Año 11, número 542
Luis-Fernando Valdés
El Papa visitó el
Congreso de Estados Unidos y se ganó el respeto de los legisladores, quienes
ovacionaron su discurso. ¿Cómo pudo Francisco proponer exitosamente su agenda
de derechos humanos a la mentalidad norteamericana?
El Papa Francisco ovacionado en el Congreso de los Estados Unidos. |
Por primera vez en
la historia, un Pontífice habló ante las Cámaras legislativas de los Estados
Unidos. Francisco en un pausado inglés pronunció un discurso
histórico en el que apeló a las fibras patrióticas y a los valores comunes,
con el fin de pedir soluciones para los grandes problemas del momento. (Resumen en video)
El Santo Padre
utilizó un estupendo recurso para exponer sus ideas, que fue acudir a los
grandes personajes de la historia de Estados Unidos, pues ellos aportan “una
manera de ver y analizar la realidad”, de modo que “en medio de los conflictos
ayudan a recuperar las reservas culturales”.
Con gran acierto,
el Pontífice se refirió a cuatro célebres norteamericanos, cuyas vidas reflejan
los valores cristianos, desde los que Francisco deseaba defender algunos
derechos humanos fundamentales. Veamos.
1) Abraham
Lincoln, defensor de la libertad. Francisco afirmó que construir un futuro de
libertad exige amor al bien común y colaboración con un espíritu de
subsidiaridad y solidaridad. Por contraste, advirtió sobre la violencia
producida por el fanatismo religioso, y pidió no copiar el odio ni la violencia
del asesino.
Además, el Papa apeló
a la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, que habla de la
igualdad y de los derechos fundamentales a la vida, la libertad y la búsqueda
de la felicidad, para afirmar que “la política debe servir a la persona humana”
y que “no puede ser esclava de la economía y de las finanzas”.
2) Martin Luther
King, una libertad “que se vive en la pluralidad y la no exclusión”. Este gran
hombre buscó “realizar el ‘sueño’ de plenos derechos civiles y políticos para
los afro-americanos”.
Francisco, que se
presentó “como hijo de migrantes”, aplicó ese “sueño” de libertad a los
migrantes. Pidió no dejarse intimidar por las altas cifras de migrantes, sino
mirar a su bien. “Cuidémonos de una tentación contemporánea: descartar todo lo
que moleste”, advirtió. Junto con esto, exhortó a defender la vida humana en
todas las etapas de su desarrollo, y por eso solicitó “la abolición mundial de
la pena de muerte”.
3) Dorothy Day, la
justicia social y los derechos de las personas. Esta gran mujer, inspirada en
el Evangelio, fundó el ‘Movimiento del
trabajador católico’. Así, el Papa habló de la lucha contra la pobreza y
el hambre y pidió que la economía sea “especialmente solidaria y sustentable” y
habló ampliamente de la preocupación ecológica.
4) Thomas Merton, la
capacidad de diálogo y la apertura a Dios. Este monje cisterciense fue “un
hombre de diálogo, un promotor de la paz entre pueblos y religiones”. Por eso,
Francisco refirió al restablecimiento de relaciones con Cuba, y recordó que “cuando
países que han estado en conflicto retoman el camino del diálogo… se abren
nuevos horizontes para todos.” Explicó también que “ser un agente de diálogo y
de paz” significa buscar que acaben los conflictos armados que afligen nuestro
mundo y que se detenga el tráfico de armas.
Las palabras del
Papa invitan a nuestros países a acudir también la memoria histórica. Necesitamos
retomar los valores cristianos que están presentes en las raíces de nuestros
países hispanoparlantes, pues esos mismo valores que nos han hecho crecer, nos
ayudarán a superar los problemas actuales que tanto nos afligen.