Especial: Sede Vacante, núm. 9.
Luis-Fernando Valdés
Benedicto XVI admintió que su salud ya no puede
ir al ritmo del mundo hoy. ¿Significa esto que su renuncia se debe a que no es
capaz de sintonizar con los jóvenes? ¿Un Papa demasiado anciano para conquistar
a la juventud?
La relación del Papa Ratzinger con los jóvenes
está atestiguda por tres Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), que ilustran
la capacidad del Pontífice para entrar en sintonía con los muchachos de los
cinco continentes.
Poco después de ser elegido Sucesor de Pedro,
Benedicto XVI se enfrentó a un gran reto: la JMJ en Colonia, Alemania, que
había sido convocada por Juan Pablo II para agosto de 2005. Algunos sostenía
que era difícil que el nuevo Pontífice conectara con los jóvenes como lo hacía
su Predecesor, que tenía un gran
carisma.
Benedicto XVI en la JMJ, frente a la Catedral de Colonia |
Otros más, basados en el prejuicio de que
Joseph Ratzinger era un hombre duro, supusieron no le sería fácil dialogar con
los jóvenes. Sin embargo, la realidad mostró algo diferente: que el Papa alemán
comenzó a conquistar los corazones de los católicos, iniciando por los jóvenes.
El Santo Padre supo entrar en tan fuerte
sintonía con los muchachos y muchachas, que muchos denominaron a esta JMJ como
“el milagro alemán”. Cuando concluyó esta Jornada, un popular periódico de
Renania describía, en su primera página, este evento como: “Sencillamente
divino”.
Como muestra del éxito obtenido en Colonia por
Benedicto XVI, basta decir que el presidente de la cadena pública de televisión
alemana informó que más de 250 millones de telespectadores de todo el mundo
siguieron el domingo la Eucaristía de clausura de la JMJ 2005.
Pero no ha sido la única JMJ durante el
Pontificado de Benedicto XVI. Ha celebrado otra en Sidney (2008) y una más en
Madrid (2011). Además, hay una jornada con jóvenes en cada viaje del Papa a los
distintos países. Este mismo evento se organiza cada año en Roma, en el Domingo
de Ramos.
De Sidney también hay una grata anécdota que
contar. Resulta que con la JMJ 2008 se
superó el número de visitantes a Australia en toda su historia. Superó incluso
al número de asistentes a las Olimpiadas en el año 2000.
Benedicto XVI permaneció en su lugar durante la tormenta en la JMJ Madrid 2011. |
En Madrid 2011, el Santo Padre reunió a por los
menos un millón y medio de jóvenes, que acompañaron al Papa en una emotiva
vigilia de oración y luego en una Misa. Hubo un suceso ilustra la sintonía del
Pontífice con los jóvenes. Durante esa vigilia cayó una tormenta que el Santo
Padre soportó sin moverse de su sitio. Y en castellano, dijo a los empadados
asistentes: “Nuestra fuerza es mayor que la lluvia. Gracias. El Señor con la
lluvia nos manda muchas bendiciones”. Al concluir, les agradeció a los jóvenes
“el gran sacrificio” y su buen ejemplo.
El núcleo del mensaje del Papa a los jóvenes se
encuentra condensado en la homilía de la Misa del inicio de su Pontificado, que
sigue claramente la línea de Juan Pablo II: “hoy, yo quisiera, con gran fuerza
y gran convicción, a partir de la experiencia de una larga vida personal, decir
a todos ustedes, queridos jóvenes: ¡No tengan miedo de Cristo! Él no quita
nada, y lo da todo. Quien se da a Él, recibe el ciento por uno. Sí, abran,
abran de par en par las puertas a Cristo, y encontrarán la verdadera vida”.
Estas JMJ atestiguan que hay “algo más” en la
relación del Santo Padre con la juventud, que no es posible explicar sólo con
categorías humanas, como que el Papa “tiene carisma” o que “tiene empatía”. Los
jóvenes de hoy buscan la autenticidad y sus corazones saben reconocerla… y en
Benedicto XVI, además de autenticidad, encontraron a Dios.
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