Año 8, número 385
Luis-Fernando Valdés
Aún estaba
reciente el atentado contra un consulado norteamericano en Libia, cuando
Benedicto XVI aterrizó en el Líbano. Mientras que los autores del ataque a la
sede diplomática protestaban por un video blasfemo contra Mahoma, el líder la
Iglesia católica exhortaba a la paz en nombre de la fe. ¿La religión provoca la
guerra o nos trae la paz?
Benedicto XVI recibido por el Presidente de Líbano, Michel Suleiman. |
El pasado martes
circuló por internet un video que presentaba a Mahoma, como un pederasta,
mujeriego y asesino. Este suceso generó protestas contra los Estados Unidos en
los países árabes, las cuales terminaron con el asesinato del cónsul
norteamericano en Bengasi, Libia. [CNN.com, 11.IX.2012
y 12.IX.2012]
Y precisamente en
medio de esa agitada región, que tiene como fondo la guerra civil en Sira, y la
sombra del grupo terrorista Al Qaeda, se presenta el Papa Benedicto, para
afirmar que la religión no debe ser causa de violencia sino de paz.
En su discurso de
llegada al Aeropuerto de Harissa, el Santo Padre anunció que llegaba al Líbano y
simbólicamente a todos los países de Oriente Medio, “como un peregrino de la
paz, como un amigo de Dios, y como un amigo de todos los habitantes de todos
los países de la región, cualquiera que sea su pertenencia y su creencia”.
[VIS, 14.XI.2102]
Durante este viaje
apostólico, el Papa Joseph Ratzinger denunció con mucha claridad la plaga del
fundamentalismo, que utiliza la religión para justificar la violencia. Explicó
que “el fundamentalismo es siempre una falsificación de la religión. Va en
contra de la esencia de la religión, que quiere reconciliar y crear la paz de
Dios en el mundo”. [VIS, 14.XI.2012-1]
Benedicto XVI
también hizo “un llamamiento apremiante a todos los responsables religiosos a
judíos, cristianos y musulmanes” a erradicar
el fundamentalismo religioso, “que toca indistintamente y mortalmente a
los creyentes de todas las religiones”. Y denunció que el fundamentalismo “quiere
apoderarse, a veces con violencia, de la conciencia de cada uno y de la
religión por motivos políticos”.
El Papa alemán
tocó el núcleo del fundamentalismo, que consiste en manipular los textos
sagrados de las religiones para convocar a la violencia. “Utilizar las palabras
reveladas, las Escrituras santas o el nombre de Dios para justificar nuestros
intereses, nuestras políticas tan fácilmente complacientes, o nuestras violencias,
es una falta muy grave”, explicó el Pontífice. [Infobae.com, 15.XI.2012]
Benedicto XVI
también exhortó a buscar la anhelada paz. Con realismo, pidió el cese de la
venta de armas para acabar con la guerra, “porque sin importación de armas la
guerra no podría continuar”. Y propuso que “en lugar de importar armas, que es
un pecado grave, deberíamos importar ideas de paz, creatividad, encontrar
soluciones para aceptar a cada uno en su alteridad”. [VIS, 14.XI.2012A]
El mismo viernes
14, en Harissa, donde el Romano Pontífice hizo entrega de la Exhortación
Apostólica “Ecclesia in Medio Oriente”, expresó su deseo de “que todos los
pueblos de la región vivan en paz, hermandad y libertad religiosa”. Al día
siguiente, en Beirut, reunido con los jóvenes, con audacia afirmó que “es el
momento en que musulmanes y cristianos se unan para poner fin a la violencia y
a la guerra”.
¿Logrará el Papa
que termine la violencia en la región árabe? Eso casi imposible de predecir,
pero lo que se puede ver desde ahora es que Benedicto XVI está poniendo unas
bases intelectuales y morales, para que la religión no sea confundida con el
fundamentalismo religioso. Sobre esta plataforma muchos podrán encontrar en el
mensaje de amor de las diversas confesiones un medio para alcanzar y conservar
la paz.
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