domingo, 22 de septiembre de 2013

La revolución moral de Bergoglio


Año 9, número 437
Luis-Fernando Valdés

Ha causado revuelo una reciente entrevista del Papa. Los medios internacionales afirman que el Santo Padre ha dado un giro a la moral de la Iglesia respecto a los homosexuales y a los divorciados vueltos a casar. Pero, ¿qué dijo realmente Francisco?

El Papa Francisco y el autor de la entrevista,
el jesuita Antonio Spadaro.
El pasado día 19 fue publicada, en la revista jesuita “La Civiltà Cattolica”, una larga entrevista al Romano Pontífice, que ha tenido mucho eco en la prensa internacional. Se trata de tres conversaciones del P. Antonio Spadaro, jesuita, con el Papa, durante más de seis horas a lo largo de tres sesiones, el 19, el 23 y el 29 de agosto.

La entrevista toca temas importantes: la persona de Jorge Bergoglio y sus aficiones, por qué se hizo jesuita, la situación actual de la Compañía de Jesús, la situación actual de la Iglesia, la curia, el ecumenismo, el Concilio Vaticano II, etcétera.

En el texto hay unas afirmaciones del Papa que son tradicionales y ortodoxas, pero que se han sacado de contexto, y parecería que Francisco está cambiando la moral. Por ejemplo, dice: “No podemos seguir insistiendo solo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos. Es imposible. Yo he hablado mucho de estas cuestiones y he recibido reproches por ello. Pero si se habla de estas cosas hay que hacerlo en un contexto. Por lo demás, ya conocemos la opinión de la Iglesia y yo soy hijo de la Iglesia, pero no es necesario estar hablando de estas cosas sin cesar”.

El mensaje es claro. El Papa reafirma la “opinión de la Iglesia”, o sea, la doctrina de siempre, la que está en el Catecismo. De hecho, él mismo ya como Papa ha explicado esta misma doctrina. Pero dice que la Iglesia no puede sólo esta
r hablando de esto.
El Pontífice maneja una idea central: predicar primero el mensaje de misericordia de Dios, que es lo esencial, para que cada persona descubra a Jesús, como lo hicieron los discípulos de Emaús. Y luego, en segundo lugar, se da la catequesis sistemática de la verdades morales.

A la luz de este principio, se entiende claramente esta otra afirmación del Santo Padre: “Tenemos que anunciar el Evangelio en todas partes, predicando la buena noticia del Reino y curando, también con nuestra predicación, todo tipo de herida y cualquier enfermedad. En Buenos Aires recibía cartas de personas homosexuales que son verdaderos ‘heridos sociales’, porque me dicen que sienten que la Iglesia siempre les ha condenado. Pero la Iglesia no quiere hacer eso. Durante el vuelo en que regresaba de Río de Janeiro dije que si una persona homosexual tiene buena voluntad y busca a Dios, yo no soy quién para juzgarla. Al decir esto he dicho lo que dice el Catecismo.”

En cambio, algunos medios internacionales hicieron una lectura muy sesgada. “The New York Times” publicó: “El Papa dice que la Iglesia está obsesionada con los gays, el aborto y la anticoncepción”. ¿Refleja este titular el mensaje central de la misericordia de Jesús?

The Washington Post tituló: “En entrevista, el Papa Francisco establece una nueva dirección para la Iglesia”. Titular ambiguo, porque puede significar el énfasis en la misericordia que pide el Santo Padre, pero que da a entender que el Pontífice ha cambiado la doctrina.

Es una pena que tan importante entrevista se vaya a quedar sólo en una polémica mediática de un fin de semana. Vale la pena leerla, para entender la cercanía del Papa a la gente, a la que desea llevarle la misericordia de Dios; y leerla despacio, para entender los planteamientos de fondo, que serán oxígeno para la Iglesia.

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