Año 10, número 474
Luis-Fernando Valdés
El reciente viaje
del Romano Pontífice a Tierra Santa tenía un objetivo religioso (reunirse con
católicos y ortodoxos), pero Francisco tenía además en mente la paz entre
judíos y palestinos. ¿Qué hizo el Papa por la anhelada reconciliación?
Abbas, Peres y Francisco rezarán por la paz. |
Fotomontaje: Aleteia.org |
El Papa Bergoglio
tenía en mente relanzar el proceso de paz entre palestinos e israelíes, que se
encuentra en punto muerto. En este viaje se cumplió lo que el Primer Ministro
Peres le diría al Pontífice: “La
paz es cuestión de fantasía e inspiración. Tú tienes estos dos elementos”.
Y sucedió así. La fantasía
del Papa para buscar la paz ocurrió en Belén, localidad donde nació
Jesucristo. Ahí justo después de finalizar la Misa, el Santo Padre invitó a los
líderes de Israel y Palestina a dialogar en el Vaticano.
“En el lugar de
nacimiento del Príncipe de la paz, quiero invitarlos, presidente Mahmoud Abbas,
junto al presidente Shimon Peres, a unirse en sincera oración a Dios para el
don de la paz”, dijo Francisco, que añadió: “Ofrezco mi casa en el Vaticano
como el lugar para este encuentro de oración”. (CNN
México, 25 mayo 2014)
Pero el Santo
Padre no se limitó sólo a ofrecer el Vaticano como sitio de diálogo. También
tocó con gran prudencia el núcleo de los malentendidos, y con gran audacia
pidió a tanto a palestinos que reconozcan al Estado de Israel, como a los
israelitas a que reconozcan el Estado palestino.
El Papa urgió a
los líderes de ambas entidades al “reconocimiento
de todos a los derechos de los dos Estados de existir y vivir en paz y
seguridad dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas”. (Ibídem)
Como respuesta a la
invitación del Papa tanto el Premier de Israel, como el Presidente de la Autoridad
Nacional Palestina, rápidamente accedieron a este encuentro y fijaron como
fecha este domingo 8 de junio.
En el vuelo de
regreso a Roma, durante la conferencia de prensa en el avión, el Papa explicó
el sentido de esta visita. “Será un encuentro de oración, no será para una
mediación o buscar soluciones: no. Nos reuniremos a orar, solamente. Y después cada
uno se va a casa”. Y añadió: “Yo creo que la oración es importante y orar
juntos sin hacer otras discusiones, esto ayuda, ¿no?” (EFE, 4 junio
2014)
El programa
que se llevará a cabo por la tarde de este domingo, según explicó el vocero del
Vaticano, el P. Lombardi, no se trata de una celebración interreligiosa debido a que cristianos,
judíos y musulmanes “no tienen una liturgia común”.
El Papa junto el Patriarca
Ortodoxo y los líderes judío y palestino se reunirán en los jardines vaticanos.
Cada uno de los cuatros formulará una oración pidiendo la paz. Y con un gesto
de paz, todos se darán la mano y después el Papa los acompañará a plantar un
olivo, símbolo de la paz. (Aleteia.org, 6 junio 2014)
Este encuentro
histórico de dos pueblos en conflicto desde 1946, parece un sueño. Fue la
“fantasía” del Papa Francisco, que no ha tenido miedo de poner el elemento
religioso, sobrenatural, de la oración como primer paso para la paz.
Con gran visión,
el Santo Padre nos enseña que la profundas diferencias de las tres grandes
religiones monoteístas no son obstáculos para convivir, para aceptarnos
mutuamente, y para rezar uno junto al otro, aunque recemos de modo diverso y
sin la pretensión de mezclar las religiones.
Francisco en gran
continuidad con sus predecesores, especialmente con Juan XXII (y su encíclica
“Pacem in terris”, 11 abril 1963) y Juan Pablo II, peregrino de la paz,
inaugura una nueva vía, un nuevo modelo, para buscar la concordia: que los
beligerantes recen juntos. ¡Gran fantasía!… que ahora ya es real.
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