Año 10, número 486
Luis-Fernando Valdés
Asia es el continente
con menos cristianos. En Medio Oriente, los creyentes son perseguidos y, en
Extremo oriente, Cristo casi no es conocido. Ante este panorama, ¿qué actitud
tiene el Papa Francisco?
El Papa saluda al Cardenal de Hong Kong (China). |
Hay un aspecto
menos conocido del Pontífice argentino. Se trata de su sueño juvenil de llevar
el Evangelio a los países asiáticos. En su momento, no pudo realizarlo por su
salud pues había perdido una parte del pulmón derecho.
Sin embargo, este
afán misionero nunca desapareció del corazón de Jorge Mario Bergoglio, y hoy
como Romano Pontífice desde el Vaticano quiere poner en práctica ese deseo, pero
con un gran realismo porque la actitud hacia el Cristianismo en unas naciones
asiáticas es favorable y, en otros, adversa.
1) Viajes a las
naciones donde hay más católicos. El Obispo de Roma acaba de realizar su tercer
viaje apostólico internacional a Corea del Sur. Se reunió con un millón de
personas, tuvo grandes gestos de
cercanía y consiguió dar un gran impulso a la Iglesia Católica en esa nación.
Para enero, el
Papa tiene programado otro viaje a dos naciones de Asia. Visitará Sri Lanka, que
puede representar para la Iglesia un puerta hacia la India, porque en esta isla
conviven los cristianos (7.5%) con una mayoría budista (69%).
También el
Pontífice estará en las Filipinas, donde los católicos suman el 80 por ciento.
El reto aquí es confirmar en la fe a los católicos filipinos que, junto con los
cristianos evangélicos, son todavía un bastión donde el modelo de familia
cristiana sigue vigente y donde los valores del Evangelio se notan en la vida
pública.
2) Defender a los
cristianos perseguidos en Medio Oriente. Ya hemos reseñado la tragedia de los
cristianos en Mosul y todo el norte de Irak, donde los creyentes han sido
expulsados de sus casas y muchos de ellos han sido cruelmente ejecutados. [Aquí, aquí y
acá]
El Papa Francisco
en estas últimas semanas ha manifestado su dolor al tener noticia de cristianos
crucificados, ha pedido que cese la persecución, ha instado a la comunidad
internacional a intervenir y ha enviado a un representante pontificio para que
en su nombre consuele a las víctimas. Incluso, en la conferencia de prensa en el
avión de regreso de Corea, manifestó su intención de visitar a los cristianos
de Irak.
3) Tender puentes
con China. La clave del problema consiste en que el gobierno chino ve a la
Iglesia como un país extranjero que quiere tener injerencia dentro de China.
Por eso, este gobierno ha forzado la creación de una “Iglesia nacional china”,
creando un cisma ‘de facto’.
Recientemente
China tuvo un gesto hacia la Santa Sede, pues autorizó que el avión que llevaba
al Pontífice hacia Corea sobrevolara territorio chino. Es la primera vez que un
Papa recibe autorización de cruzar el espacio aéreo de esta potencia asiática.
Por su parte, el mensaje
de Su Santidad fue contundente, pues dijo claramente que las intenciones de la
Iglesia no son de interferir en la cultura nacional china. Afirmó que los “cristianos
no vienen como conquistadores, no vienen a quitarnos nuestra identidad
[asiática]: nos traen la suya, pero quieren caminar con nosotros”. (Discurso
en Corea, 17 agosto 2014)
Los sueños
misioneros del Papa jesuita no tienen ningún deseo de colonizar u
occidentalizar a los asiáticos, sino de compartirles la vida y el mensaje de
Jesús de Nazaret, con un gran respeto hacia esas culturas locales.
Asia tiene dos
caras hacia el cristianismo: la ignorancia o la beligerancia. Francisco lo sabe
y está tendiendo puentes de amistad, por una parte, y enviando mensajes de
solidaridad hacia los perseguidos, por otra. Dos caras, dos oportunidades.
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