Conoce al Papa, n.
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Luis-Fernando Valdés
"Cáritas in veritate", la tercera Encíclica de Benedicto XVI. |
Curiosamente, en
esos mismos días decembrinos estaba a punto de ser publicada la “Encíclica
social” de Benedicto XVI, pero se postergó hasta el 29 de junio del 2009, pues
el Papa deseaba modificarla para dar una respuesta directa a esta crisis
económica global.
Titulada “Cáritas
in veritate” (“La caridad en la verdad”), este documento pontificio trata
sobre temas de gran actualidad para la vida económica y social del mundo
contemporáneo. El Santo Padre pone de relieve que la caridad en la verdad es la
principal “fuerza impulsora” del auténtico desarrollo de la persona y de la
humanidad (n. 77).
Resultó muy novedoso que Benedicto XVI abordara
algunos de los planteamientos problemáticos que se dan en la ciencia económica
contemporánea. Uno de ellos es que la economía, escudada en que es una ciencia
exacta, suele perder el sentido humano del obrar. Por eso, el Papa sugiere que
“hay una convergencia entre ciencia económica y valoración moral. Los costes
humanos son siempre también costes económicos y las disfunciones económicas
comportan igualmente costes humanos” (cfr. n. 31)
Con valentía, Benedicto XVI afirma que el
capitalismo sostiene que el mercado no puede ser compatible con la ética, pues
en el mercado lo que interesa es conseguir eficiencia, no moralidad. La
propuesta del Papa alemán consiste en que las leyes de la economía se deben fundamentar
en una cultura de responsabilidad ética, que esté orientada al bien común, y no
sólo al individuo, ya que la economía no está regida sólo por leyes del
mercado, sino también por personas (cfr. n. 71).
Pero el documento
pontificio no se limitaba a hablar de la economía. También fue una novedad que la
Encíclica abordara la cuestión ecológica (cfr. n. 51). El Papa explica que es
necesario un estilo de vida distinto por parte de toda la humanidad, en el que
los deberes de cada uno con respecto al ambiente se entrelacen con los de la
persona considerada en sí misma y en relación con los demás.
No menos notable
fue la afirmación de que “el desarrollo de los pueblos depende sobre todo del
reconocimiento de ser una sola familia” (n. 53). Y, por eso, sugiere el
Pontífice, que “la religión cristiana y las otras religiones pueden contribuir
al desarrollo ‘solamente si Dios tiene un lugar en la esfera pública’,
con específica referencia a la dimensión cultural, social, económica y, en
particular, política” (n. 56).
Pero más
sorprendente aún resultó la propuesta que hace el Santo Padre para solucionar
“los problemas enormes y profundos del mundo actual”. Sostiene que hace falta
“una autoridad política mundial regulada por el derecho”, que respete los
principios de subsidiariedad y solidaridad, y que se oriente al bien común,
respetando las grandes tradiciones morales y religiosas de la humanidad (n. 67).
Con su estilo tan
sugerente, el Papa Ratzinger ofrece en la “Cáritas in veritate” algunas
posibles vías de solución para las cuestiones sociales y económicas, dirigidas
a los principales actores de la vida social y económica: políticos,
economistas, empresarios, académicos… y a todos los que deseamos un mundo
verdaderamente mejor.
lfvaldes@gmail.com
http://www.columnafeyrazon.blogspot.com
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