Serie: Quién es el Papa Francisco, n. 3
Luis-Fernando Valdés
Antonio Briseño
Tan pronto como
fue elegido el primer Papa latinoamericano, comenzaron las preguntas sobre su
personalidad. ¿Qué hubo en su formación juvenil que lo haya preparado para
llegar a ser el Pontífice de la Iglesia Católica? ¿Qué eventos marcaron el
rumbo de su vida?
El joven Jorge Mario Bergoglio (primero a la derecha), con unos compañeros de la secundaria industrial. |
Jorge Mario
Bergoglio tuvo una juventud muy ordinaria. No hay eventos extraordinarios o
dramáticos, que hayan servido de presagio de una misión futura como la de ser
el Romano Pontífice. Más bien, en esta etapa de la vida de Jorge Mario todo
trascurrió con la misma normalidad que sus compañeros, imbuido en los deberes
académicos, en el deporte y la diversión.
El futuro Papa estudió
en la escuela secundaria industrial E.N.E.T N° 27, “Hipólito Yrigoyen”, de
donde egresó con el título de técnico químico, de manera que el joven Bergoglio
tuvo una profesión civil, con la que pensaba ganarse la vida.
Como todo joven de
clase media de un país en desarrollo, Bergoglio también tuvo que trabajar desde
temprana edad. Él mismo recuerda que, a los 13 años, cuando terminó la
educación elemental e iba a ingresar a la secundaria, su padre habló con él y
le dijo: “Mirá, como vas a empezar el secundario, conviene que también comiences
a trabajar; en las vacaciones te voy a conseguir algo” (S. Rubin y F. Ambrogetti, El Papa Francisco, 2013, p. 35).
Y, por esta razón,
comenzó a trabajar en la fábrica de medias donde su padre, contador, realizaba
trabajos administrativos. En esta fábrica, Bergoglio trabajó durante dos años
en el área de limpieza y más tarde pudo desempeñarse en algunos trabajos
administrativos.
La personalidad
juvenil de Jorge Mario estuvo llena de deporte, con pasión por el fútbol, como
prácticamente cualquier argentino. Este deporte es una de las cosas que aún lo
conectan con su patria, pues es “hincha” de “el Ciclón”, o del San Lorenzo de
Almagro, equipo que representa al barrio de Boedo, ubicado al suroeste de
Buenos Aires y que se puede considerar entre los cinco grandes del torneo
argentino de futbol.
El amor por el San
Lorenzo, le llegó a Jorge Mario a través de su padre, pues éste jugaba en el
equipo de basquetbol de San Lorenzo. El joven Bergoglio acudía con frecuencia a
ver al equipo al “Viejo Gasómetro”, la histórica cancha de San Lorenzo. Por
esta razón, muchos años después, ya como cardenal y arzobispo de Buenos Aires,
Mons. Bergoglio fue invitado, en 2008, a celebrar el centenario de este club
deportivo.
En esa ocasión, el
Card. Bergoglio fue nombrado socio honorario del San Lorenzo de Almagro y
celebró un Misa para conmemorar este evento. Y aprovechó para recordar el
origen religioso del club: “No importamos los colores de otro lado, se los
pedimos a la Virgen. Nunca saquen a María Auxiliadora del club porque es su
madre, ya que San Lorenzo nació en el Oratorio San Antonio bajo la protección
de la Virgen” (http://goo.gl/mxPGn).
Como todo joven de
su época, Jorge Mario tuvo una vida social muy ordinaria, conviviendo con sus
compañeros y compañeras de estudios. Y como parte de su personalidad, el baile también figuró entre sus gustos. Él
mismo recordaba en una entrevista que “me gusta el tango, lo bailé de joven”.
De esta manera
vemos que la personalidad del nuevo Papa tuvo como un importante componente de “equilibrio”
entre sus roles como estudiante, trabajador, deportista y con su vida familiar
y social. Podemos decir que este balance personal y una vida ordinaria son la
base humana humana del que sería elegido como Sucesor de San Pedro.
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