Serie: Quién es el Papa Francisco, n. 4
Luis-Fernando Valdés
Antonio Briseño
Cuando fue elegido
el Card. Bergoglio como Papa se sabía que era jesuita, pero poco más sobre su
pasado y su personalidad. ¿Qué sabemos de sus sentimientos? ¿Desde siempre supo
que quería ofrecer su vida a Dios? ¿Alguna vez tuvo novia o pensó en casarse?
En la vida de
Jorge Mario Bergoglio se nota con claridad la conciencia que él tiene de haber
sido elegido por Dios para ser sacerdote. Sin embargo, esta llamada divina no
cancela la afectividad humana del elegido. Por eso, es pertinente la pregunta
sobre los sentimientos del joven Bergoglio, pues de un sacerdote se busca que
tenga los mismos afectos del corazón de Cristo.
El entonces card.
Bergoglio afirmó que la decisión de entregar la propia vida a otra persona o a
Dios, “son una cuestión de disciplina”. Y también ha manifestado que “en lo
personal, a mí nunca se me cruzó por la cabeza casarme”.
En este sentido
hubo una primera confusión respecto a la juventud de Francisco, ya que una vez que
fue elegido como Papa, una mujer llamada Amalia Damonte afirmó que, a los doce
años, Jorge Mario le propuso ser su novia. Sin embargo, esta versión ha sido
desmentida por la hermana del Santo Padre.
Según Damonte, el
“romance” no prosperó por la oposición de los padres de ella. “Cuando éramos
jóvenes me escribió una carta y no le respondí. Yo quería que desapareciera del
mapa. Mi papá me dio una paliza porque yo me atrevía a recibir la cartita de un
muchacho. Me había dibujado una casita que tenía techo rojo, blanca y abajo
decía ‘Ésta es la casita que te voy a comprar cuando nos casemos’ ”.
Amalia añade que
cuando terminaron, Jorge la “amenazó”: “Si no me caso con vos, me hago cura”.
Actualmente, lo único que ella lamenta, es que el Padre Bergoglio no haya sido
el sacerdote que celebrara la ceremonia de su boda con su actual esposo. (La
Nación, Argentina, 14 marzo 2013)
La hermana del Papa Bergoglio ha desmentido que Jorge Mario haya tenido alguna novia. |
Sin embargo, la
hermana del Papa, María Elena Bergoglio, desmintió que el Sumo Pontífice tuviera
una novia cuando era joven. Y señaló que “su corazón ha estado siempre Jesús”.
Y sobre Amalia afirma: “¿La novia? La verdad es que nunca ha existido. Pero si
esta señora lo dice, y es feliz así, ¿por qué no dejar que cuente esta
historia?” (La
Nación, Argentina, 26 marzo 2013)
El mismo Jorge
Mario ha contado otra anécdota de su época de formación sacerdotal: “Cuando era
seminarista me deslumbró una piba [muchacha] que conocí en el casamiento de un
tío. Me sorprendió su belleza, su luz intelectual… y, bueno, anduve boleado un
buen tiempo y me daba vueltas la cabeza”.
Bergoglio explicaba
que, tras conocer a esta muchacha, por una semana no pudo rezar, ya que “cuando
me disponía a hacerlo aparecía la chica en mi cabeza” . Tras esta “tentación”,
como él mismo lo dice, se vio obligado a elegir de nuevo o, mejor dicho,
dejarse elegir por Dios y continuar por este camino religioso.
Si el joven Jorge
Mario tuvo novia o no, no es lo central, porque no hubiera pasada nada que el
actual Pontífice hubiera tenido una relación de noviazgo. Pero este tema de los
amores juveniles del Papa tiene una dimensión que no se puede pasar por alto. Consiste
en que el joven Bergoglio sí tenía corazón y afectos, y los puso en Jesús.
Cristo ha sido el
amor de su vida, y eso es lo que le ha dado sentido a su entrega sacerdotal.
Éste fue el amor juvenil de Jorge Mario, el jesuita, que preparó su corazón
para ser un Papa cercano a los pobres, a los enfermos, a los encarcelados y a
toda la gente.
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