Luis-Fernando Valdés
Benedicto XVI
acaba de publicar su nuevo volumen de “Jesús de Nazaret”. Y para no variar, de
inmediato algunos medios internacionales destacaron las ideas que podían ser
“polémicas”: la “nueva fecha” del nacimiento de Cristo, una supernova en Belén,
un portal sin mula ni buey, un nacimiento virginal. ¿Qué escribió realmente el
Papa?
El pasado 21 de
noviembre, el Papa Ratzinger publicó el último volumen de su trilogía sobre
Jesucristo, titulado “La infancia de Jesús”. La obra, que consta de 176 páginas
y se compone de cuatro capítulos, un epílogo y una breve premisa, es en
realidad la “sala de entrada” o la “precuela” de las otras dos. [Ver presentación
oficial]
El nuevo libro es una
exégesis de los “Evangelios de la infancia” (los capítulos iniciales de Mateo y
Lucas). Su contenido presenta un interesante diálogo entre los datos revelados
presentados por la Biblia y la razón creyente; busca un equilibrio entre los
hechos sobrenaturales y su asimilación por parte de la inteligencia humana, que
busca entenderlos.
Por eso,
resultaron bastante reduccionistas algunos titulares de prensa, que destacaron
los “datos curiosos” en vez de mostrar cómo Benedicto XVI explica racionalmente
la vida de Cristo presentada por los Evangelios.
No pocos titulares
enfatizaron que el Pontífice había quitado la mula y el buey del nacimiento del
portal de Belén. Pero, en realidad, al mencionar la forma tradicional de
representar la Navidad en el cristianismo, el Papa alemán se limita a decir que
“en el Evangelio no se habla de animales”. [Por ejemplo: Excelsior.com]
Otra “noticia”
destacada: la estrella de Belén era una supernova. Resulta contrastante que el
Papa dé una explicación desde la astrofísica al episodio de los Reyes Magos.
Benedicto XVI primero cita al astrónomo Johannes Kepler, quien calculó que en
el año del nacimiento de Jesús, alrededor del 6 a. C., hubo una “conjunción de
los planetas Júpiter, Saturno y Marte” que pudo ir acompañada de una supernova.
Ésta provocó “una intensa luminosidad” en el cielo “durante semanas y meses”. [LaRazon.es]
Benedicto XVI recibe el primer ejemplar de la edición italiana de su libro "La infancia de Jesús". |
El problema es que
este tipo de encabezados opacan el mensaje espiritual del Papa. Tal fue el caso
del tema de la virginidad de María, que fue presentado como si el Papa se
negara a aceptarlo como un mito.
Con valentía, el
Santo Padre se pregunta si la concepción virginal “¿es una realidad histórica,
un suceso histórico verdadero, o por el contrario es una leyenda que, a su
manera, quiere expresar e interpretar el misterio de Jesús?”
“¿Es verdad lo que
decimos en el Credo, que Jesucristo es el hijo único de Dios, que fue concebido
por el Espíritu Santo y que nació de la Virgen María?". Y concluye: “La
respuesta, sin reservas, es sí”. [ElMundo.es]
El Pontífice admite
que esta verdad de fe es “un escándalo para el espíritu moderno”, porque “a
Dios se le permite actuar en las ideas y los pensamientos, en la esfera espiritual,
pero no en la materia. Esto nos estorba”.
Y precisamente
desde ahí Benedicto ensaya una respuesta razonable: “Pero se trata precisamente
de esto, de que Dios es Dios y no se mueve sólo en el mundo de las ideas”. Y
luego el Papa lleva la razón a su límite: “Si Dios no tiene poder también sobre
la materia, entonces no es Dios”. Es decir, no es válido aceptar que existe
Dios y luego negar que puede actuar en nuestro mundo.
Ojalá esta
brevísima reseña invite a buscar la verdadera clave de lectura del nuevo best
seller (1 millón de copias distribuidas) de Joseph Ratzinger: que la razón
puede dialogar a fondo con la fe cristiana, y encontrar que las respuestas
vitales que nos propone la Biblia son razonables.