Año 12, número 583
Luis-Fernando Valdés
Terminó el Ramadán
con una cifra enorme de víctimas mortales producidas por el Estado Islámico,
que asesina por igual a cristianos y a musulmanes. El terrorismo islámico no
tiene nada que ver con las religiones, pero parecer al Islam como el origen de
la violencia.
El Estado Islámico o Daesh ha causado dolor y muerte a los fieles musulmanes en este Ramadán 2016. (Foto: El Confidencial ) |
1. Un mes de atentados. El pasado 4 de
julio terminó el Ramadán,
que es el noveno mes del calendario musulmán, y en el que los musulmanes
piadosos practican el ayuno diario, desde el alba hasta que se pone el sol.
Concluyó así un mes de atentados del Estado Islámico (Daesh, acrónimo original)
que dejó una cifra peor que la del Ramadán de 2015.
El periodista de
Le Monde, Jean-Pierre Filiu, explica que el Daesh había amenazado al mundo con
una ola de terror sin precedente durante este Ramadán, pues mediante las
repetidas matanzas este grupo terrorista “espera imponer a los musulmanes su
visión totalitaria de un Ramadán de sangre, cuando el mes de julio está marcado
por el islam como de solidaridad y piedad durante su principal celebración
religiosa” (Milenio.com,
5 jul. 2016).
2. Musulmanes asesinados "por infieles".
El pasado domingo 3 de julio, un suicida del Daesh detonó explosivos que
mataron a más de 200 civiles chíitas y dejaron más de 135 heridos, en un barrio
de Bagdad (Irak).
Se trató de un
coche bomba, cargado de explosivos, que fue detonado en una importante zona
comercial. Entre las víctimas hay niños y mujeres, que estaban realizando sus
compras para la festividad del Eid al Fitr (por el final
del ayuno), con la que se culmina el mes sagrado del Ramadán. (Milenio.com,
4 jul. 2016)
En una vigilia de
oración por las víctimas, el Patriarca caldeo (católico) Louis Raphael explicó que
el terrorismo “no tiene nada que ver con la religión”; en cambio, sí “puede ser
vinculado a los juegos políticos que permiten matar musulmanes, cristianos,
mandeos y yazidis como ‘infieles’.” (Vatican
Insider, 8 jul. 2016)
3. El terrorismo islámico usa la religión
como pretexto. Viene bien aquí recordar unas palabras del Patriarca copto
ortodoxo, Tawadros II, pronunciadas al inicio de este año. El terrorismo, dijo,
“no distingue entre cristianos y musulmanes”.
Explicó que cuando
el terrorismo se alimenta de ideologías religiosas, golpea indistintamente a
todos los creyentes en Dios, fomentando los conflictos sectarios, en los que
las personas se matan por “dinero” o por hacer prevalecer “sus propios intereses”.
(Vatican
Insider, 8 ene. 2016)
4. La responsabilidad de Occidente. Hace
unos días (6 de julio), se publicó el “Informe Chilcot” sobre el papel del
Reino Unido en la Guerra contra Sadam Hussein, en 2003. Entre otros aspectos,
el documento sostiene que este país sumó a la invasión de Irak, “antes de
agotar todas las opciones pacíficas”. (BBC, 6 jul.
2016)
El reporte hace
ver que el caos que
surgió al caer el régimen se convertiría en tierra fértil para que musulmanes
radicales y los ex-generales de Hussein concretaran una popular idea entre los
extremistas: crear un califato al estilo Edad Media, el ahora Estado Islámico
de Irak y Siria. (Apuntes globales, 8 jul. 2016)
El Daesh tiene objetivos
políticos y económicos, pero los disfraza de religiosidad. Este grupo tiene su
origen en una guerra con fines petroleros, pero presenta la “guerra santa”
(yihad) como su meta.
Así salen derrotados dos
grupos inocentes: los ciudadanos que son víctimas de los atentados, y los
creyentes musulmanes que son tachados de fanatismo, cuando en realidad también
son víctimas de la falsa imagen del Islam proyectada por el Daesh.
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