Año 13, número 12
Luis-Fernando Valdés
En plena crisis
diplomática de Estados Unidos por la amenazas de construir un muro en la
frontera mexicana, el Papa exhorta a quitar los muros que nos dividen.
¿Francisco está interfiriendo en un asunto político de EUA? ¿Por qué el Papa
puede pedir que no se construya el muro?
Francisco rezó en el Monumento a los
migrantes, ubicado en México,
a unos pasos de la frontera con EUA.
(Foto: hoylosangeles.com)
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1. El verdadero tema de discusión. Se
presta para confusiones que el Pontífice de la Iglesia católica hable sobre el
muro de Trump, porque resultaría muy delicado que un líder religioso le
indicara a una nación soberana qué debe hacer con sus fronteras. Pero Francisco
no está haciendo eso.
Las declaraciones
del Papa no versan sobre el derecho de Estados Unidos a proteger sus fronteras.
Más bien, el problema se enfoca en el derecho de los migrantes a conseguir
mejores oportunidades de vida, las cuales no pueden conseguir en su tierra
natal.
De hecho, en una entrevista
concedida al periódico español El País, el mismo día en que Trump juraba su
cargo, Francisco afirmó que “cada país tiene derecho a controlar sus fronteras,
quién entra y quién sale, y los países que están en peligro –de terrorismo o
cosas por el estilo-- tienen más derecho a controlarlas más”. Pero advirtió que
“ningún país tiene derecho a privar a sus ciudadanos del diálogo con sus
vecinos”.
2. El derecho a buscar una vida digna.
Pedir a un país que abra sus fronteras para ayudar a los migrantes, no es una
injerencia religiosa en la política de una nación. Se trata más bien de la
petición de que se viva un principio de ética social, llamado “destino universal
de los bienes”
Este principio se
enuncia así: “Dios ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para uso de
todos los hombres y pueblos. En consecuencia, los bienes creados deben llegar a
todos en forma equitativa” (Compendio
DSI, 171).
Esto significa que
todos los seres humanos tienen el derecho de acceder a los recursos y bienes
para poder trabajar y vivir dignamente. Quienes viven en zonas marginadas o
pobres, por tanto, tienen el derecho a desplazarse –e incluso cruzar fronteras–
para buscar una situación mejor. Así, este principio justifica y defiende la
migración.
3. Por qué Francisco pide quitar muros.
El Papa ha hablado de los muros fronterizos en bastantes ocasiones. En una conferencia
de prensa, al concluir su viaje apostólico a México (2016) advirtió que no
es cristiano hablar de poner muros, y esto se entiende porque viola el
principio del destino universal de los bienes.
Durante el Jubileo
de la Misericordia, el Pontífice señaló que quizá “levantar muros haga más
ruido que la callada acción de quienes ayudan y asisten a los emigrantes y
refugiados”, pero explicó que “cerrarse no es la solución”, ya que un muro “sólo
favorece los tráficos criminales”; en cambio “la única respuesta es la de la
solidaridad”. (Discurso,
26 oct. 2016)
A la luz del
derecho de los pobres para mejorar sus condiciones de vida, y la obligación de
ser solidarios con ellos, se entiende el mensaje del Papa al Presidente
Trump, con motivo de su toma de posesión, pidiéndole que tenga “preocupación
por los pobres, los marginados y los necesitados que, como Lázaro, están ante
nuestra puerta.”
El liderazgo del
Papa Francisco en defensa de los pobres y los migrantes tiene un origen
claramente religioso, que se apoya también en principios éticos naturales (como
el derecho universal a tener bienes y la solidaridad). Esto no es intervenir en
la política de los países, sino interpelar la conciencia social de los
políticos.