Año 11, número 544
Luis-Fernando Valdés
Días de contrastes.
Un grupo de activistas tunecinos recibe el Premio Nobel de la paz y horas
después, un par de explosiones acaban en Turquía con la vida de quienes se manifestaban a favor de
la paz. ¿Qué hace falta para que llegue de verdad la concordia?
1) La Academia Sueca
otorgó el galardón de la paz al llamado “Cuarteto de Diálogo Nacional Tunecino” por su
decisiva contribución a crear una democracia plural en Túnez, el pasado 9
octubre.
El Cuarteto
Nacional de Diálogo está conformado por el Sindicato General de Trabajo de
Túnez (UGTT por sus siglas en francés), la Confederación de Industria, Comercio
y Artesanías (UTICA), la Liga de Derechos Humanos de Túnez (LTDH) y la Orden de
Abogados de Túnez.
El comité con sede
en Oslo quiso reconocer a esta organización que "estableció un proceso
político pacífico y alternativo en un momento que el país estaba al borde de la
guerra civil". Así, el Cuarteto se
convirtió en un "instrumento para posibilitar que Túnez, en el espacio de
unos años, estableciera un sistema constitucional de gobierno garantizando los
derechos fundamentales de toda la población, sin importar el género, las
convicciones políticas o creencias religiosas". (La Nación, 9 octubre
2015)
En efecto, la Revolución tunecina, conocida también como la Revolución de los Jazmines se
inició como una serie de protestas demócratas, con gran presencia de jóvenes. Fue en ese momento cuando se originó el Cuarteto,
con la idea de acercar las partes y destrabar el proceso iniciado a principios
de 2011. Así cambió pacíficamente el régimen de Túnez, a diferencia del resto
de los países de la “Primavera árabe”.
2) Sólo un día
después, también en Oriente medio, un ataque con dos bombas dejó 86 muertos y
186 heridos en Ankara, capital de Turquía. El ataque fue dirigido contra los
manifestantes que pedían mayor democracia y el fin de la violencia entre los
rebeldes kurdos y las fuerzas de seguridad turcas.
El
primer ministro Ahmet Davutoglu dijo que el Estado Islámico, militantes kurdos
o de extrema izquierda podrían haber perpetrado el ataque. Había fuertes
indicios de que dos suicidas con bomba serían los responsables. En julio pasado,
también en Turquía cerca de la frontera con Siria, otro atentado del Estado
Islámico había acabado con al vida de 33 personas. (Milenio, 10 octubre
2015)
3) Las negociaciones
por la paz son un paso esencial para resolver los conflictos bélicos a lo largo
de la geografía mundial. Sin embargo, la realidad nos ha mostrado que suelen
ser procesos largos y no siempre eficientes.
Esto nos lleva a
preguntarnos si la verdadera solución para que venga la paz reside en la mera
negociación o en un mero equilibrio de poderes (y de capacidad bélica), ya que
la sola estrategia geopolítica no ha sido suficiente para recobrar la
concordia.
4) ¿Qué más hace
falta? La paz tiene su origen en el corazón de cada persona, tanto gobernantes
como súbditos. Hace falta que cada uno tome conciencia de su propia fragilidad
y de su proclividad al mal. Se entenderá entonces que “el cuidado por la
paz reclama de cada uno constante dominio de sí mismo y vigilancia por parte de
la autoridad legítima” (cfr. Gaudium et spes, 72).
Hace falta la fe,
pues como explica el Papa Francisco, es importante para la paz acudir a la
experiencia religiosa, que “va
más allá de la razón humana, pero también tiene un significado que puede
enriquecer a los que no creen e invita a la razón a ampliar sus perspectivas”
(Evangelii Gaudium, 238).
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