Año 8, número 367
Luis-Fernando Valdés
Se estrenó
recientemente la película “Cristiada” y tuvo una excelente recaudación. El
comentario que más he escuchado es: “no sabía que en México hubiera ocurrido
algo así”. Pues eso mismo podemos decir también hoy, en este 2012: quizá no
sabemos que en bastantes lugares del mundo, los cristianos todavía son
perseguidos.
Soldados "cristeros" durante la persecución en México. |
Es un largo
recorrido de atropellos a este derecho fundamental, desde el Coliseo romano y
sus leones, las cimitarras islámicas, la guillotina ilustrada, los campos de
concentración (nazis, soviéticos, vietnamitas y chinos), hasta las
legislaciones contemporáneas que prohíben o limitan la libertad religiosa.
Las “cristiadas”
de hoy son silenciosas. Según la revista “First Things” (EUA), en un artículo
firmado por “Evangelicals and Catholics Together”, las persecuciones de hoy
ocurren no sólo, en los países de mayoría islámica, sino también en los Estados
comunistas de Asia e incluso en las sociedades democráticas (In
Defense of Religious Freedom, marzo 2012).
En los territorios
islámicos, ya conocemos las historias de Asia
Bibi (2010) y de Shabhaz
Bhatti (2011), en Pakistán; las bombas
colocadas en templos católicos y evangélicos en Nigeria (2011); el Obispo de Mosul (Irak)
asesinado en por extremistas islámicos (2008); los “coptos”
–cristianos egipcios– asesinados por defender sus templos (2011).
En Asia, los obispos
chinos fieles a Roma fueron obligados por el gobierno comunista a acudir a
una ordenación de obispos cismáticos (2012). Además, las repúblicas
post-comunistas de Bielorrusia, Turkmenistán y Uzbekistán, limitan la libertad
religiosa con el fin de controlar todos los aspectos de la vida social. Y en
India, los Hinduistas radicales han quemado orfanatorios y escuelas llevadas
por cristianos.
Sin embargo, la
nueva “Cristiada” también ocurre en los países occidentales, que defienden los
derechos humanos. En Canadá, pastores protestantes han sido multados por
predicar la moral bíblica sobre la sexualidad humana. En Inglaterra, le han
denegado la adopción a parejas que sostienen las enseñanzas morales de la Biblia. En Polonia,
el editor de un periódico fue sancionado por explicar la verdad sobre el aborto.
Y qué decir de la ley
de reforma sanitaria de EUA, conocida como “Obamacare”, que afecta
gravemente a la conciencia de los creyentes
Según First
Things, en todos estos casos, se pone de manifiesto cómo “el poder coercitivo
del Estado está siendo utilizado para imponer una agenda laicista en la
sociedad mientras se empuja a la creencia y práctica religiosa fuera de la vida
pública”.
Los llanos y
montañas del Bajío fueron el escenario de combate, donde los cristeros defendieron
la libertad de culto; en cambio, hoy este derecho humano tiene otro campo de
batalla: el estudio y promoción de los derechos humanos y la solidaridad con
los perseguidos.
Las “Cristiadas”
de hoy se ubican en el plano intelectual: hace falta conocer y entender los
derechos humanos y, en concreto, el derecho a la libertad religiosa, que es
inherente al ser humano, con independencia de cuál sea su credo. Es importante
que los creyentes sepamos razonarlo y darlo a conocer.
Estas nuevas “epopeyas
de la fe” incluyen también la solidaridad: es necesario que en Occidente sepamos
del sufrimiento de los creyentes que son minoría en los países de Oriente. Hay
que sacar de las catacumbas las persecuciones actuales y, a través de los
medios, conseguir una presión internacional a favor de esas minorías.
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