Año 12, número 585
Luis-Fernando Valdés
El p. Federico
Lombardi finaliza su gestión en la Sala de Prensa de la Santa Sede, dejando un
gran legado: la figura del Vocero vaticano se ha convertido en un icono de la
apertura informativa de la Iglesia.
Una imagen muy conocida: el Papa Francisco y p. Lombardi en una conferencia de prensaen pleno vuelo. (Foto: iglesiaendirecto.com) |
Durante años el
Dr. Navarro Vals nos informó de los viajes y la salud de Juan Pablo II y, desde
2006, el p. Federico Lombardi nos mantuvo al día de los pontificados de
Benedicto XVI y del Papa Francisco.
Desde el próximo
1º de agosto será el laico norteamericano Greg Burke, quien tome el relevo en
esta función informativa. Burke era corresponsal en Roma para la cadena Fox de
Estados Unidos y, en 2012, fue llamado por Benedicto XVI como consultor para la
Comunicación de la Secretaría de Estado.
Su nombramiento se produjo
entonces en medio de la gran crisis y conmoción causadas por la divulgación de
casos de pederastia perpetrada por eclesiásticos, y sus buenos oficios pronto
empezaron a surtir efectos positivos. (Ecclesia, 12 jul. 2016)
2. ¿Hace falta un vocero para la Santa
Sede? Aunque en el imaginario colectivo, sobre todo de Hollywood, la
Iglesia se reduce a unos corruptos clérigos que desean mantener a los fieles en
la Edad Media para poder manipularlos, la realidad es que esta institución se
sabe adaptar a cada época, pues está llamada a iluminar cada momento de la
historia humana y no sólo el pasado.
Por eso, la
Iglesia Católica desde el siglo XX –y más desde el Concilio Vaticano II, con la
Declaración “Inter mirífica” (1964) sobre los medios de comunicación social– ha
mostrado un gran esfuerzo para adecuarse a la época contemporánea caracterizada
por la comunicación de masas.
Hoy día, todos
exigimos que las instituciones –incluida la Iglesia– nos den información de sus
actividades en tiempo real, nos aclaren los malentendidos y den cuenta de sus
actuaciones. Por eso, la Santa Sede cuenta con un vocero y recientemente ha
reestructurado su organización con una Secretaría de Comunicación (y también
muchas diócesis ya cuenta con un vocero).
3. Iglesia y transparencia. La Iglesia Católica
–como sujeto y objeto de información– resulta muy compleja porque tiene
diversas instancias: unas globales, otras nacionales y locales, que agrupan a
más de 1,100 millones de fieles.
Sin embargo, como
homenaje al padre Lombardi, hay que decir que la Oficina de Prensa vaticana ha
sabido informar a la opinión pública sobre la crisis de la pedofilia y los dos
casos de filtración de información clasificada llamados “Vatileaks”, junto con
la renuncia de Benedicto XVI, la Sede vacante y el cónclave que eligió a
Francisco. Y, aunque ha tenido menos resonancia en los medios, el vocero
también ha informado sobre la reforma económica del Vaticano, tema importante
para combatir la corrupción.
Seguramente, la
imagen de una Iglesia oscurantista siempre será parte de novelas y series de TV,
pero la transparencia informativa de la Santa Sede cada vez es más eficaz…
Ojalá esta realidad se imponga cada vez sobre aquella ficción.
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