Año 11, número 533
Luis-Fernando Valdés
Dos videos virales
sobre la venta de órganos de bebés abortados ha centrado la discusión en la
legalidad de este comercio, cuando en realidad está en juego el fundamento de
la legalización del aborto: si el feto es o no un ser un humano.
Los Hechos. Esos
videos que muestran a dos importantes funcionarias de la Planned Parenthood
Federation of America (PPFA) ofreciendo a la venta órganos de bebes abortados
por “nacimiento parcial” en sus clínicas.
En el primer
video, Deborah Nucatola, directora senior de Servicios Médicos de la PPFA,
durante una comida con unos supuestos clientes (que son quienes la graban), admite
que la PPFA vende diversas partes de los niños muertos. Incluso informa del
precio, que oscila entre 30 y 100 dólares, según el tipo de órgano. (ReL,
15 julio 2105)
Un momento escalofriante del video viral: la Dra. Nucatola describe cómo practica los abortos para obtener órganos. |
Nucatola describe
con frialdad, mientras se come una ensalada, el escalofriante procedimiento abortivo
para obtener los órganos sin destruirlos. Esta médico comenta además que el
Departamento Legal de la PPFA es consciente de que cometen delitos, ya que la
venta de partes del cuerpo de niños abortados está prohibida por la ley de
Estados Unidos.
En el segundo
video, aparece al inicio Cecile
Richards, presidente de la PPFA, afirmando que “las acusaciones de que
Planned Parenthood se beneficia en cualquier forma de las donaciones de
‘tejido’ no son ciertas”.
A continuación
aparece Mary Gatter, presidente
del consejo de directores médicos de PPFA regateando –sí, regateando– el precio que estaría dispuesta a aceptar por
vender órganos de fetos abortados. Y, al final, Gatter termina con la pésima
broma de que cobra caro porque “¡quiero un Lamborghini!” (ReL,
22 julio 2015)
Reflexiones.
Primera, al observar ambos videos, queda claro que la PPFA está involucrada en
la venta ilegal de órganos extraídos de los bebes abortados. No se trata de un
negocio de algún médico que trabaja para ellos, sino que intervienen en él
altos directivos y el departamento jurídico lo sabe. La PPFA comete un delito.
Segunda
consideración, la venta de esos órganos encierra una gran contradicción, pues
para salvar a “otros” niños se despedaza a “este” niño. Sobre esto mismo, el
Senador por Oklahoma, James Lankford, pronunció un discurso (también viral) en
el Senado el 16 de julio.
El Senador hace
ver que Nucatola maneja como argumento para justificar el aborto “que ese niño
no es un niño, sino que es un feto, que es tejido”. Por eso, se justificaría su
comercio: el feto “sólo es tejido, y corresponde a la madre decidir qué se hace
con ese tejido. Y momentos después, se coge ese tejido y se vende porque son
órganos humanos que sirven para investigación”.
Y luego Lankford
muestra que ahí radica la inconsistencia del argumento: si vendes esos órganos
es porque son humanos, no mero tejido. “¡No puedes decir en un determinado
momento que no es un ser humano, y al momento siguiente venderlo porque los
órganos humanos que hay en él sí lo son! ¡Es un ser humano en todo momento! No
ha habido ningún momento en el que no fuese un niño, no ha habido ningún
momento en el que no fuese humano”. (ReL,
23 julio 2015)
La razón humana
puede nublarse de tal manera que puede justificar que un bebé sea destrozado
vivo en seno materno y, peor aún, puede diseñar técnicas sofisticadas para
obtener los órganos del bebe sin dañarlos.
Pero también la
razón queda eclipsada cuando se considera que la FFPA cometió un delito por
violar la ley que prohíbe el trágico de órganos, mientras que los miles de
abortos que realiza no serían un crimen por estar permitidos por la ley.
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