Año 9, número 425
Luis-Fernando Valdés
El Papa Francisco
publicó su primera encíclica “a cuatro manos” con Benedicto XVI, en la que
habla sobre la fe. Entonces, ¿quién es el verdadero autor de este documento? ¿no
habrá un duelo de poder entre el Papa Ratzinger y el Papa Bergoglio?
Francisco y Benedicto, hace dos días, en los Jardines Vaticanos. |
El pasado 5 de
junio, el Santo Padre entregó su primer documento solemne, titulado “Lumen
fidei” (La luz de la fe). Lo ha publicado en un tiempo
récord, pues aún no cumple ni cuatro meses de haber sido elegido Sucesor de
Pedro. [Síntesis
oficial]
Sin embargo, esta
rapidez no resulta sorpresiva, porque Benedicto XVI había anunciado desde el
año pasado su intención de publicar un documento pontificio sobre la fe, y
completar así la trilogía sobre las virtudes teologales, pues ya había
publicado una encíclica sobre la caridad (“Deus cáritas est”, 25 diciembre
2005) y otra sobre la esperanza (“Spe salvi”, 30 noviembre 2007).
Benedicto XVI renunció
al Pontificado Romano, el 28 de febrero pasado, sin haber publicado el
anunciado escrito sobre la fe. Pero fue el mismo Papa argentino quien anunció
que publicaría esta encíclica, tomando el borrador elaborado por el Pontífice
emérito, utilizando una metáfora musical: “será una encíclica a cuatro manos”,
como si fuera una interpretación de piano ejecutada por dos artistas. (News.va,
5 julio 2013)
Francisco sí
aportó algunas partes del texto definitivo, aunque la base es la redacción del
Pontífice emérito Ratzinger. En el prólogo de la encíclica, el mismo Papa
Bergoglio reconoce que su predecesor había “prácticamente completado el texto”
cuando decidió dimitir y explica que se limitó a “añadir algunas contribuciones
ulteriores”.
Entonces, ¿quién
es el autor: Francisco o Benedicto? Una encíclica es un documento pontificio de
primer rango. Lo importante es que el contenido es vinculante para los
creyentes. Y esto es así porque el Papa que la firma avala que el texto es una
explicación autorizada sobre fe o costumbres.
Desde el siglo
XIX, los pontífices ha utilizado las encíclicas para aclarar los temas
controvertidos sobre la fe o la moral. Pero es sabido que no siempre las han
escrito ellos personalmente. En unos casos, el Papa escribe una parte y un
equipo de especialistas la otra. Pero lo importante no es quien la redacta,
sino quien la firma. Al rubricarla, el Papa en turno emplea su autoridad para
garantizar la veracidad del contenido y que por eso debe ser creído por los
fieles.
De manera que la
“Lumen fidei” es una encíclica de Francisco, pues es él quien –en virtud de ser
el Papa– garantiza su contenido y le otorga el rango de ser un texto del
Magisterio, que vincula a todos los fieles a creerlo.
Si este escrito
hubiera sido publicado por Benedicto XVI después de haber renunciado, ya no
sería un texto magisterial, porque al dimitir dejó de tener la autoridad
pontificia en temas de fe y costumbres. Hubiera sido un excelente escrito de
Teología, muy útil y edificante, pero que no tendría que ser seguido por todos
los católicos.
En ese sentido, sí
es un documento redactado “a cuatro manos”. Pero la autoridad que lo publica es
sólo una, la del Papa Bergoglio, dado que Benedicto ya no es Papa y, por eso,
ya no tiene autoridad.
Pero queda una
última consideración. Se trata de la buena relación del Papa actual y el
Pontífice emérito. Benedicto se ha puesto a disposición del nuevo Pontífice, y
Francisco toma en cuenta a su predecesor. Esta armonía manifiesta la unidad de
los dos personajes y muestra que el Papa emérito no busca el poder, sino
servicio a la Iglesia.
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