Año 10, número 487
Luis-Fernando Valdés
El Pontífice y el
astro de fútbol se unieron en un emotivo abrazo. Ambos argentinos, ambos
carismáticos. Un suceso mediático, pero con un gran fondo: solidaridad y apoyo
a la paz de Medio Oriente.
El Papa "es humano, uno lo puede abrazar". |
El Santo Padre
había convocado a grandes futbolistas retirados, para un “partido por la paz”
en el que convivieran jugadores de varias religiones. El encuentro, que se
llevó a cabo el lunes 1 de septiembre pasado, dejó un mensaje claro: las diferencias
religiosas no conllevan violencia.
Los medios se
centraron en Maradona. El ex entrenador argentino se mostró emocionado por el
saludo que recibió del Papa y declaró: “Tenemos a un gran representante. Esto
me llena de orgullo a mí, a vos, a todos los argentinos, porque es humano, uno
lo puede tocar, lo puede abrazar”.
El Pontífice
aprovechó para pedirle al afamado futbolista que lo apoyara en una iniciativa
de caridad para África. Francisco le dijo: “Vamos a tener una comida, Diego,
quiero hablar con vos, quiero hacer un proyecto para que los chicos de África
dejen de sufrir y que coman”. (El
nuevo diario, 1 septiembre 2014)
Diego Armando se
sumó también a la causa de la paz, y afirmó a Radio Vaticana que “un balón vale
más que mil fusiles”. Y añadió: “Tenemos que buscar la paz como sea, queremos
que la gente tenga consciencia de que la paz es lo mejor para todos”. (News.va,
1 septiembre 2014)
Pero el resultado
de esta iniciativa del Obispo de Roma tuvo más trascendencia, porque se
convirtió en un gran mensaje para los jóvenes. Diego Simeone, actual entrenador
del Atlético de Madrid y ex capitán de la Selección argentina expresó que “para
los jóvenes del mundo el mensaje que quiero darles es: el respeto”. “Respetar
al prójimo es un gran paso para empezar a construir todo lo que uno desea”,
manifestó.
Y el portero de la
Juventus y de la Selección italiana, Gianluigi Buffon, sostuvo que las
religiones pueden convivir. “A mí el deporte ha ayudado a ‘vivir en grupo’, a
vivir en la diversidades que hay en un grupo, saber coexistir con cualquier
tipo de compañero, de cualquier religión, de cualquier credo, y a respetarse
mutuamente”.
Y añadió: “Pienso
que todo tipo de fundamentalismo sea de condenar porque no deja espacio a la
razón, a la relación, mientras en cambio una fe fuerte pero no demasiado
exasperada, hace mucho bien”. (News.va,
2 septiembre 2014)
¿Qué pensar de esto?
¿Un mero golpe mediático?
Hay que reconocer
que el Papa Francisco sabe jugar muy bien con los recursos que tiene a la mano
para impulsar la paz en Siria y en Irak. Amante del soccer, el Santo Padre
envía mediante un partido de fútbol un mensaje visual de convivencia
interreligiosa.
En efecto, tanto los
saludos del Papa lleno de afecto a todos los jugadores tanto cristianos como no
cristianos, como la convivencia en la cancha entre los futbolistas de distintos
credos son una señal de que las religiones, cuando son practicadas sin
fanatismo conllevan comprensión.
Además, en su
mensaje a estos deportistas, el Pontífice afirmó que ese partido interreligioso
era un símbolo para hacer entender que “es posible construir la cultura del
encuentro y un mundo de paz, donde creyentes de religiones diversas, conservando
su identidad (…) pueden convivir en armonía y en el respeto reciproco”.
Concluyó el Papa
explicando que la religión y el deporte pueden contribuir a la paz: “Las
religiones, en particular, están llamadas a hacerse vehículo de paz y jamás de
odio, porque en nombre de Dios se debe llevar siempre y solamente amor.” De
esta manera, ahora mediante un balón, el Santo Padre continúa su defensa de la
paz en Medio Oriente.
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