sábado, 24 de mayo de 2014

¿Para qué visita Tierra Santa el Papa?


Año 10, número 472
Luis-Fernando Valdés

Ahora mismo el Santo Padre realiza un viaje pastoral por Jordania, Israel y Cisjordania. ¿Qué sentido tiene que Francisco visite una región que vive el drama de la división de nacionalidades y religiones? ¿qué es lo que realmente puede conseguir?
 El Papa está llevando a cabo su segundo viaje pastoral fuera de Italia. Durante tres días, el Pontífice visitará una ciudad de cada país: Amán (Jordania), Jerusalén (Israel) y Belén (Cisjordania, bajo la Autoridad Palestina).

Debido a la tensión social y política entre Israel y Palestina, este recorrido papal puede ser interpretado en términos geopolíticos; sin embargo, el evento tiene una alta significación religiosa, como expresamente ha declarado Francisco.
Bartolomé I y el Papa Francisco
El mensaje central del viaje está claramente marcado por el encuentro del Pontífice de Roma con el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, para conmemorar los 50 años del histórico abrazo entre Pablo VI y Atenágoras I, que constituyó el comienzo de la reconciliación de la Iglesia católica con la Iglesia ortodoxa.
Este viaje fue propuesto por Bartolomé I, que se lo comentó al Papa desde que fue elegido (marzo de 2013). Francisco comentó que sería un abrazo entre Pedro (fundador de la Iglesia romana) y Andrés (fundador de la Iglesia constantinopolitana).
Por eso, un momento clave de esta visita pastoral a Tierra Santa será el encuentro en la Sala del Cenáculo con los Patriarcas ortodoxos y los obispos católicos de ritos orientales. Esta lugar tiene es un gran signo, pues ahí mismo Jesús durante la Última Cena pidió a todos sus fieles “que sea uno” y que “estén consumados en la unidad” (Juan17,22.23).
Rabino Abraham Skorka y musulmán Omar Abboud.
Otro gran signo empleado por el Papa es que incluyó en el Séquito oficial del Vaticano a dos personas no católicas, ambos grandes amigos del Santo Padre: al Rabino argentino, Abraham Skorka, con el que escribió un libro, y al dirigente de la comunidad islámica argentina, Omar Aboud, descendiente de inmigrantes sirios y libaneses.
Se trata de un gesto elocuente, pues de esta manera Francisco deja claro que las diversas religiones pueden convivir, y que en nuestra época la variedad de confesiones ya no debe ser motivo de conflictos ni de violencia.
En su discurso ante el Rey de Jordania, Abdullah II, Francisco pidió por la pronto paz de Siria, y reconoció los esfuerzos de Jordania por atender a los refugiados de guerra. Más adelante, el Papa dijo que veía en el rey un “hombre de paz”.
En efecto, Abdullah, el jefe de la monarquía hachemita –la cual reclama su descendencia de la familia del profeta Mahoma– tiene una visión del Islam como una religión “que predica la tolerancia y la moderación y rechaza el extremismo y el aislacionismo” (News.va).
El Papa busca la paz y, por eso, pidió que la minoría cristiana en Oriente sea respetada y pueda participar en la vida pública, como son la educación y la salud. Además, Francisco mostrará su cercanía con los refugiados y los discapacitados.
De esta manera, aunque los frutos de este viaje apostólico no se noten de inmediato, como tampoco se notaron los resultados de las visitas de los anteriores papas a Tierra Santa, ya a corto plazo Francisco ha obtenido varios importantes logros.
Primero, se ha consolidado como líder moral mundial, por su capacidad de diálogo con las grandes religiones, y segundo, ha consolidado el papado como la institución líder en la búsqueda de la paz. Pero sobre todo, ha conseguido dar un paso importante en la búsqueda de la unidad entre los católicos y los ortodoxos.

sábado, 17 de mayo de 2014

Harvard: al filo de la intolerancia


Año 10, número 471
Luis-Fernando Valdés

La prestigiosa Universidad de Harvard permitió la celebración de una misa negra en su campus. Aunque finalmente ésta no se llevó a cabo, queda flotando una pregunta: ¿la tolerancia cultural da derecho a atropellar la sensibilidad religiosa?

Drew Gilpin Faust
 Un grupo satánico, llamado el “El Templo Satánico”, iba a celebrar una misa negra el pasado 12 de mayo en el Club de Estudios Culturales de Havard, como parte de una serie de exploraciones de las diversas culturas religiosas. (Mundo Cristiano, 9 mayo 2014)
La noticia causó mucho revuelo, porque una misa negra ofende a los católicos. En efecto, se trata de una ceremonia que, emulando la Misa Católica y denigrando los elementos que esta contiene, rinde culto a Satanás y a los demonios.
Las misas negras –relacionadas con el ocultismo, el esoterismo y la magia negra– con  frecuencia involucran la profanación de la Eucaristía, pisoteada, mezclada con drogas o incluso usada en actos sexuales. En otros casos, presentan sacrificios rituales de animales o de bebés. (Aciprensa, 9 mayo 2014)
La reacción del Obispo de Boston, Mons. Sean Patrick O’Malley, consistió tanto en  llamar a los creyentes y personas de buena voluntad a orar por los involucrados en ese evento como en pedir a la universidad que se desvinculara de la actividad.
Por su parte, la Presidenta de Harvard, Drew Faust, prefirió mantenerse en la ambigüedad. Pues, aunque reconoció que ese evento era una agresión “aborrecible” contra los católicos, no prohibió el evento a nombre de respetar la libertad de expresión de los alumnos.
Así, Ms. Faust –que no es católica– mientras anunció que participaría en la Hora Santa que los católicos organizaron como desagravio, a la vez expresó que: “la libertad de expresión (…) protege no solo la libertad de pensamiento de aquellos con los que están de acuerdo con nosotros sino también el pensamiento que odiamos”. (Aciprensa, 12 mayo 2104)
La postura de la Presidenta da mucho que pensar. Para ella, la libertad de expresión es un valor supremo, superior a todos, incluidos el respeto de las religiones y de la sensibilidad de las personas: en otra palabras, esta libertad está incluso por encima de la dignidad de las personas.
La dignidad humana –ese principio real por el cual todo ser humano merece respeto– es la base de todas las libertades. Y por esa razón, toda libertad tiene un límite, pues no puede pasar por encima del respeto a las personas que es la base de las libertades.
Para ilustrar que la dignidad de las personas es el punto de referencia primero (y no la libertad, como señala Drew Faust), resultan interesantes los argumentos esgrimidos por Mark Tooley, el presidente del Instituto de Religión y Democracia (IRD).
Tooley, cuestionó irónicamente si el grupo organizador, el Club de Estudios Culturales de Harvard “¿acaso recrearía un sacrificio humano ritual azteca en su exploración expansiva de distintas culturas? ¿O de repente podrían presentar a algunos sati quemando viva a una viuda reciente en homenaje a una diosa hindú? ¿Por qué no sacrificar niños a Moloch para comprender mejor las costumbres cananeas?” (Ibidem).
Como apunta el periodista Michael Cook, la postura de Harvard no se sostiene, pues con toda seguridad Ms. Faust no permitiría de ningún modo la quema de ejemplares del Corán, ni la lectura pública de “Mi lucha” de Hitler, ni un desfile del “orgullo homofóbico” (cfr. MercatorNet.com 13 mayo 2014).
Esto muestra que la dignidad de las personas y de su sensibilidad religiosa son un valor objetivo y universal. Por eso, a nombre del diálogo o de la tolerancia no se puede atropellar a las religiones.

sábado, 10 de mayo de 2014

Canonizarán al Papa de la “Humanae vitae”


Año 10, número 470
Luis-Fernando Valdés

Pablo VI, Giovanni Battista Montini.
Su Santidad Francisco elevará a los altares a Pablo VI, un Papa controvertido que ha influido mucho en los pontífices recientes. ¿Qué significado hay atrás de esta canonización?
El pasado 9 de mayo, el Santo Padre aprobó el decreto por el que se reconoce un milagro atribuido a Giovanni Battista Montini (1897-1978). Se trata de la curación científicamente inexplicable de un bebé californiano [ver].
Y se anunció que la beatificación de Pablo VI se llevará a cabo el 19 de octubre, durante el Sínodo de obispos que discutirá el doctrina católica sobre la familia en el mundo de hoy. (Ver decreto)
Este evento eclesial es rico en significados, pero apunta hacia uno muy específico: la revaloración de la visión cristiana de la vida y la familia en el contexto de la sociedad contemporánea, en la que conviven visiones opuestas a la vida y al matrimonio entendido como la unión para siempre de un hombre con una mujer, abiertos a la vida.
En efecto, el Papa Montini es un personaje lleno de significado, pues fue el Pontífice que dirigió tres sesiones del Concilio Vaticano II y luego guió su puesta en práctica; su visión de la economía y la justicia social ha sido retomada por Benedicto XVI en la “Cáritas in veritate” (2009) y por Francisco en la “Evangelii Gaudium” (2013).
Pero lo que el Papa argentino está remarcando es que Pablo VI en 1968 publicó la encíclica “Humanae vitae” (HV), en la que defiende la apertura del matrimonio a la vida, y en la que rechaza cualquier medio anticonceptivo artificial.
Para la redacción de este documento, el Papa Montini escuchó a sus colaboradores, incluidos los que opinaban que la Iglesia debía declarar obsoleto el rechazo a los anticonceptivos. Y con gran valor publicó la encíclica, que –inesperadamente– fue contestada por no pocos teólogos y obispos.
Esta doctrina sobre la apertura a la vida fue ratificada por Juan Pablo II (en el “Catecismo de la Iglesia Católica”, 1992 y la “Evangelium vitae”, 1995), y por Benedicto XVI (en el “Compendio” del Catecismo, 2005).
Sin embargo, no pocos han especulado recientemente que el Papa Bergoglio va a cambiar esta doctrina, con motivo del Sínodo sobre la Familia. Pero más bien se llevarán una sorpresa, porque el Santo Padre ha retomado la enseñanza de la HV a la que ha añadido el matiz de la “misericordia”.
El vaticanista, Sandro Magister, señala que la resulta clave la declaración de Francisco al diario italiano, “Corriere della Sera” del 5 de marzo pasado, sobre la interpretación de la HV. (Chiesa, 1 mayo 2014)
El Papa afirmó que “el propio Pablo VI, hacia el final, recomendaba a los confesores mucha misericordia y atención a las situaciones concretas. Pero su genialidad fue profética, pues tuvo el coraje de ir contra la mayoría, de defender la disciplina moral, de aplicar un freno cultural, de oponerse al neomalthusianismo presente y futuro.”
Y explicó también en que consiste esa misericordia: “El tema no es cambiar la doctrina, sino ir a fondo y asegurarse de que la pastoral tenga en cuenta las situaciones de cada persona y lo que esa persona puede hacer”.
En esas palabras podemos ver un autorretrato del Papa jesuita: el valor de ir contra la opinión de la mayoría para anunciar el mensaje de Jesucristo sobre el matrimonio y la vida.
La beatificación de Pablo VI será como el icono del programa de pastoral familiar de Francisco: hay que ir a las periferias de los matrimonios en problemas y guiarlos hacia el modelo cristiano de familia, en la medida que su situación real –sin falsa excusas– lo permita.

sábado, 3 de mayo de 2014

Un Papa que sabe llorar


Año 10, número 469
Luis-Fernando Valdés

El Papa Francisco reconoció que recientemente ha llorado. Explicó que se soltó en llanto cuando vio en los medios a dos jóvenes cristianos que fueron crucificados en un país de medio oriente. Tristemente, todavía hoy se mata a nombre de Dios.

El Papa lloró por los cristianos crucificados.

En una reciente homilía, durante la Misa cotidiana en la residencia Santa Marta, el Pontífice confesó a los asistentes: “Yo lloré cuando vi en los media” la noticia de “cristianos crucificados en cierto país no cristiano” (Radio Vaticano, 2 mayo 2014).
Aunque el Santo Padre no dijo el nombre del país donde sucedió esta tragedia, por los medios de comunicación sabemos que fue en Siria. La noticia fue difundida por Radio Vaticano y luego publicada en todo el mundo.
Fue una religiosa, la Hermana Raghida, residente en Damasco la que contó las atrocidades que se han cometido contra los cristianos en la localidad de Maaloula. La religiosa, doctora en Educación, estuvo al frente de la escuela del Patriarcado Greco-Católico en Damasco. Hoy vive en Francia. Su madre y sus seis hermanos y hermanas están todavía en Siria, donde su vida está en peligro todos los días.
Con dolor y horror transcribo la declaración de sor Raghida: “En los pueblos y aldeas que están ocupadas por elementos armados, los yihadistas y los grupos musulmanes extremistas ofrecen a los cristianos dos alternativas: la shahada [o sea, la profesión de fe musulmana] o la muerte. A veces piden un rescate. Así que están entre la shahada, el rescate o la muerte.”
Y continúa: “Quienes no niegan su fe sufren el martirio, y además un martirio extremadamente inhumano, de un violencia extrema que no tiene nombre. Si quieren ejemplos, en Maaloula crucificaron a dos jóvenes porque no quisieron decir la shahada. Les dijeron: ‘entonces quieren morir como su amo en el que creen. Tienen una opción: recitan la shahada o serán crucificados’. Y les crucificaron. Hubo uno que fue crucificado delante de su padre. Incluso mataron a su padre.”
Lo que sigue es espantoso: “En cuanto entraron en la ciudad, comenzaron a matar a hombres, mujeres y niños . Y después de la masacre, se llevaron las cabezas y jugaron al fútbol con ellas. En cuanto a las mujeres, les sacaron a sus bebés y los ataron a los árboles con sus cordones umbilicales.”
A pesar de todo, la visión de la Hermana Raghida está llena de confianza en Dios:  “Afortunadamente, la esperanza y la vida es más fuerte que la muerte. Después de un período de calma y de que la ciudad volviera a manos del ejército, hicimos misas de réquiem, y seguimos rezando intensamente.” (Radio Vaticano, 24 abril 2014; traducción de: Aleteia.org).
Entendemos las lágrimas del Papa, que en esa homilía denunció que “también hoy  hay gente así, que en nombre de Dios, mata, persigue”. Pero además, el Pontífice quiso mostrar un signo de esperanza: la alegría del testimonio cristiano de los perseguidos.
Se trata de “la alegría de los mártires cristianos, la alegría de tantos hermanos y hermanas nuestros que en la historia han sentido esta alegría, esta felicidad por haber sido juzgados dignos de padecer ultrajes por el nombre de Jesús. ¡Y hoy hay tantos! Piensen que en algunos países, sólo por llevar el Evangelio, vas a la cárcel. Tú no puedes llevar una cruz: te harán pagar la multa.”
El Papa Francisco que hace unos meses convocó a millones de cristianos a rezar por la paz de Siria, ahora bebe sus lágrimas por los cristianos torturados y asesinados en ese mismo país. Hoy es tiempo de rezar y de llorar… y de elevar un grito por los perseguidos. [Clic para ayudar a los cristianos perseguidos]