Dios.

Si observamos con atención, el mensaje de Navidad del Papa no son sólo sus palabras sobre la esperanza y la ternura. Más bien, el mismo Francisco es el mensaje viviente: él es Pontífice de la ternura, del cariño a los enfermos y a los pobres.

En él vemos que sí es posible imitar a Cristo y, por eso, él mismo se ha convertido en motivo de esperanza. En sus gestos de ternura observamos que así debe ser la cercanía de Dios hacia nosotros.

Hoy la esperanza en Cristo tiene un rostro: es el Papa Francisco, que ha sido capaz de traducir la ternura de Dios en cercanía con la gente, creyente o no, sanos y enfermos, con los migrantes y marginados. Éste es el mensaje de esperanza y el mejor regalo de Navidad. ¡Felices fiestas!


sábado, 14 de diciembre de 2013

Francisco, el hombre del año

Año 9, número 449
Luis-Fernando Valdés

Aún no cumple ni un año como Papa, y Francisco ya fue nominado el “hombre del año” por la revista “Time”. ¿Por qué fue elegido Jorge Bergoglio? La respuesta de la Editora pone de manifiesto la nueva percepción de la Iglesia en los medios.

Portada por Jason Seiler.

Desde 1927, la revista estadounidense “Time” edita un suplemento anual que destaca la vida y obra de un hombre, mujer, pareja, grupo, idea, lugar o máquina que “para bien o para mal... más hayan hecho para influir en los eventos del año”. [Nota]

Por tercera vez, el semanario eligió a un Romano Pontífice. Primero a Juan XXIII (nominado en 1962) y luego a Juan Pablo II (en 1994). Este año, Papa Francisco fue galardonado “por haber trasladado el pontificado del palacio a las calles, comprometer a la mayor religión del mundo a enfrentar sus necesidades más profundas y equilibrar el juicio con la misericordia”.

Las razones aducidas por la Editora de Time, Nancy Gibbs, destacan que Francisco no es un revolucionario ni un conservador, sino que “centrado en la compasión, el líder de la Iglesia Católica se ha convertido en una nueva voz de la conciencia”.

Gibbs explica que el Papa “en menos de un año, ha hecho algo extraordinario: no ha cambiado las palabras, sino la música”. Por ejemplo, “Francisco ratifica las enseñanzas tradicionales sobre la sexualidad y a la vez advierte que distraen a la Iglesia”, pues el Papa busca que los católicos se enfoquen más en Jesucristo y su Misericordia.

La periodista destaca que los gestos de cercanía a la gente “no hacen de él un liberal”, porque el Santo Padre afirma que no están a debate la ordenación de mujeres, el aborto o la definición del matrimonio. Y, a la vez, Francisco denuncia con firmeza la pobreza causada por el capitalismo.

Esta voz proveniente de un medio comunicación no confesional resulta muy importante, porque presenta una interpretación de la actuación del Papa muy pegada en la reacción de la gente, que supera los enfoques de “conservador” o “liberal” usados por los sociólogos de la religión.

En efecto, Nancy Gibbs explica que “hoy, liberales y conservadores enfrentan por igual una elección cuando escuchan a una nueva voz de la conciencia: qué es más importante, ¿que este líder carismático dice cosas que ellos creen que es necesario decir o que también dice otras que preferirían no escuchar?” [N. Gibbs, “El Elegido”]

Es decir, el Santo Padre sigue una ruta distinta que ni los conservadores ni los liberales alcanzan a comprender: los continuos gestos de austeridad personal, revelar las finanzas vaticanas, llamar por teléfono a desconocidos en apuros, todo esto “está haciendo más que convertirse en un ejemplo de compasión y transparencia”.

La Editora Gibbs destaca que “este enfoque en la compasión … ha hecho de Francisco una especie de estrella de rock”: juntó a 3 millones de personas en Río de Janeiro, llegan multitudes a la Plaza de San Pedro, “Francesco” es el nombre masculino más popular entre los bebés en Italia.

Y esta popularidad, según el Time, ha tenido un “efecto Francisco” en los católicos no practicantes que han regresado a misa y han vuelto a confesarse. “Pero la fascinación con Francisco, incluso más allá del círculo católico, le brinda una oportunidad que nunca tuvo su antecesor, Benedicto XVI: magnificar el mensaje de la Iglesia y su poder para hacer el bien”.

Esta nominación supera las etiquetas de liberal o conservador. Francisco no ha cambiado la fe, sino que la acercado a todas las personas. La clave de lectura de su pontificado es la unión de verdad y misericordia, como lo hizo Jesucristo.

domingo, 8 de diciembre de 2013

¿Recobrará confianza el Vaticano?

Año 9, número 448
Luis-Fernando Valdés

Se reunió el Papa Francisco con el Consejo de Cardenales, el llamado “G-8 vaticano”. Aunque anunciaron que la reforma de la Curia romana llevará mucho tiempo, el Santo Padre sorprendió al mundo con la formación de una comisión contra la pederastia. ¿Será suficiente para frenar la crisis de credibilidad de la Iglesia?
El Papa Francisco con el llamado
"G-8 vaticano".

El Papa Francisco aprobó la creación de una Comisión vaticana para la protección de la infancia. Busca así reforzar el empeño de la Santa Sede en la protección de los niños y la atención pastoral a las víctimas de los abusos.

Esta iniciativa fue propuesta al iniciar la segunda reunión del Consejo de Cardenales, y casi de inmediato fue aprobada por el Santo Padre. Dos horas después el vocero de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, y el cardenal Sean Patrick O’Malley la dieron a conocer a la opinión pública. [video]

Este mismo Cardenal explicó que esta Comisión tiene como misión informar sobre el estado actual de los programas para la protección de la infancia y hacer propuestas de nuevas iniciativas por parte de la Curia en colaboración con los obispos, las conferencias episcopales y las conferencias de superiores religiosos.

Para implementar las propuestas, esta Comisión puede proponer personas con experiencia en la seguridad de la infancia, en el trato con las víctimas, así como en la aplicación de las leyes. Y resulta una gran novedad y un gran avance que esos expertos puedan ser no sólo sacerdotes sino también laicos o religiosos o religiosas.

Mons. O’Malley afirmó que: “continuando con decisión la línea emprendida por el Papa Benedicto XVI y acogiendo una propuesta presentada por el Consejo de Cardenales el Santo Padre ha decidido constituir una comisión específica para la protección de los menores, con el fin de aconsejar al Papa Francisco sobre el compromiso de la Santa Sede en la protección de los menores y en la atención pastoral a las víctimas de los abusos.”

Después, el Cardenal, mencionó algunas líneas de acción de la futura comisión. Entre otras: establecer directrices, desarrollar normas para la protección de los menores y del maltrato infantil, y programas de formación para los niños, los padres, y todos los que trabajan con los menores de edad, así como de los catequistas y los sacerdotes.

También se prevén protocolos para la seguridad del entorno, códigos de conducta, certificación de idoneidad para el ministerio sacerdotal, detección y verificación de antecedentes penales; estado de las solicitudes de evaluación psiquiátrica; cooperación con las autoridades civiles, denuncia de los delitos, respeto de las leyes civiles; y un largo etcétera. [Noticia]

Pero la pregunta sigue en pie: ¿podrá esta medida disciplinar frenar la crisis de credibilidad de la Iglesia en los países occidentales? Seguramente sí, aunque no a corto plazo. El daño hecho a las víctimas no desaparece por un decreto, pero posiblemente les ayudará saber que su sufrimiento sí está siendo tomado en cuenta, y que se están poniendo los medios para que nadie vuelva a pasar por el mismo tormento que ellos.

Además, se puede recuperar la confianza en una institución que ha reconocido esta conducta indignísima de algunos de sus ministros, que ha establecido leyes muy severas para los agresores y que ahora da un paso más, buscando la ayuda a las víctimas y vigilando más a los candidatos al sacerdocio. Pero no olvidemos que esta confianza en la Iglesia no es un fin, sino un medio para que el Evangelio sea difundido y llene de amor de Dios y de solidaridad a todos los hombres.


domingo, 1 de diciembre de 2013

El plan maestro de Bergoglio


Año 9, número 447
Luis-Fernando Valdés
 
La Exhortación Apostólica "Evangelii Gaudium"
contiene el programa pastoral del Papa Francisco.
El Papa acaba de publicar la obra programática de su Pontificado, que ha sido recibida muy bien recibida. Pero, ¿qué novedades contiene el texto de Francisco? ¿Reformará o no el papado y a la Iglesia?

Con motivo de la clausura del Año de la Fe (24 noviembre), el Santo Padre publicó la Exhortación Apostólica “Evangelii Gaudium” (‘La alegría del Evangelio’), cuyo contenido “tiene un sentido programático” del nuevo Pontificado (n. 25).

Sobre este rico documento se pueden comentar muchos aspectos. Veamos los más generales. En primer lugar, esta Exhortación muestra la autenticidad del pensamiento de Francisco. En ella encontramos frases llenas de sentido, que él ya usaba desde su época de Cardenal en Buenos Aires y que sigue empleando en sus homilías diarias.

Por ejemplo, la expresión: Dios “primerea”, que equivale a decir “que el Señor tomó la iniciativa”, pues ha amado primero a sus discípulos. Es simpático que en el documento el Papa pide disculpas por utilizar este neologismo (cfr. n. 24).

O esta otra frase: que los obispos y sacerdotes deben ser pastores “con olor a oveja”, es decir, guías espirituales que están en contacto con los problemas de la gente, que tocan “la carne sufriente de Cristo en el pueblo” (cfr. n. 24).

Un elemento clave del documento es que Francisco pone como punto de partida la alegría del encuentro con Cristo. Y, desde la Escritura, muestra ejemplos vivos del gozo de quienes dejan entrar a Dios en sus vidas (cfr. nn. 2-8). Así, el Pontífice muestra que el cristianismo es ante todo una afirmación alegre y no un mero código de preceptos negativos.

Otro punto central es que el Papa latinoamericano propone a toda la Iglesia que es hora de que los fieles salgan a buscar a los que no frecuentan la práctica religiosa. Y lo hace con palabras que ya empleaba en Argentina: “prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades” (n. 49).

Ha llamado la atención en los medios la claridad con la que el Papa Francisco denuncia tanto los males del mundo actual (una economía que excluye a los pobres, la idolatría del dinero, la violencia, etc.); como también los problemas de los hombres de Iglesia: el egoísmo, el “pesimismo estéril”, la “mundanidad espiritual”, etc. (cfr. nn. 52-109).

Por otra parte, el nuevo estilo del Santo Padre, su cercanía con la gente, su sencillez para decir lo que piensa, han dado oxígeno al mensaje de la Iglesia, de manera que el Papa presenta aquí la doctrina católica de siempre sobre el aborto (nn. 213-214), la homosexualidad (n. 64) y el sacerdocio sólo para varones (n. 104), sin que haya levantado protestas en los medios.

La reforma que propone el Papa Bergoglio no consiste en cambios doctrinales, sino en el  modo de ejercer el gobierno en la Iglesia, empezando por el pontificado romano (n. 32) y el de los obispos que deben estar más cercanos a la gente (nn. 30-31); y a la descentralización: que el Papa no “reemplace a los episcopados locales en el discernimiento de todas las problemáticas que se plantean en sus territorios” (n. 16).

Hay que destacar que este documento es fruto de la amplia experiencia pastoral del Papa argentino, que desde hace años ha buscado el acercamiento de la Iglesia con el mundo contemporáneo y ha ofrecido soluciones prácticas a los profundos sufrimientos sociales, y que ahora pide a la Iglesia entablar un diálogo con la sociedad multicutural y multirreligiosa.