Año 10, número 483
Luis-Fernando Valdés
Después de
veintiún siglos de presencia de cristianos en el norte de Irak, en la
legendaria provincia de Nínive, ya casi no queda ninguno. Estamos a punto de
presenciar “en vivo” la desaparición de una cultura bimilenaria. ¿Qué podemos
hacer?
En otros artículos
ya hemos reportado la violencia y la crueldad con que son tratados los
cristianos en Irak, por parte del grupo radical ISIS (Califato de Irak y el
Levante). Ahora les transmitimos los sentimientos de los desterrados, que con
dolor dejan la tierra de sus antepasados y se quedan sin nada.
La situación es
crítica. El card. Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la
evangelización de los pueblos, citando noticias dadas por las religiosas
caldeas Hijas de María Inmaculada, denunció el hecho de que “esta noche
entraron en la llanura de Nínive los hombres del autoproclamado ‘califato’ y
expulsaron los miles de cristianos que viven en los poblados de la zona”.
El purpurado dijo
que “los cristianos tuvieron que abandonar todo, incluso el calzado, y
descalzos fueron encaminados por la fuerza hacia la zona de Kurdistán”. La
situación de los cristianos, precisó, “es desesperada porque en Erbil, la
capital del Kurdistán iraquí, no tienen intención de acogerlos porque no saben
cómo acoger a estos miles de personas”. (News.va,
7 agosto 2014)
Por primera vez en
milenios, los cristianos han dejado de vivir en Mosul, su ciudad. El escritor
iraquí cristiano Majed Aziza, escribió una conmovedora
carta a sus conciudadanos musulmanes, a modo de despedida y de protesta por
no haber recibido su apoyo y defensa.
“Expulsados,
dejamos nuestra ciudad, Mosul, humillados por los detentores del nuevo islam.
La dejamos por primera vez en la historia”. Los cristianos “somos los
auténticos hijos de esta ciudad y … somos sus fundadores”.
“Pero nos han
abandonado, dejándonos arrastrar fuera de la ciudad, hacia lo desconocido. Han
cerrado los ojos, mientras dejábamos detrás nuestra historia, las tumbas de
nuestros antepasados, nuestras casas, nuestro patrimonio y todo lo que es
querido a nuestro corazón.”
“El final de los milenios
que hemos pasado juntos … hemos vivido juntos centenares, miles de años,
construyendo Mosul con el sudor de nuestra frente. … Dejamos por la fuerza una
tierra que hemos alimentado con nuestra sangre”.
Por su parte, el
Papa Francisco no ha dejado de recordar a los cristianos iraquíes en su cuenta
de Twitter. Entre otros, publicó este mensaje: “Les ruego que dediquen hoy un
momento a rezar por todos aquellos que son obligados a dejar su casa en Iraq”
(@pontifex, 08/08/2014).
Además, el Santo
Padre ha dirigido una petición a la comunidad internacional para que “proteja a
todas las víctimas de la violencia en Iraq” (@pontifex, 09/08/2014). Y ha
exhortado a “todas las parroquias y comunidades católicas” para que “en este
fin de semana dediquen una oración especial por los cristianos iraquíes”
(@pontifex, 09/08/2014).
Por su parte, los
obispos de Oriente Medio instaron hoy a la comunidad internacional a proteger a
los cristianos iraquíes, al tiempo que pidieron a las autoridades musulmanas
emitir fatuas o decretos para prohibir los ataques contra las minorías. (Periodistadigital.com,
8 agosto 2014)
¿Qué podemos hacer
desde nuestro País? –Mantener viva la noticia de este destierro. Lo peor que
les puede pasar a los cristianos iraquíes es que caigan en el olvido. El día en
que nos olvidemos de ellos y su dolor, se habrá consumado la gran injusticia
del ISIL: acabar con milenios de cultura cristiana en Medio oriente.
Ver también: Los últimos
cristianos de Irak,
y además: Un Papa que sabe
llorar (sobre la sangrienta persecución religiosa en Siria)
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