Luis-Fernando Valdés
La niña Jersey
Vargas nos dio un poco de miel para aligerar el drama de los migrantes. La
menor le pidió al Papa que intercediera ante el Presidente Obama, para liberar
a su padre que estaba a punto de ser deportado. Y el milagro ocurrió.
Jersey Vargas acudió a San Pedro, para pedir al Papa que solicitara a Obama que no deportaran a su papá. |
En vísperas de la
reunión del Santo Padre y el Presidente de los Estados Unidos, Jersey de 10
años acudió a la Audiencia General de los miércoles en San Pedro, junto con una
delegación de activistas por los derechos de los hispanos en EUA (26 marzo
2104). [Vatican
Insider y Notimex]
La niña es la tercera de
cinco hermanos del matrimonio entre Mario y Dolores Vargas. Ella y otros dos de
sus hermanos son ciudadanos estadounidenses, los restantes tienen permisos
temporales. Sus padres llevan 14 años residiendo en aquel país. Desde hace más
de uno el padre se encuentra en una cárcel del estado de Indiana y su
deportación es inminente. La madre vende tamales para sostener a la familia,
que reside en la localidad de Panorama City (California).
Cuando terminó el
encuentro y tras saltar una valla, Jersey llegó hasta la primera fila. Le
regaló al pontífice una servilleta bordada, que había confeccionado su mamá con la inscripción “nido de amor” (que para
ella representa su hogar) y dos pájaros, que le recuerdan a sus padres. Un nido
que ahora “está destruido” por causa de la separación, declaró la menor a un
corresponsal de Notimex.
En un primer intento,
Jersey no pudo explicarle al Papa la situación de sus padres inmigrantes. Pero,
contó, “me regresé y le dije que nos ayudara porque es injusto que muchos niños
estemos pasando por la misma situación, estamos separados de nuestras familias.
Me bendijo, me dio un beso y me confirmó que iba a ver al presidente Obama, yo
ya me sentí más calmada porque hice una diferencia en el mundo, me dio su
palabra y estoy contenta”.
Y prosiguió:
“Estoy muy feliz y emocionada porque por primera vez conocí a alguien muy
importante. Yo le dije al Papa Francisco que nos ayude. Las personas que son
indocumentadas no cometieron un crimen, sólo querían ayudar a sus familias,
sólo querían una vida mejor”.
Jersey Vargas explicó: “Lloré porque por
primera vez conocí a una persona tan importante, es el que está más cerca de
Dios, me dio un gran honor, cuando lo vi era como un ángel, un santo. Quisiera
decir a los niños que sigan luchando y peleando por sus padres porque algún día
ellos volverán y ya nunca van a estar separados”.
Mientras tanto, en
Estados Unidos un familiar de la niña migrante la vio por televisión frente al
Papa, decidió ayudar y pagar la fianza de 5 mil dólares para liberar a Mario
Vargas, que salió de la cárcel dos días después. [Diario
UNO (Argentina)]
Al día siguiente,
el Papa Francisco recibió a Barak Obama en el Palacio Apostólico. Obama declaró a los medios
que abordaron el tema de la reforma migratoria en Estados Unidos y reconoció
que “una persona como el papa, proveniente de América latina, conoce bien la
situación de estas personas que viven en la sombra y que en muchas ocasiones
son deportados”. [Periódico “a.m.”]
Finalmente, el domingo 30 marzo, Jersey se pudo reunir con su papá, recién liberado. | ||
Esperemos que las
continuas intervenciones del Papa Francisco a favor de los migrantes se
conviertan en realidades de solidaridad hacia los migrantes, también hacia los centroamericanos
que sufren grandes vejaciones al atravesar ilegalmente nuestra frontera sur.