Año 11, número 532
Luis-Fernando Valdés
En los días
posteriores al viaje apostólico del Papa por el Cono Sur, las reflexiones sobre
su significado ha aparecido en los medios, y no pocas sostienen que el Santo
Padre dio un tinte político a sus mensajes. ¿Qué pretende Francisco?
En Bolivia el Papa Francisco habló de temas sociales. |
1) El Santo Padre
durante su visita apostólica a Bolivia, Ecuador y Paraguay se refirió a los
problemas sociales concretos que sufren los ciudadanos de esos países, tal como
lo hiciera Juan Pablo II, pero el estilo de Francisco es más directo.
Así lo muestra su discurso en Bolivia: “Queremos
un cambio, un cambio real, un cambio de estructuras. Este sistema ya no se
aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo
aguantan las comunidades, no lo aguantan los pueblos”. (Discurso,
9 julio 2015)
Pero esta claridad
para defender al que sufre, fue interpretada en clave de enfrentamiento
político-económico, como se ve en una nota
titulada así: “Críticas al capitalismo tensan próximo viaje de Francisco a
EEUU”.
2) Tampoco han
faltado intentos de manipulación. Así el Presidente Morales tomó una frase
improvisada del Papa –“Estoy pensando en el mar. Diálogo, diálogo”–, para
afirmar que “los católicos del mundo están con Bolivia para que vuelva al mar”.
(Europa
Press, 15 julio 2015)
El Papa mismo tuvo
que aclarar, en
el vuelo de regreso a Roma. Dijo que “en
la catedral de Bolivia toqué de ese tema de una manera muy delicada, teniendo
en cuenta la situación de recurso al tribunal internacional”.
Y detalló: “El
diálogo es necesario. Ahí me detuve, hice un silencio y dije: pienso en el mar.
Y continué: diálogo y diálogo. O sea, quedó claro que fue una intervención
frente a este problema pero respetando la situación como está planteada ahora.”
3) La actitud del
Pontífice argentino no es política. Esto lo reconoce incluso quienes se dedican
a la política, como el argentino Iván Petrella, referente intelectual del
partido liberal “Propuesta Republicana” (PRO).
Petrella, que
mantiene una
postura de reserva hacia el Santo Padre, no teme afirmar que “a veces, en
su defensa de los más desfavorecidos, se lo acusa al Papa de ‘populista’; esa
crítica me parece errónea, ya que no es populista el que torna visible lo
invisible, el que muestra lo que muchos prefieren no ver”. (La
Nación, 17 julio 2015)
4) ¿Qué busca el
Papa con todo esto? El vaticanista inglés, Austin Ivereigh, explica que es
fácil confundir el comportamiento del Papa respecto a los pobres y a las
riquezas, y confundirlo con un rebelde o un iconoclasta, pero que en realidad
“Francisco estaba buscando recuperar lo que se había perdido”, o sea, la
auténtica misión de la Iglesia.
Y añade que esa
recuperación incluye un retorno a la austeridad y a los pobres, lo cual
conlleva incomprensión. “Esto significaba oponerse a algunas cosas y molestar a
algunas personas, pero solo para que la Iglesia se pareciera más a sí misma, no
para transformarla en otra cosa” (Tempo
di misericordia, Milano 2014, pp. 108-109).
El Papa solo puede
ser comprendido por quienes conocen el Evangelio y entienden que el mensaje de
amor de Jesús incluye a todas las personas, comenzando por los pobres. Las
acciones del Pontífice y sus mensajes nos revelan que Francisco es un hombre
que asumido vitalmente el Evangelio.
En cambio, quienes
analizan al Santo Padre con categorías sociológicas buscan encajonarlo en los moldes
prefabricados de “comunista”, “teólogo de la liberación” o “populista”. Y toman
frases sueltas de sus menajes para “comprobar” sus teorías. Por eso, Francisco
siempre será un Papa manipulado e incomprendido.
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