Año 12, número 582
Luis-Fernando Valdés
Con motivo de los
65 años de sacerdocio de Benedicto XVI, volvieron a los medios algunas polémicas
ya superadas, como si el Papa emérito hubiera sido encerrado contra su voluntad
en un monasterio. ¿Es válida la renuncia del Papa Ratzinger? ¿Hay dos Papas en
la Iglesia?
Una imagen elocuente de la armonía entre Francisco y el Papa emérito Benedicto XVI. Foto: Domus Ecclesia. |
1. El “complot” contra Benedicto. El
pasado 29 de junio, solemnidad de San Pedro y San Pablo, fue el 65º aniversario
de la ordenación sacerdotal de Joseph Ratzinger. Y en este marco vale la pena
recordar cómo surgió el cliché de una supuesta usurpación en el papado.
Cuando el Papa alemán se despidió de los
fieles, en su última audiencia (27 feb. 2013), explicó que con su renuncia ya
no tenía potestad; en cambio, “en el servicio de la oración permanezco, por así
decirlo, en el recinto de San Pedro”.
Justamente estas palabras sobre
su voluntad de permanecer “en el recinto de San Pedro” provocaron que algunos lanzaran
hipótesis sobre la renuncia: que no había sido verdaderamente libre y, por lo
tanto, no era válida; de modo que la sede apostólica hoy estaría vacante.
El periodista
Andrea Tornielli le preguntó por escrito sobre estas interpretaciones de su
renuncia, y Benedicto XVI le envió esta respuesta:
“No existe la menor duda sobre la validez de mi renuncia al ministerio petrino.
Única condición de la validez es la plena libertad de la decisión. Las
especulaciones sobre la invalidez de la renuncia son simplemente absurdas.” (A.
Tornielli, 25 feb. 2014)
2. Quiénes están detrás. Hay grupos que
intentan tomar protagonismo, y que utilizan como pretexto tanto al Papa
Francisco como a Benedicto. Son aquellos
que manejan “esas confabulaciones complotistas sobre Benedicto ‘obligado’ a
renunciar, por lo que todavía seguiría siendo el verdadero Papa, que siguen
apasionando a grupúsculos pseudo-ratzingerianos cada vez más ‘sede-vacantistas’
y a sus corifeos.” (A.
Tornielli, 29 jun. 2016)
Sobre esto, Francisco,
en la reciente entrevista
en el vuelo de regreso de Armenia, narró un anécdota que ilustra esta lealtad. “Escuché, contó Francisco,
pero no sé si sea verdad, subrayo, quizás son habladurías, pero van bien con su
carácter [el de Benedicto], que algunos fueron a verlo y a lamentarse por este
nuevo Papa. Y los echó, con el mejor estilo bávaro, educado, pero los echó”.
3. Un único Papa. En unas declaraciones
recientes del Prefecto de la Casa Pontificia, monseñor Georg Gänswein, sugirió
que había un ministerio petrino compartido, con un Papa activo y otro contemplativo.
Esto dio pie a la pregunta en los medios sobre si hay dos pontífices.
Francisco mismo
respondió a esa cuestión en la citada conferencia de prensa del avión. Afirmó
categórico: “hay un
solo Papa”. Y explicó que “quizás, como [sucede] con los obispos eméritos,
podrá haber más [papas eméritos], dos o tres, pero son eméritos”. O sea, como
sucede en las diócesis, que cuando los obispos que renuncian (por edad o por
salud), dejan de tener jurisdicción. Y luego dijo con gran claridad que
Benedicto “es el Papa emérito, no el segundo Papa”.
Al repasar estas
polémicas, se nota que hay quienes desean contraponer a Francisco y a Benedicto,
para justificar esas ideologías que dividen la Iglesia en dos bandos: uno
tradicionalista y otro de ideas liberales.
Pero las imágenes
de ambos durante el festejo de Benedicto desmienten que sean antagonista. Llevan
una relación tan cercana, que Francisco considera que Benedicto “es un hombre de Dios, es
muy inteligente y para mí es el abuelo sabio en casa.”
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