Año 11, número 586
Luis-Fernando Valdés
Un sacerdote
francés fue degollado en plena Misa por dos yihadistas. El clérigo cristiano
fue asesinado a nombre del Dios islámico: ¿estamos viviendo o no en una guerra
entre religiones?
Nuevo mártir. El padre Jacques Hamel fue asesinado por yihadistas del Daesh mientras celebraba la Misa. (Foto: theguardian.com // AFP) |
1. El atentado. El pasado 26 de julio,
dos miembros del Daesh (Estado Islámico), asesinaron al sacerdote católico de
86 años, Jacques Hamel, en Saint-Etienne-du-Rouvray (norte de Francia), y
dejaron herida de gravedad a una mujer. El padre Hamel celebraba la santa Misa,
cuando fue atacado y luego degollado.
El Daesh se
atribuyó la responsabilidad de este ataque, en un comunicado en el que afirmó
que estos actos se realizan “para
llamar” a sus “soldados” (terroristas) “a golpear a los países cruzados de la
coalición”. (El
mundo, 26 jul. 2016)
2. Solidaridad del gobierno francés con la
Iglesia. En primer lugar, el presidente francés, François Hollande, afirmó
que Francia está en una
guerra contra el terrorismo yihadista en el exterior, en Siria y en Irak, pero
también en el interior, contra las redes de radicales islamistas.
Hollande llamó por
teléfono al Papa Francisco para expresarle sus condolencias por la muerte del
padre Jacques Hamel y le prometió que hará “todo lo posible” para proteger los
lugares de culto.
Por su parte, el
primer ministro, Manuel Valls, ha expresado su “horror” a través de Twitter: “Francia
entera y todos los católicos están heridos. Permaneceremos unidos”. (El
Mundo, 27 jul. 2016)
3. Las religiones buscan la paz. Durante el vuelo que lo llevó
a Cracovia para la JMJ, el Papa Francisco se refirió a los recientes hechos de
violencia afirmando que “el mundo está en guerra porque ha perdido la paz”.
“Hablo en serio de guerra, añadió
el Pontífice, una guerra de intereses, por dinero, por los recursos naturales,
por el dominio de los pueblos. Pero no es una guerra de religiones, porque
todas las religiones quieren la paz”. (News.va, 27 jul. 2016)
Por su parte, Mohammed Karabila, imán en
Etienne-du-Rouvray y presidente del Consejo regional del culto musulmán de la
región de Alta Normandía (Francia), se declaró “horrorizado por la muerte de mi amigo”, el
sacerdote Jacques Hamel. “Es alguien que dio su vida por
los demás. En la mezquita estamos anonadados”, añadió. (ReL,
26 jul. 2016)
4. No estamos en una guerra de religiones. La
situación actual no es una guerra de cristianos contra musulmanes, como prueba
el hecho de que en los países occidentales conviven fieles de las dos
religiones. Y, aunque en los países árabes de corte islámico dejan mucho que
desear la libertad religiosa y la tolerancia, propiamente no es una guerra
contra las Iglesias cristianas (romana, ortodoxa, reformada, etc.).
Se trata más bien
de una especie de “guerra de guerrillas”, provocada por un importante grupo
terrorista, el Daesh, también conocido como Estado Islámico, que tiene sometido
un gran territorio en Siria e Irak, y que utiliza la religión islámica para
manipular a sus seguidores y conseguir así soldados dispuestos a morir por una
supuesta causa “santa”.
Tampoco es una
guerra de Francia y una coalición occidental contra un país musulmán, ni contra
la religión islámica. Se trata de una alianza militar para combatir a un grupo
armado, que no representa para nada un grupo religioso en sentido estricto.
Descanse en paz el
padre Hamel, que entregó su sangre en testimonio de fe en Cristo y su Iglesia. Esperamos
que este martirio siembre semillas de concordia, y que nos recuerde que las
religiones auténticas traen la paz y no la guerra.
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