Año 13, número 639
Luis-Fernando Valdés
El “dogma
económico” de que el aumento de la población es causa de la pobreza de las
naciones ha llevado a una peligrosa crisis de escases demográfica en Europa. ¿Es
posible desarrollar una nueva visión entre población y progreso económico?
La población mundial envejece a un ritmo creciente que ya hace prever que en 2040 habrá más ancianos que niños (Foto: Forum Libertas) |
1. Un grave problema social en Europa. Aunque las predicciones decían que el
crecimiento demográfico mundial daría lugar a una gran carestía que arrasaría
con la población, lo cierto es que la población europea ha disminuido
grandemente no por escases de recursos, sino por la falta de nacimientos.
Alejandro Macarrón
explica que una consecuencia de la baja demográfica es que la sociedad europea
pasará de ser “líder mundial” a ser “irrelevante”, ya que en 1900 tenía al 25
por ciento de la población mundial y ahora tiene sólo el 10 por ciento.
El autor español concluye
que ahora Europa es “el cementerio del mundo, donde hay más viejos, y cada vez
pesamos menos, porque las naciones emergentes tienen más población”. (ReL,
12 feb. 2017)
2. Entre la ciencia y la ideología. Los estudios sobre el crecimiento de la
población se han enfocado casi exclusivamente desde la economía. Por eso, se sostuvo
que el aumento demográfico daría lugar a la pobreza social, pues se suponía que
al aumentar la población, los mismo recursos se repartirían entre más personas.
Pero no se trataba de una conclusión científica, sino de una postura
ideológica.
Así, en 1968 Paul
Ehrlich iniciaba su influyente obra “The Population Bomb” con una declaración:
“la batalla para alimentar a toda la humanidad ha terminado. En la década de
los 70, el mundo experimentará hambrunas, cientos de millones de personas van a
morir de hambre” (citado en First
Things, 1996). Pero esta influyente predicción no se cumplió, pues no se
basaba en estudios científicos, sino en el prejuicio de que el crecimiento de
la población conlleva pobreza.
3. ¿El aumento poblacional es causa de
pobreza? Si la llamada explosión
demográfica no es la causa, ¿cómo explicar entonces, que países con alta tasa
de crecimiento de la población como Eritrea, Somalia y Sudán, sufran hambre?
“Estos países –expone
el economista español, Rafael Termes– tienen densidades de población (población
por km2) entre las más bajas del mundo. Sus problemas no radican en la
capacidad de producir alimentos, sino en guerras que dejan a un alto porcentaje
de la población indefensa” (Conferencia, 18 feb. 2000).
4. Un cambio de enfoque. El problema de
fondo no radica en el problema objetivo de la carencia de recursos, sino el
problema humano de enfocar mal los problemas. “El modo como vemos el problema,
ése es el problema” (Covey, 1994).
El japonés Isamu
Shimura propone un cambio en el modo de ver la relación entre población y
economía. Escribe que “en vez de pensar que nuestra población (en Japón) es
demasiado grande para nuestra economía”, es más correcto decir que “la escala
de nuestra economía es demasiado pequeña para nuestra población”. Y propone que
en lugar de considerar a la personas como indeseadas, se debería ver como
“nuestro más apreciado recurso natural”. (Citado en First
Things, 1996)
Epílogo. Ante el “suicidio demográfico” de Europa (Weigel,
2017) producido por miedo a la escases de recursos, llegó el momento de sostener
que el aumento de población puede ser fuente de progreso económico. Hay que
quitar el dogma de que “el hombre es para el progreso”, y volver a las bases: “la
economía es para el hombre”. Los modelos económicos se deben reelaborar en
función del hombre y no de las utilidades.
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