Año 14, número 673
Luis-Fernando
Valdés
En la Pascua cristiana celebramos la Resurrección de Jesús, de la
cual María Magdalena fue el primer testigo, por eso el Papa Francisco la llamó “Apóstol
de los Apóstoles”. ¿Fue una mujer pecadora o un ignorado líder femenino en la
Iglesia primitiva? ¿Qué sabemos en realidad sobre ella?
María Magdalena, primer testigo de la Resurrección de Jesús, sigue fascinando al mundo del cine, aunque éste no siempre refleje su verdadera historia (Foto: Colombia.com) |
1. Los únicos datos
disponibles. Sobre María Magdalena no tenemos más
información que la que viene en los Evangelios. No existen otras fuentes,
aunque las novelas de Dan Brown sugieran lo contrario.
Y en la Biblia se cuentan muy pocas cosas sobre ella: a) que junto
con otras mujeres acompañaba a Jesús y que “de ella habían salido siete
demonios” (Lucas 8,2-3); b) que estuvo presente al pie de la cruz, junto con la
Madre de Jesús y otras mujeres (Mateo 27,55), y c) que fue quien descubrió, la
mañana del primer día después del sábado, el sepulcro vacío, junto al cual
permaneció llorando hasta que se le apareció Jesús resucitado (Juan 20,11).
2. Una confusión de
personajes. El Papa san Gregorio Magno (s. VIII)
escribió biografías de santos, y en el caso de María Magdalena puso como un único
personaje a tres mujeres distintas que aparecen en el Evangelio.
La primera es la Magdalena; la segunda es una mujer anónima
conocida públicamente como pecadora, que lava los pies de Jesús con sus propias
lágrimas en la casa de un tal Simón (Lc 7, 36-50); y la tercera es María de
Betania, hermana de Lázaro que también lava los pies de Cristo y los unge con
perfume (Juan 12).
De esta confusión de nuestro personaje con la pecadora pública, se
pasó a la afirmación de que la Magdalena era una prostituta. En realidad, no
hay ningún elemento para sostener esa idea.
3. La importancia de María
Magdalena. La gran verdad que funda todo el
Cristianismo es que Jesús, a los tres días de haber muerto, resucitó; pues si
Cristo no ha resucitado “vana es nuestra fe” (1 Corintios 15,14). Y este
conocimiento sólo lo tenemos por el testimonio de aquéllos a quienes Jesús
mismo se les apareció y luego lo comunicaron a los demás.
Por ser el primer testigo del resucitado, santo Tomás de Aquino le
da a María Magdalena el singular calificativo de “apóstol de los Apóstoles” (“apostolórum
apóstola”), que el Papa Francisco retomó en 2016, al elevar la memoria litúrgica
de esta santa a la categoría de fiesta.
4. La Magdalena en el
cine. Hay varias películas en las que esta santa tiene
un rol importante, como “La Pasión” de Mel Gibson (2004) y la recién estrenada “María
Magdalena” de Garth Davis (2018).
Buenas producciones, pero ambos filmes caen en el mismo error de
confundir personajes o roles. Gibson identifica a la Magdalena con la mujer que
iban a lapidar por adulterio (Juan 8), y Davis toma literal el título de “apóstol”
y le atribuye el rol que los Evangelios le dan a san Pedro y, por momentos,
también le otorga el papel de san Juan Bautista.
Epílogo. María Magdalena es una santa muy importante, porque anuncia a los
Apóstoles que Jesús está vivo de nuevo. Luego los Apóstoles también vieron y
tocaron a Cristo vivo y lo proclamaron al mundo.
Pero no tendría sentido utilizar a María Magdalena como bandera de
un feminismo en la Iglesia, que propone una igualdad de roles jerárquicos para
ambos sexos, porque la igualdad en la Iglesia proviene no de las funciones,
sino de que Cristo ha redimido por igual a varones y mujeres (Gálatas 3,28).