sábado, 19 de octubre de 2013

Políticos socialistas rechazan el aborto


Año 9, número 441
Luis-Fernando Valdés

El Presidente socialista de Ecuador se llevó los espacios informativos internacionales, cuando recientemente anunció que si se despenalizaba el aborto, él renunciaría a su cargo. ¿Por qué muchos piensan que no se pueden defender las causas sociales y a la mujer sin apoyar el aborto?
El Presidente Correa, socialista, se opone a la
despenalización del aborto en Ecuador.

Los legisladores ecuatorianos están elaborando el “Código Orgánico Integral Penal” (COIP). En la sesión del pasado día 10, Paola Pabón y otras legisladoras del partido oficial propusieron la despenalización del aborto en el supuesto de violación.

La reacción del Presidente Rafael Correa fue inmediata y fuerte. Consideró que se trataba de una traición política, pues “por esto (la despenalización del aborto) no votó el pueblo ecuatoriano. Esto ha sido lo más discutido por Alianza PAIS [partido oficial] y quedamos en que no se iba a tocar la parte del aborto desde que se envió (el COIP)”.

Correa explicó que, en realidad, esa modificación a la ley era la puerta para legalizar después el aborto. “¿Permitir el aborto por violación? No se engañen, los que están con eso, están (a favor) de la total liberación del aborto, y esa es la puerta de salida que quieren dejar”.Y, puntualizó el Mandatario, “¿Dónde se habla de despenalizar el aborto? Por el contrario, la Constitución dice defender la vida desde la concepción”. [elcomercio.com, infocatolica.com, incdiario.com]

No hago una apología del Presidente ecuatoriano, que el año pasado aprobó la píldora del día siguiente, a la vez que ni critico ni alabo su ideología política. Sólo quiero destacar que es un político de izquierda, que desde su cargo público abiertamente apoya la vida.

En México se nos ha dicho que la llamada ideología de izquierda apoya a la mujer y, que por eso, en caso de un embarazo no deseado está a favor de que la mujer decida sobre su cuerpo. (Aunque, en realidad, toma una decisión sobre el embrión, que no es parte de su organismo).

Sin embargo, varios Presidentes de países latinoamericanos defienden la vida del nascituro. Así, ex presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, que es médico ginecólogo, en 2008 rechazó la ampliación del aborto, aunque le costo el apoyo de su partido, y a la postre la presidencia en 2010. Ahora que ha anunciado postularse nuevamente para el 2014, volvió a insistir en que ningún científico medianamente sensato puede negar que un cigoto, fruto de la fusión de dos células, es un individuo diferente del padre y de la madre.

Pero más llama la atención que la izquierda más revolucionaria, la de los ex-guerrilleros salvadoreños y nicaragüenses, se opone con toda firmeza al aborto. El Presidente de El Salvador, Mauricio Funes, en diversas ocasiones se ha opuesto a la despenalización del aborto y ha afirmado recientemente no modificará la Constitución que defiende la vida naciente. En Nicaragua, el Mandatario Daniel Ortega, sandinista y ex-guerrillero, rechazó incluso las enmiendas que despenalizaban el aborto terapéutico. [Vatican insider]

Este panorama nos hace ver que favorecer el desarrollo social  y fomentar la emancipación de la mujer no tiene porque estar asociado a aceptar el aborto. También nos hace pensar que en la opinión pública mexicana se ha sembrado la idea que el apoyo a las causas sociales debe incluir el aborto.

Al contrario, quienes estamos a favor de la mujer, sabemos que el punto de partida para favorecerla, se encuentra en la vida y en la familia. ¿Se puede apoyar de verdad a la mujer, si se le inculca que hay una dicotomía entre su cuerpo y su maternidad? Hace falta una nueva ideología social, que sepa integrar todos los aspectos de la mujer.

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