Año 14, número 661
Luis-Fernando Valdés
En este nuevo año,
los países miembros de la ONU firmarán un Pacto Mundial para buscar una
migración segura, ordenada y regular. Pero, ¿bastará ese acuerdo para que surja
una visión positiva hacia los migrantes por parte de las personas y los
gobiernos?
Louise Arbour, Comisionada de la ONU, anunció un Pacto Mundial para la Migración, que buscará también una nueva visión sobre los migrantes. (Foto) |
1. Antecedentes. En la Cumbre de la
Naciones Unidas celebrada el 19 de septiembre de 2016, los estados miembros acogieron la Declaración de Nueva
York (13 sept. 2016), que expresa el deseo tanto de “salvar vidas y
proteger derechos” de los migrantes, como de “compartir la responsabilidad a
escala mundial”.
Después, el 4 de diciembre
de 2017, se celebró en Puerto Vallarta (México) la reunión
preparatoria de la Conferencia Intergubernamental, para preparar el
documento definitivo que se firmará a finales de este 2018.
2. Necesidad de un pacto mundial. En
Puerto Vallarta, la Representante del Secretariado para la Migración
Internacional, Louise Arbour, afirmó que ningún país puede enfrentar el
fenómeno migratorio por sí mismo.
Arbour explicó que
la única manera de abordar el reto del siglo XXI sobre la migración masiva es
mediante una respuesta coherente por la comunidad internacional, porque “el
movimiento de las personas a través de fronteras es, por definición, una
realidad internacional”.
3. Hacia una nueva visión sobre los
migrantes. La Representante destacó que el Pacto Mundial para la Migración es
una oportunidad para “reorientar la narrativa – a menudo tóxica- contra las
personas migrantes” hacia una “narrativa más precisa” que reconozca el apoyo que
representan las personas que llegan a otros países.
De modo
convergente, el Papa Francisco, en su mensaje
para la 51ª Jornada Mundial de la Paz 2018, también pidió una nueva manera de considerar
a las migraciones globales, para que ya no se consideren como una amenaza, sino
que sean contempladas “con una mirada llena de confianza, como una oportunidad para
construir un futuro de paz”.
4. Descubrir la grandeza de los migrantes.
Esta nueva mirada hacia los migrantes y refugiados, según el Pontífice, “sabe
descubrir que no llegan con las manos vacías” porque ellos traen consigo “la
riqueza de su valentía, su capacidad, sus energías y sus aspiraciones, y por
supuesto los tesoros de su propia cultura, enriqueciendo así la vida de las
naciones que los acogen”.
Ese nuevo
paradigma hacia los migrantes sabe también descubrir “la creatividad, la
tenacidad y el espíritu de sacrificio” de incontables personas, familias y
comunidades que reciben a los migrantes y refugiados, “incluso cuando los
recursos no son abundantes”, añadió el Papa.
Epílogo. Los fenómenos migratorios
están muy lejos de detenerse, porque las diferencias económicas y la falta de
paz que los producen seguirán presentes. Para resolver con eficacia los
problemas que conlleva la migración, hace falta tanto la acción internacional
como la ayuda de los particulares; pero ante todo lo primero es que cambiemos
nuestra propia percepción sobre los migrantes y refugiados.
El presupuesto
para que el Pacto Mundial sobre Migración pueda dar resultado es que encuentre
apoyo en los ciudadanos, que –con una nueva mirada– aceptemos la llegada de los
migrantes y los acojamos como una riqueza humana y cultural, sin reducirlos a
la imagen de mera mano de obra.
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