Año 13, número 625
Luis-Fernando Valdés
Francisco realizó
un viaje relámpago a Egipto, en medio de grandes medidas de seguridad.
Amenazado por fanáticos religiosos, ¿qué puede hacer el Papa para desenmascarar
a quienes utilizan la fe para justificar la violencia?
Anuncio de la visita de Francisco a Egipto, en las calles de El Cairo (Foto: posta.com.mx). |
1. Los motivos del viaje. El Papa
Francisco realizó un viaje apostólico de 27 horas a Egipto. El motivo central
del viaje fue participar en la “Conferencia Internacional de Paz” organizada
por la Universidad Al Azhar, la principal institución del Islam sunita, que es
la corriente del musulmana del 90 por ciento de los creyentes islámicos.
Francisco fue
invitado por las tres grandes autoridades civiles y religiosas egipcias: el
Presidente de la República, Abdel Fattah al Sisi; el Patriarca Copto-Ortodoxo,
Tawadros II; el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmed Tayeb y el Patriarca Copto-Católico,
Ibrahim Isaac Sidrak.
Con esta visita a
tierra egipcia, el Pontífice buscó dar un mensaje de paz a Medio Oriente y, a
la vez, avanzar en el diálogo interreligioso con el mundo islámico y fortalecer
la relación ecuménica con la Iglesia Copto-Ortodoxa.
2. La importancia del diálogo con Al Alzhar.
A diferencia de la Iglesia Católica que tiene un Magisterio universal que
vincula a cada uno de sus fieles, en el Islam no existe una autoridad doctrinal
y moral reconocida por la totalidad de los musulmanes.
Sin embargo, la
Universidad de Al Alzhar desempeña una función similar, pues tiene una gran
autoridad religiosa respecto a la gran mayoría de los fieles islámicos. Por eso,
resulta fundamental para el Vaticano poder dialogar con el Gran Imán de esa
institución.
Como muchos
recordarán, con motivo de un célebre discurso
de Benedicto XVI en la Universidad de Ratisbona (Alemania) en 2006, el jeque de
Al Azhar, Ahmed Tayeb, rompió relaciones con el Vaticano.
Pero las
relaciones entre ambas religiones han mejorado poco a poco, desde marzo de 2013
cuando Jorge Mario Bergoglio fue elegido Papa. Con esta visita de Francisco, realizada
como señal de buena voluntad, el conflicto prácticamente se ha resuelto.
3. Las religiones no promueven la violencia.
Francisco, que se presentó como “mensajero de paz”, reiteró que las religiones
sólo promueven la paz y nunca la violencia, en su discurso
ante los delegados de la “Conferencia Internacional de Paz” procedentes de
todos los países árabes (28 abr. 2017).
El Papa hizo un
llamado que los responsables religiosos condenen la violencia a nombre de la
fe. “Estamos llamados a desenmascarar la violencia que se disfraza de un
presunta sacralidad”, dijo.
El Pontífice
explicó que el odio en nombre de la religión es una “falsificación idolátrica
de Dios”, por “el nombre de Dios es Santo, Él es el Dios de la paz, Dios
‘salam’ (‘Dios de paz’)”. Y agregó “que solo la paz es santa y no puede
perpetrarse ninguna violencia a nombre de Dios, porque profanaría su Nombre”.
El momento más
importante del encuentro fue cuando Francisco exhortó a los líderes religiosos
a decir juntos “un ‘no’ claro y fuerte a toda forma de violencia, venganza u
odio cometido en nombre de la religión o en nombre de Dios”.
Este viaje
apostólico a Egipto del Pontífice es un paso serio para construir una “civilización
de la paz y del encuentro”. Resultó histórica la petición del Papa a los
líderes islámicos para que también ellos condenen la violencia a nombre de
Dios. Por eso, aquellas épocas pasadas de las guerras de religión parecen ya
superadas.