viernes, 23 de febrero de 2018

Genocidio silencioso

Año 14, número 668
Luis-Fernando Valdés

En pleno curso de 2018, aún hay lugares de nuestro planeta en el que se vive un exterminio étnico: Sudán del Sur y la República Democrática del Congo. ¿Cómo vivir desde la distancia la solidaridad hacia las víctimas?

Los restos de un ataque a un campo de Naciones Unidas
en Malakal, Sudán del Sur, en febrero 2016.

(Foto: NYT/Getty)
1. Tragedia olvidada. Sudán del Sur fue reconocido por la ONU como nación independiente en 2011, después una larguísima guerra 1983-2005 en contra del presidente Gaafar Nimery que pretendía imponer la ley islámica (Sharia), y tras un periodo breve en el que fue parte de Sudán (2005-11).
Sin embargo, actualmente ahí se encuentran en guerra al menos siete grupos armados, que acusan al gobierno de querer permanecer indefinidamente en el poder. En la respuesta del ejercito sursudanés muchas aldeas han sido arrasadas, cientos de mujeres y niñas violadas, y un número sin determinar de civiles han sido asesinados.
El saldo han sido 2. 5 millones de muertos y dos millones de refugiados. Por eso, la misionera española Yudith Pereira residente en ese país afirma que “lo que está ocurriendo es un genocidio silencioso”. Cabe recordar que por genocidio se entiende la represión llevada a cabo por un gobierno para eliminar a una etnia, grupo religioso, etcétera de su propio país.

2. Represión gubernamental. De igual manera, la República Democrática del Congo (RDC) ha sufrido un par de guerras civiles recientes, que cobraron casi 4 millones de vidas humanas. Actualmente, hay un par de zonas de guerra al este del país, en grandes áreas controladas por paramilitares de la etnia ruandesa tutsi, que han obligado a más de 4 millones de civiles a abandonar sus hogares.
La situación actual de la RDC es crítica. En un mensaje reciente de la Conferencia Episcopal del país, los obispos protestaron por la represión del gobierno hacia la Iglesia Católica: “¿Por qué tantos muertos y heridos, tantos arrestos, secuestros, ataques a parroquias y comunidades religiosas, humillaciones, tortura, intimidaciones, profanación de iglesias, prohibición de la oración? ¿Qué crímenes han cometido estos cristianos y ciudadanos congoleños?”

3. Solidaridad desde la lejanía. Como señal de comunión y solidaridad hacia los millones de víctimas de ambos conflictos, el Papa Francisco convocó a una Jornada de oración y ayuno por la paz, celebrada el 23 de febrero y ofrecida por estos dos países. El Pontífice extendió su invitación a los fieles no católicos y no cristianos, pues Francisco confía en que las religiones pueden contribuir a la consolidación de la paz.
Hay una gran esperanza que esta convocatoria ponga de nuevo ante las cámaras de televisión a estas zonas tan injustamente castigadas por la guerra. Y junto con eso también esta Jornada ayudará para que muchas personas tengan la oportunidad de ver que la instauración de la paz requiere de una ayuda sobrenatural, a la que invocamos con la oración y el ayuno.

Epílogo. Cuando visité el Museo de la Memoria y la Tolerancia, en la Ciudad de México, que está dedicado a exponer los genocidios del s. XX, entendí que el silencio fue un factor clave que permitió que sucedieran estas tragedias.
Por eso, la Jornada de ayuno convocada por Francisco, junto con sus frutos espirituales y humanos, ha sido un modo estupendo de romper el silencio y del olvido, que impiden a la ayuda internacional detener esos genocidios. Hoy podemos ser solidarios con las víctimas, si contribuimos a que esos crímenes sean conocidos por millones de personas.


viernes, 16 de febrero de 2018

Tiroteo en EUA: ¿armas vs libertad?

Año 14, número 667
Luis-Fernando Valdés

Una vez más, un tirador abrió fuego en una escuela estadounidense. Y la polémica de regular la posesión y uso de armas en ese país se vuelve a encender: ¿es absoluto el derecho a poseer armas o se puede restringir?

Vigilia en memoria de las víctimas del tiroteo,
ocurrido en una escuela de Parkland, Florida.
(Foto: Getty Images)
1. Un tiroteo anunciado. El pasado 14 de febrero, en una escuela de Parkland (Florida), Nikolas Cruz, de 19 años y armado con un rifle de asalto, abrió fuego, mató a 17 personas e hirió a 15 más. En esta tragedia, se destaca que el FBI fue advertido de un potencial atentado, pues Cruz dejó avisos en las redes sociales.
En septiembre pasado, un “youtuber”, llamado Ben Bennight, notó un comentario alarmante en uno de sus videos, firmado por Nikolas Cruz, en el que decía: “me volveré tirador escolar profesional”. Bennight dio aviso a la policía del FBI en Mississippi. (Milenio, 15 feb 2018)
Además, el 5 de enero una persona cercana a Cruz llamó por teléfono al FBI y ofreció información sobre “su posesión de armas, su deseo de matar gente, comportamiento errático y comentarios en rede sociales, así como el potencial para atacar una escuela”. (Milenio, 16 feb 2018)

2. Armas en manos equivocadas. Hay una cuestión de fondo: si el derecho a poseer armas es absoluto o no. Como es lógico, el derecho a la propia defensa es incuestionable y por eso existe un derecho a adquirir armas.
Sin embargo, no se pueden equiparar el derecho a defenderse con el derecho a tener armas de fuego. Y el motivo es claro: hay personas que no tienen la capacidad mental para utilizar adecuadamente los instrumentos para defenderse, y se pueden convertir en potenciales agresores.
Una manifestación de esta equiparación de ambos derechos es que, mientras el Presidente Trump atribuía la culpa del atentado a una “enfermedad mental” de Cruz, su propio gobierno debilitó los controles que buscaban impedir que personas registradas por problemas mentales adquieran armas. (Univisión, 16 feb 2018)

3. ¿Se puede regular la libertad? La defensa de la libertad no es nada fácil porque, por una parte, este don humano debe ser garantizado absolutamente y, por otro, necesita cauces que permitan vivirlo sin afectar a terceros.
Pero precisamente estos dos polos nos hacen ver que “existe” la libertad y que, a la vez, su “ejercicio” debe ser educado. Como no todos los sujetos están en situación de ejercer con dominio y responsabilidad su libertad, se pueden regular algunas manifestaciones de ese ejercicio, como el libre acceso a la compra de armamento.

Epílogo. La libertad personal es un gran don, que debe ser tutelado. Pero la “libertad de poseer” no está al mismo nivel que la “libertad personal”, por eso el derecho a poseer armas no es absoluto, ni el primero.
El recto uso de la libertad implica reconocer una jerarquía de derechos, en el que el derecho a la vida es el primero, y todos se deben subordinar a él. Por eso, regular cuáles personas sí pueden poseer y usar armas y establecer quiénes no pueden hacerlo, no es un atentado contra la libertad; al contrario, es reconocer que la libertad humana necesita ser educada y orientada.

jueves, 8 de febrero de 2018

El desafío de la ecología esquizofrénica

Año 14, número 666
Luis-Fernando Valdés

Se han realizado grandes esfuerzos educativos para remediar la situación global de la ecología, pero los resultados no han sido tan significativos. ¿Por qué la actual educación ecológica no ha conllevado un mejoramiento del medio ambiente?

El gran reto de la educación ecológica:
pasar de la mera información a formar en
 la "ciudadanía ecológica" (Foto: hch.tv).
1. El problema de fondo. Una de las principales causas de la destrucción del medio ambiente es el comercio desmedido, que exige cada vez mayor cantidad de materias primas para satisfacer a millones de consumidores insaciables.
Otro factor menos perceptible quizá del deterioro ecológico es el predominio de una cultura individualista que, por estar centrada en sus propios intereses, deja de lado las necesidades de las personas que padecen hambre, enfermedad o pobreza.
En ambos casos, no es suficiente dar información ecológica para que mejore la situación. Más bien, se requiere un cambio de hábitos tanto de consumo como de respeto a la vida. Sin embargo, el modelo educativo actual genera una especie de “esquizofrenia”, pues muchas personas que se consideran a sí mismas como ecológicas son simultáneamente consumistas y/o no respetan la dignidad humana.

2. Hábitos de consumo. Un primer aspecto en el que es muy notoria esta dualidad entre lo que se piensa y el modo práctico de vivir y que conlleva la destrucción de bosques, ríos y mares es el consumismo, entendido como comprar productos por mera moda o sin una clara necesidad.
El Papa Francisco, en su encíclica “Laudato Si’”, enfrenta al consumismo como fuente de la actual crisis ecológica, y resalta la dualidad de conducta de algunos, que aunque saben que la compra de productos no basta para hacerlos felices, “no se sienten capaces de renunciar a lo que el mercado les ofrece” (n. 209).

3. Respeto al ser humano. El núcleo de la ecología es el respeto al hombre mismo, que es el centro de todo ecosistema y de toda sociedad. De hecho, nuestra civilización occidental está basada en el respeto a la dignidad de cada persona.
Sin embargo, también en este ámbito sucede lo que el mismo Papa considera un estilo de vida “esquizofrénico”, porque “se preocupa por la protección de los animales en extinción, pero ignora los problemas de los ancianos”; o también porque “defiende el bosque amazónico, pero se olvida de los derechos de los trabajadores a un salario justo”. (Discurso, 5 feb. 2018)

4. Hacia un nuevo estilo de vida. La raíz de esta dualidad o esquizofrenia ecológica consiste en que la educación ecológica actual se basa en sólo dar información, pero no en implementar un modo de vida estable basado en el sentido de responsabilidad.
Según Francisco, se trata de  crear una “ciudadanía ecológica”, que sin limitarse a informar logre desarrollar hábitos (LS, 210). Es decir, “educar en un estilo de vida basado en una actitud de cuidado de nuestra casa común que es la creación” (Discurso cit.).
Más allá de la mera propaganda verde, esta nueva ciudadanía debe “despertar el placer de experimentar una ética ecológica partiendo de elecciones y gestos de la vida cotidiana” (Ibídem).

Epílogo. La educación ecológica se enfrenta hoy a un gran desafío, el de superar la esquizofrenia que ha sido generada al reducir la educación a la mera información, pues esta reducción ha suscitado una generación de personas que defienden la ecología como idea, pero que quizá no están dispuestas a cambiar sus hábitos consumistas o a abandonar sus actitudes poco solidarias.  



viernes, 2 de febrero de 2018

Dilema: ¿negocios o filantropía?

Año 14, número 665
Luis-Fernando Valdés

El Foro Económico Mundial tuvo su Cumbre en Davos para abordar temas candentes como la ciberguerra, los bitcoins y la energía renovable. Pero el gran reto mundial es otro: ¿cómo desarrollar una economía global que realmente beneficie a millones de personas pobres?

Klaus M. Schwab, fundador del Foro Económico
Mundial (foto: dw.com)
1. El Foro y sus participantes. En 1971, el profesor de política empresarial, Klaus M. Schwab creó el Foro Económico Mundial, para analizar junto a empresarios de Europa las técnicas de administración de las empresas de Estados Unidos. Más adelante, este Foro se interesó también en aspectos sociales, económicos y políticos e incluyó al resto de los continentes.
Recientemente, del 23 al 26 de enero, el Foro tuvo su Cumbre anual en Davos, Suiza. Acudieron más de 3 mil personas de 70 países, 900 directores de empresas y 340 líderes políticos. El tema de la reunión de este año fue cómo crear un futuro común en un mundo fracturado.

2. ¿Filantropía o negocios? La invitación oficial de la Cumbre indicaba que “el programa, las iniciativas y los proyectos de la reunión se centran en actuar juntos en un mundo dividido” y partía del hecho que en el mundo han resurgido fisuras porque “la prosperidad económica y la cohesión social no van a la par”.
El documento base explicitaba que “el contrato social entre los Estados y sus ciudadanos sigue erosionándose” con políticas “divisivas” y un crecimiento económico “no inclusivo”. En ese marco, el encuentro pretendía “reunir a líderes globales y desarrollar una narrativa compartida para mejorar el estado del mundo”.
Sin embargo, algunos críticos aseguran que la Cumbre no cumple con su potencial, a pesar de reunir a algunas de las personalidades más poderosas del mundo, porque los participantes no trabajan para resolver los principales problemas mundiales, sino que acuden al evento para realizar negocios.

3. La economía y el respeto a la persona. Como se trata de un Foro muy abierto, también están invitados algunos líderes religiosos. Este año, el Papa Francisco envió un mensaje en el que comentó el tema de la Cumbre y subrayó que la economía debe estar en función de las personas.
Francisco, recordando un mensaje suyo de 2014, escribió que “para nuestra sorpresa, vemos que las cuestiones técnicas y económicas dominan el debate político, en detrimento de una preocupación genuina por los seres humanos”.
El Pontífice externó que “los hombres y las mujeres corren el riesgo de verse reducidos a meros engranajes en una maquinaria que los considera meros artículos de consumo para ser explotados”, lo cual conlleva que “cada vez que una vida humana ya no es útil para esa maquinaria, se descarta con pocos reparos”. 
Por eso, el Papa pidió no permanecer en silencio “frente al sufrimiento de millones de personas”, y advirtió que no se puede seguir avanzando en el progreso “como si la propagación de la pobreza y la injusticia no tuvieran ninguna causa”.
Además, el máximo Jerarca de la Iglesia católica explicó que “crear las condiciones adecuadas para permitir que todas las personas viva de manera digna” es una “responsabilidad moral que involucra a todos”.

Epílogo. Sin duda, las teorías económicas y los negocios internacionales que mueven el desarrollo actual de la naciones han logrado grandes resultados. Sin embargo, el modelo económico actual ha fracasado, porque ha generado grandes desigualdades sociales y económicas a nivel gobal. Hace falta un nuevo paradigma económico, que realmente esté enfocado en el bien de las personas en su conjunto y no sólo en el beneficio de unos pocos grupos.
Pero para superar el esquema económico basado en las utilidades, hace falta primero establecer un modelo ético, pues si los seres humanos no nos enfrentamos a nuestra avaricia y nuestro egoísmo, difícilmente podremos pensar en una nueva economía enfocada en dar empleo y ayudar a los pobres.