Año 10, número 359
Luis-Fernando Valdés
El Papa Francisco
vuelve a sorprendernos. En una reunión con el Obispo anglocarismático Tony
Palmer, grabó un mensaje para una asamblea de Pentecostales reunida en Texas.
Luego Palmer afirmó públicamente que las diferencias ya no importan ahora. ¿El
Santo Padre declaró ya la unidad de ambas religiones?
El Obispo anglicano Tony Palmer. |
Aunque Su Santidad
nos tiene acostumbrados a manifestar su cercanía con mucha sencillez, ha sido
una agradable sorpresa que grabara un mensaje en
el iPhone del Obispo anglicano, en una reciente reunión en el Vaticano, el
pasado 14 de marzo.
Anthony Palmer es
inglés y líder de una comunidad protestante de estilo carismático y liturgia
anglicana llamada The Ark Community,
integrada en una alianza de congregaciones de estilo carismático y anglicano
llamada en inglés CEEC (Comunión de Iglesias
Episcopales Evangélicas).
Cuenta Palmer que
fue iniciativa del Papa hacer esa grabación, que le dio la vuelta al mundo porque
ahí aparece el Romano Pontífice hablando en inglés, durante unos instantes,
aunque luego retomó el italiano.
En el mensaje,
lleno de cariño y deseos de unidad, el Papa pidió a Dios el milagro de la
unidad. Y llamándolos hermanos, les solicita a los pastores pentecostales que
recen por él. Días después, ellos le enviaron un video con esa oración por él.
El núcleo del
mensaje, que el Papa Francisco pronunció con el “lenguaje del corazón”, está
centrado en el encuentro entre hermanos, como el que tuvieron en Egipto, José
(el “soñador”) y sus hermanos que lo habían vendido. Su Santidad invitó a
católicos y protestantes a “llorar juntos el llanto que une”.
Con claridad, el
Santo Padre afirmó que la causa de la separación han sido los pecados de todos.
Pero lleno de esperanza dijo que la unidad es un milagro, que Dios ya ha
iniciado, y recordó que Dios nunca hace los milagros a medias.
Todo esto es una
señal maravillosa del empeño del Primado Romano y de un Obispo anglicano de
buscar la unidad. En otro
video, Tony Palmer afirmó (hablando perfecto italiano) que el gran
obstáculo para la nueva Evangelización es la falta de unidad, como Jesús
advierte en el Evangelio de Juan; lo cual es exactamente lo mismo que afirmamos
los católicos.
Hasta aquí todo va
muy bien. El Papa Francisco no hizo ninguna alusión a temas doctrinales (que
son el punto que nos divide), sino habló desde la caridad, que es la pieza
clave del ecumenismo, y pidió oraciones, que son el punto donde hoy mismo
podemos ya tenemos una unidad verdadera.
El problema vino
después cuando, con el buen deseo de restablecer cuanto antes la unidad, el
estimado Obispo
Palmer afirmó en aquella reunión de pastores pentecostales en Texas, que “ya
no estamos protestando contra la doctrina de salvación de la Iglesia Católica;
ahora predicamos el mismo evangelio”.
Palmer afirmó que
para predicar la salvación es necesaria la unidad de los cristianos y que desde
la Declaración
Conjunta Católico-Luterana de 1999 sobre la “Doctrina de la justificación”
ya no hay razones para la división.
En realidad, las
diferencias doctrinales ahí siguen. Aunque
la “Doctrina de la justificación” es importante, no es en absoluto la única
cuestión que divide a protestantes y católicos (eclesiología, sacramentos,
mariología, canon bíblico, etc).
Pero ahora hay algo
distinto que en las polémicas de antaño: católicos y pentecostales nos llamamos
hermanos, reconociendo que los fieles de ambas confesiones hemos recibido un
mismo bautismo. Por esta unidad bautismal y, mediante la caridad y la oración,
podremos llegar más adelante a la plena unidad que también debe ser doctrinal y
ritual.
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