Año 9, número 431
Luis-Fernando Valdés
Comenzó el juicio
contra un militar norteamericano que, por motivos religiosos, abrió fuego y
mató 13 de sus compañeros, hace cuatro años en Texas. Cuando un hombre
justifica en la fe sus malas acciones, queda cuestionado el mensaje de
fraternidad de las religiones. ¿Pueden convivir las diversas religiones?
Nidal Malik Hasan,
comandante del Ejército de Estados Unidos, asesinó a 13 soldados e hirió a más
de 30, el 5 de noviembre de 2009, en la base de Fort Hood, en Texas. La
fiscalía ha pedido la pena de muerte para Hasan.
La juez militar
que sigue el caso, la coronel Tara Osborn rechazó la argumentación de Hasan
quien alega haber disparado a soldados a punto de ser destinados a Afganistán
para proteger a los talibanes.
Durante la primera
sesión, la fiscalía sostuvo que Hasan planeó meticulosamente su matanza,
pidiendo consejo previo a líderes talibanes, como el clérigo Anwar al-Awlaki,
asesinado en un ataque de drones de la CIA en Yemen en 2011, o navegando por páginas
yihadistas.
Pero para Hasan no
se trata de una mera acción de la guerra entre afganos y norteamericanos, sino
de una acción “sagrada”. En efecto, aquel trágico día, el acusado entró en la
sala donde sus compañeros esperaban para ser vacunados, se subió sobre una mesa
y al grito de “¡Allahu Akbar!” [Dios es grande, en árabe], abrió fuego sobre
ellos.
Además su primer
alegato, el comandante afirmó: “Las pruebas demostrarán claramente que yo soy
el tirador”. Y añadió: “Las pruebas también determinarán que somos musulmanes
imperfectos tratando de establecer la perfecta religión... Pido perdón por los
errores que haya cometido en ese esfuerzo.” [El
País internacional, 6 agosto 2013]
Ante una tragedia
como ésta, y como las que ocurre casi a diario en Medio Oriente y en África,
causadas por la intolerancia religiosa, quizá la primera reacción de algunos
sea pensar que la religión hace daño a la sociedad.
El “fantasma” de
la peligrosidad de las religiones para la convivencia y la paz está muy
presente en la sociedad occidental. Pero es injusto considerar que todas las
religiones proponen la guerra entre ellas. Incluso son sólo unas cuantas
facciones del Islam las que proponen una “guerra santa”.
¿Puede haber
armonía entre las religiones? El Papa Francisco, en una de sus homilías en
Santa Martha, señaló que el problema entre las religiones surge cuando los
miembros de una sostiene que los fieles de las otras no pueden hacer el bien.
Afirmó el Papa que
“esta opinión cerrada de que no se puede hacer el bien fuera [de la propia
religión], es un muro que nos lleva a la guerra y también a lo que muchos han
pensado en la historia: matar en nombre de Dios.”
Y luego, con gran
fuerza, Francisco indicó que “no podemos matar en nombre de Dios. Es,
sencillamente, una blasfemia. Decir que se puede matar en nombre de Dios es una
blasfemia.” [News.va
22 mayo 2013]
Además de señalar
el obstáculo, el Santo Padre también propuso la clave para la convivencia entre
religiones, que consiste en “hacer el bien”. Se trata de un principio que une a
toda la humanidad, más allá de la diversidad de ideologías y de religiones, y
crea la cultura del encuentro que está en la base de la paz.
Es una gran pena
que todavía hoy algunos dañen a otros “en nombre de Dios”. Pero eso no debe
hacer que perdamos la oportunidad histórica de que los creyentes de las
diversas confesiones –junto con los no creyentes– nos unamos en la convivencia,
en la compresión, en el perdón, en labores de ayuda, de educación, etc.
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