Serie: Quién es el Papa Francisco, n. 14.
Luis-Fernando Valdés
Antonio Briseño
Cuando fue elegido
el Papa Francisco, de inmediato la atención mediática se centró en las
fricciones del arzobispo de bonaerense y los últimos dos Presidentes de
Argentina referentes a temas sociales. ¿Por qué ha sido tensa la relación entre
Bergoglio y los Kirchner?
El Card. Bergoglio saluda al Presidente Néstor Kirchener. Los observa la actual Presidenta argentina. |
La relación entre
la Iglesia y el Estado se maneja en Argentina con un esquema muy diferente al
de México. Mientras que en nuestro País la Iglesia no interviene directamente
en las cuestiones públicas, en aquella nación los obispos expresan –con
bastante peso– su opinión en estos temas.
Así, cada 5 de
mayo, en la Catedral de Buenos Aires, se celebra un “Te Deum” con motivo de la
conmemoración del Primer Gobierno patrio del país (que equivale al Día de la
Independencia), y en esta ceremonia el Arzobispo primado de Argentina en turno
tradicionalmente pronuncia una homilía.
Néstor Kirchner
llegó a la Presidencia argentina en 2003. En el tedeum de 2004, el entonces
Cardenal Bergoglio habló sobre “el exhibicionismo y los anuncios estridentes de
los gobernantes”, como crítica a las carencias sociales de las políticas
implementadas respecto a la pobreza.
Como respuesta a
las declaraciones, Néstor Kirchner anunció, en 2005, que no acudiría al tedeum.
Poco tiempo más tarde, el portavoz de Bergoglio anunció que, en Argentina, “no
hay relación de la Iglesia con el gobierno”. [BBC
Mundo, 15 marzo 2013]
Puesto este
escenario, las cosas comenzaron a empeorar, pues el Presidente Kirchner llegó a
afirmar que Jorge Bergoglio estaba desarrollando un proyecto de oposición, e
incluso declaró que “Nuestro Dios es de todos, pero cuidado que el diablo
también llega a todos, a los que usamos pantalones y a los que usan sotanas”.
Un mensaje indirecto a Bergoglio y su supuesto “plan” con la oposición.
Cuatro años después,
en 2007, Néstor Kirchner terminó su periodo en la presidencia y tomó posesión
en el cargo su esposa, Cristina Fernández. Como medida preventiva y no tensar
la relación con el Cardenal, la nueva Presidenta evitó asistir a eventos
religiosos en la Catedral de Buenos Aires.
Pero, en 2008, se
dio una primera confrontación. Fernández de Kirchner presentó la Resolución
125, con la que se aplicaba un nuevo sistema de impuestos a las exportaciones
de cuatro productos y sus derivados: soja, girasol, maíz y trigo.
Esta medida
provocó un paro patronal, con bloqueo de rutas, que se prolongó por 129 días.
Aunque, al final, la Resolución quedó sin efecto, en ese conflicto, el Card.
Bergoglio se pronunció a favor de los productores agrarios.
En julio de 2010,
un nuevo acontecimiento enfrentó al Card. Bergoglio y a la Presidenta Fernández,
pues el Gobierno argentino aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Para responder a la actitud del gobierno, Mons. Bergoglio, en una carta
pastoral, expreso con firmeza:
“No seamos
ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva
al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es solo el
instrumento) sino de una 'movida' del padre de la mentira que pretende
confundir y engañar a los hijos de Dios” (Ibídem).
Y, una vez elegido
Pontífice, al primer Jefe de Estado que Francisco recibió fue a la Presidenta
Kirchner. El encuentro fue amable. Pero la postura del Papa Bergoglio no ha
cambiado.
Estos episodios
con el Gobierno argentino, nos hacen augurar que el Papa Francisco no cederá
ante las presiones internacionales para modificar ni la postura de la Iglesia a
favor de los pobres y marginados ni la doctrina católica sobre el matrimonio y
la familia.
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