Año 9, número 434
Luis-Fernando Valdés
Barcos y aviones
de Estados Unidos están listos para atacar Siria, como represión por el uso de
armas químicas contra los rebeldes opositores al Gobierno. Parece el inicio de
otro conflicto bélico mundial. ¿Es una guerra más? ¿qué podemos hacer los que
vivimos tan lejos del Medio Oriente?
Un matrimonio sirio llora a sus familiares fallecidos en los ataques recientes. |
La oposición siria
acusó al régimen del Presidente sirio, Bachar al-Assad, de perpetrar un ataque
con armas químicas, el 21 de agosto pasado, que habría causado la muerte –al
menos– a 1,420 personas en el este de Damasco, en el suburbio de Ghuta. El
Gobierno sirio reconoció que el ataque, pero aseguró que lo hizo con medios
convencionales y negó de plano el uso de armamento ilegal. [El
País - Internacional, 21 agosto 2013]
Esta situación ha
desatado un conflicto internacional entre Washington y Moscú, pues días más
tarde, un informe de la inteligencia estadounidense precisó que fueron 1,429
personas, entre ellas al menos 426 niños, las murieron en ese ataque atribuido
al régimen sirio.
Y el Presidente
Obama declaró a continuación que eso no quedará sin respuesta, ya que, a su
juicio, representa un “desafío para el mundo”, y amenazó con una acción militar
sin soldados sobre el terreno. [La
Vanguardia, 30 agosto 2013]
Pero el Presidente
ruso, Vladimir Putin, consideró que las pruebas aducidas son insuficientes, y
le recordó a Obama que debe actuar conforme al Premio Nobel de la Paz, que
recibió en 2009; y, además, exhortó a Washington a “pensar como es debido”
antes de lanzar un ataque contra Siria. [La
Vanguardia, 31 agosto 2013]
Y mientras los
Jefes de Estado de las naciones más poderosas discuten, los ciudadanos sirios siguen
sufriendo los tormentos de la guerra civil, iniciada hace dos años y medio. Una
misión de “Cáritas” italiana en Medio Oriente reconoció que en ese período son
más de 100 mil las víctimas y de 4.5 millones los desplazados.
El Presidente de
este organismo declaró que “el uso de las armas en Siria tendrá como resultado
solamente otra ‘espiral’ de violencia y la degeneración de la ya dramática
condición en la que viven cientos de miles de personas. Cualquier incremento de
la presencia militar en el conflicto tendrá como resultado una situación
todavía más insostenible.” [Vatican
Insider, 29 agosto 2013]
Por su parte,
líderes religiosos piden que no haya intervención militar. Desde Damasco, el Arzobispo
Metropolitano siro-ortodoxo de “Jazirah y Éufrates”, Eustathius Matta Roham,
explicó que “es fácil dar inicio a los ataques aéreos contra Siria, pero es
difícil poner fin a la guerra y a las consecuencias de estos ataques para todo
Oriente Medio”.
Y añadió: “En
todas partes de Siria y fuera de ella, los fieles están rezando para que no
suceda el ataque por parte de los países extranjeros contra Siria y para que se
pueda construir la paz en toda la región.” [Vatican
Insider, 30 agosto 2013]
Desde el Vaticano,
El Papa Francisco y el rey Abdullah II de Jordania rechazaron la posibilidad de
una intervención militar internacional en contra del régimen sirio, y
reafirmaron “que la vía del diálogo y la negociación entre todos los
componentes de la sociedad siria, con el apoyo de la comunidad internacional,
son la única opción para poner fin al conflicto y la violencia.” [Vatican
Insider, 29 agosto 2013]
Mientras los
líderes políticos mundiales ven Siria como una estrategia, los sirios gritan
exigiendo la paz. Los políticos son sensibles a lo que toca su “popularidad”, y
sólo cuando ven que la pueden perder, cambian su posición.
Por eso, como
ciudadanos de un País lejano al conflicto, nuestro papel es hacer que aquellos
gritos sean oídos por los que tienen en sus manos la paz. Si nos quedamos
callados, seremos cómplices de las bombas y de las lágrimas.