Año 11, número 507
Luis-Fernando Valdés
Muy a su pesar, Francisco
dividió la opinión pública. Luego de sus declaraciones sobre la paternidad
responsable, algunos dicen que el Papa invita a tener pocos hijos, otros
afirman que apoya a las familias numerosas. ¿Qué dijo en realidad?
Nos encontramos de
nuevo ante un fenómeno de opinión pública, en el que algunos medios difundieron
el mensaje opuesto de lo que literalmente afirmó el Santo Padre. El mensaje
central de Francisco fue una fuerte crítica al neo-maltusianismo, y algunos
medios transmitieron que el Pontífice apoya el descenso de nacimientos. Veamos.
1) Francisco alertó
sobre la “colonización ideológica” de la familia, que quiere “destruir a la
familia”; “provienen de fuera, por esto digo que son colonizaciones” (Discurso,
16.I.2015). Luego especificó que se refería a la imposición de políticas de
control de la natalidad en los países pobres a cambio de ayuda financiera.
2) El Santo Padre
hace suya la postura de Pablo VI y la “Humanae vitae” (la encíclica que
promueve la apertura a la vida). En ese mismo encuentro con familias en Manila,
el Pontífice afirmó que el Beato Pablo VI “en el momento en el que se planteó
el problema del crecimiento de la población, quiso defender la apertura a la
vida de la familia”. Agregó que el Papa
Montini “vio hacia el futuro, a los pueblos de la tierra y vio esta amenaza de
la destrucción de la familia mediante la privación de los hijos” (Ibídem).
3) La polémica
mediática surgió con motivo de la rueda
de prensa, durante el vuelo de Filipinas a Italia. Le pidieron que
profundizara sobre la “colonización ideológica”, y el Papa respondió que Pablo
VI salió al paso del “el neo-malthusianismo universal que buscaban un control
de los nacimientos por parte de las potencias (…). Esto no significa que el
cristiano deba tener hijos en serie. Regañé a una mujer que se encontraba en el
octavo embarazo y había tenido siete cesáreas: ‘¿Quiere dejar huérfanos a sus
hijos? No hay que tentar a Dios…’ Pero, quería decir que Pablo no tuvo una
visión trasnochada, cerrada. No, fue un profeta, que nos dijo: ‘Cuidado con el
neo-malthusianismo que está llegando’.”
Resulta evidente
que el ejemplo del regaño por a esa señora no es por tener el octavo hijo, sino
porque vino después de siete cesáreas y, por lo tanto, por el grave riesgo que
corre la madre. De ahí que afirmar que el Papa criticó tener ocho hijos es una
mala interpretación.
5) Los conejos. El
Santo Padre habló también ahí de la paternidad responsable y quiso salir al
paso de dos extremos: tener hijos a ultranza y evitar que los pobres tengan
hijos. Sobre lo primero dijo la polémica frase: “Perdonen, pero hay algunos que
creen que para ser buenos católicos debemos ser como conejos”.
Juan Pablo II ya había
dicho la misma idea en 1994: “El pensamiento católico a menudo es malentendido,
como si la Iglesia sostuviera una ideología de la fecundidad a ultranza,
impulsando a los cónyuges a procrear sin ningún discernimiento y ningún
proyecto” (Ángelus,
17.VII.1994).
Termino con unas
palabras de Andrea Tornielli: “Como se ve, sacar de su contexto la frase sobre
los conejos y presentarla como síntesis del pensamiento del Papa al final lo
modifica y transmite exactamente lo opuesto del mensaje que quería dar, invitando
a las familias en los países occidentales a tener más hijos, y no menos, e
insistiendo en la apertura a la vida como intrínseca al matrimonio” (Vatican
Insider, 22.I.2015).
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