domingo, 29 de septiembre de 2013

Inicia la reforma de la Iglesia


Año 9, número 438
Luis-Fernando Valdés

El Papa Francisco prometió una reforma en la administración de la Iglesia. Formó un grupo de ocho cardenales para realizar esta tarea. Y ha llegado la fecha, pues se reunirán estos ochos purpurados del 1 al 7 de octubre.  ¿Va a ser diferente la Iglesia y distinto su mensaje? ¿Cuáles son los cambios que podemos esperar?
Estos son los ocho cardenales que ayudarán
al Papa Francisco en la reforma de la Curia.

Justo al mes de iniciar su pontificado, el Santo Padre anunció la formación de un grupo de ocho cardenales, provenientes de cada continente, en el que se apoyaría para estudiar la reforma de la Curia romana.

Durante las reuniones de cardenales previas al Cónclave, en marzo pasado, unos 90 cardenales sugirieron que el futuro Papa llevara a cabo una reforma en la Curia romana, que es el principal órgano de gobierno de la Iglesia católica.

Esta petición fue acogida por el Santo Padre, al mes de haber sido electo, cuando anunció la creación de este grupo de cardenales. Esta comisión tiene como misión principal revisar la Constitución Apostólica “Pastor Bonus” sobre la Curia Romana de 1988, promulgada por Juan Pablo II, y proponer un esquema más eficaz de funcionamiento de esta institución pontificia.

Se sabe que durante la reunión que iniciará el próximo martes, los purpurados estudiarán la posibilidad de reducir los dicasterios (ministerios) y consejos pontificios de la Curia; y también discutirán sobre el futuro del Banco Vaticano.

Además, discutirá este grupo especial de asesores del Papa sobre una nueva estrategia pastoral para la familia, que estudie tanto la situación de los divorciados que se vuelven a casar como el papel de la mujer dentro de la iglesia.

Ante esta noticia, es importante dimensionar lo que está sucediendo, para no dejarse llevar por la posible confusión. Por eso, es muy importante enfocar correctamente el tipo de cambios que está buscando el Romano Pontífice, cuya intención estaba muy clara desde el inicio de su gestión pontificia, y recientemente ha quedado patente en una entrevista reciente publicada en la revista “La Civiltà Cattolica”.

En esa entrevista, el Papa Francisco manifestó que se debe cambiar el “énfasis” sobre unos temas complicados, pero no la “doctrina” moral sobre ellos. En efecto, el Sucesor de Pedro explicó que lo primero es hablar de la misericordia de Dios, del encuentro con Cristo, y luego se proporcioné la adecuada catequesis sobre la moral católica, en lo referente al divorcio, la homosexualidad, etc.

Quienes esperan que esta comisión de cardenales proponga la eliminación de los aspectos doctrinales y morales de la Iglesia que contrastan con una parte de la cultura contemporánea, quizá se llevarán una gran decepción.

En cambio, todos aquellos que desean que la Iglesia sea más cercana a la gente, y que su gestión sea más eficaz para comunicar su mensaje espiritual, encontrarán respuestas más precisas sobre la manera de acercar a la fe a las personas que han pasado por un divorcio o por un aborto.

El núcleo de la reforma del Papa Bergoglio no reside en cambiar de la doctrina de la Iglesia, sino en promover la frescura del mensaje del Evangelio, que consiste en mostrar a las personas la cercanía de un Dios que está lleno de misericordia y comprensión.

En el fondo, el Papa Francisco está haciendo una reforma muy profunda: está poniendo los temas morales –con sus respectivas exigencias– en el contexto que les corresponde, que es dentro del mensaje de la cercanía y el perdón de Jesucristo. Este cambio de paradigma será una auténtica revolución, que seguramente servirá para revitalizar la Iglesia Católica.

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