Año 8, número 377
Luis-Fernando Valdés
En pleno siglo
XXI, los ataques a la libertad religiosa siguen perpetrándose. En lo que va del
año, el grupo terrorista de inspiración islámica Boko Haram, que desde enero de
2012 ha asesinado
a 800 cristianos. En Siria, los cristianos sufren hoy una persecución poco
conocida, porque la atención mundial está enfocada en la guerra civil.
Aunque parece lejana, esta situación ya nos afecta en Occidente, ¿en qué se
nota?
Catedral de Garissa (Kenia) después del atentado, donde murieron 17 personas. |
El mapa de los
ataques a los cristianos es amplio. En Kenia, el pasado 1 de julio se
perpetraron unos sangrientos atentados en
Kenia, en la ciudad de Garissa, contra dos iglesias cristianas, entre ellas
la catedral católica, durante el rezo dominical, en los que murieron al menos
17 personas.
En China, el
pasado 7 de julio con la aprobación papal, Mons. Taddheus Ma Daqin, fue
ordenado obispo auxiliar de Shangai. En la ceremonia, declaró que no sostendría ninguna de las posturas de la
Asociación Patriótica de los católicos chinos, que es la Iglesia controlada por
el Gobierno de Pekín. Al terminar la Misa, fue
arrestado y aún sigue detenido.
En un primer
momento, estas situaciones parecen lejanas a nuestro País. Quizá sólo serían
objeto de solidaridad y de indignación. Pero si observamos las fases que suele
seguir la intolerancia hacia los cristianos, la visión cambia, pues notamos que
no estamos tan lejos.
Es Mons. Mamberti,
Secretario vaticano para las relaciones con los estados quien explica estas
tres etapas. Según este Prelado, el “primer estadio es la intolerancia, que es
un fenómeno social y cultural. Después viene la discriminación, que es un
proceso jurídico. Al final, los verdaderos crímenes de odio”. [Nota]
Podemos entonces
observar que en nuestra nación ya se dan algunos síntmoas. Según Mamberti, “en
Occidente vemos hoy, sobre todo, la presencia del primer estadio: la
intolerancia. Hay una hostilidad que aumenta contra la religión en general, y
contra la Iglesia católica en particular en sectores significativos de los
medios, del espectáculo y, a veces, incluso del arte moderno”.
Las observaciones de este alto funcionario de
la Curia tiene fundamento real, por ejemplo “en Europa, en los Estados Unidos y
en Australia se han propuesto o han sido expuestas obras artísticas
consideradas ofensivas por un buen número de cristianos”.
En lo referente al
segundo estadio, la discriminación, Mamberti también se refirió a las “leyes
que limitan el derecho a la objeción de consciencia” y “la marginación de la
religión y, en particular, del cristianismo, que permite expulsar de la vida
pública las fiestas y los símbolos religiosos, en nombre del respeto de los que
pertenecen a otras religiones o de los que no creen”.
El Secretario vaticano
reconoció que Occidente no hay violencia ni crímenes como los de África o Asia.
Sin embargo, hizo una importante observación: “la idea del ‘plano inclinado’
nos recuerda que el camino que lleva de la intolerancia a la discriminación y
de la discriminación a la violencia puede recorrerse rápidamente”, y por este
motivo “es importante dar valor a la libertad religiosa”.
Si aplicamos esto
a nuestro País, podemos ver que la gran importancia que tiene que los Congresos
locales estudien a fondo y aprueben la reforma constitucional al Art. 24 de
nuestra Carta Magna, porque se trata de un derecho humano, que si se respeta y
se custodia garantizará la paz y la tolerancia, y evitará toda discriminación y
violencia hacia los creyentes de cualquier religión.
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