Año 12, número 581
Luis-Fernando Valdés
Francisco viaja a
una pequeña nación de Asia, para dar un mensaje grande al resto del mundo.
¿Para que sirve que, desde el corazón de una nación cristiana rodeada de países
musulmanes, el Papa hable de las raíces cristianas de un pueblo y la unidad de
los cristianos?
Francisco fue recibido en Armenia por el presidente, Serge Sarkissian, y el Patriarca supremo, Karekin II. (Foto: www.24noticias.com: AFP) |
En el 301, como
resultado de la predicación de San Gregorio el
Iluminador, el rey Tiridates adoptó el cristianismo como religión oficial.
Por tanto, Armenia fue el primer estado en adoptar el cristianismo como
religión oficial.
2. Una historia de dolor y de fe. Armenia
es una de las civilizaciones más antiguas del mundo. En el curso de sus más de
dos mil años de historia los armenios han sobrevivido innumerables
persecuciones, como la
masacre turca de 1915 o el ateísmo forzado durante la Unión Soviética, que
fueron superadas gracias a su gran identidad y orgullo nacional, fundado sobre
la fe cristiana y sobre su lengua propia. (Radio
Vaticana, 21 jun. 2016)
En vísperas del
viaje, el Santo Padre comentó que la historia y las vicisitudes del amado
pueblo armenio que suscitan en él “admiración y dolor”. “Admiración, porque han
encontrado en la cruz de Jesús y en su ingenio la fuerza para volverse a
levantar siempre, también de sufrimientos que se encuentran entre los más
terribles que recuerde la humanidad. Dolor, por las tragedias que sus padres han
vivido en su carne”, subrayó el Papa, pidiendo no permitir a los recuerdos
dolorosos adueñarse de nuestro corazón. (Radio
Vaticana, 22 jun. 2016)
Ya tierra armenia,
el Pontífice también alabó la identidad cristiana de este pueblo, pues “la fe en
Cristo no ha sido para Armenia como un vestido que se puede poner o quitar en
función de las circunstancias o conveniencias, sino una realidad constitutiva
de su propia identidad, un don de gran valor que se debe recibir con alegría, y
custodiar con atención y fortaleza, a precio de la misma vida”. (Radio
Vaticana, 24 junio 2016)
3. Hacia la unidad. El Papa Francisco
realiza este viaje para visitar a los católicos armenios, que son apenas un 10
por ciento de la población. El restante 90 por ciento también son cristianos,
pero pertenecen a la Iglesia ortodoxa armenia, mejor conocida como “Iglesia
apostólica armenia”.
Por eso, una de las
expectativas de este viaje apostólico es la de unir más todavía a los
cristianos apostólicos (o sea, ortodoxos) y a los cristianos católicos. Así,
cuando llegó a la catedral de Santa Etchmiadzin, Francisco saludó al Catholicós
de Todos los Armenios, Su Santidad Karekin II, y le agradeció “ser acogido en
su casa”, porque “este elocuente signo de amor dice, mucho más que las
palabras, lo que significa la amistad y la caridad fraterna”.
El Obispo de Roma
explicó que el espíritu ecuménico (la búsqueda de la unidad entre cristianos de
diversas confesiones) adquiere un valor ejemplar, incluso para los no
cristianos, y “representa para todos una fuerte llamada a componer las
divergencias mediante el diálogo y la valorización de lo que une”.
Ante un panorama
mundial desolador, con este doble
mensaje desde Armenia, Francisco revalora el papel de las religiones tanto en
la búsqueda de la identidad cultural que permita la reconstrucción social como
la unidad que permita una búsqueda conjunta del bienestar de la sociedad.
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