Año 8, número 348
Luis-Fernando Valdés
Aunque pasó
desapercibida en su momento, la reforma del art. 24 de nuestra Constitución,
que aprueba ahora el derecho a la libertad religiosa, hoy vuelve a la opinión
pública. Federico Reyes Heroles afirma que, en un País como el nuestro, esta
modificación podrá perjudicar a las religiones menos numerosas. Pero, ¿el
derecho a la libertad religiosa es cuestión de mayorías o minorías?
Federico Reyes Heroles, importante pensador mexicano. |
En otras palabras,
nuestro Autor sostiene que la libertad religiosa se basa en una cuestión
sociológica: en equilibrar el predominio de la mayoría sobre las minorías. Por
contraste, para la Iglesia católica “el derecho a la libertad religiosa está
realmente fundado en la dignidad misma de la persona humana” (“Dignitatis
Humanae”, n. 2).
Durante el
Concilio Vaticano II, cuando los padres conciliares elaboraban un documento
sobre la libertad religiosa, algunos prelados procedentes de países de mayoría
católica afirmaron que esta libertad estaba supeditada a la verdad, a sostener
la verdadera fe.
En cambio, los
obispos provenientes de naciones donde la Iglesia era minoría o estaba
perseguida, como los de la entonces zona comunista europea, enfocaron mejor la
cuestión y su postura fue ampliamente aprobada. Sostenían que la libertad
religiosa depende no de mayorías, ni tampoco de el hecho de afirmar que uno
tiene la verdad sobre Dios, sino que se trata de un derecho natural de cada ser
humano.
Reyes Heroles,
citando al importante sociólogo de la religión Roberto Blancarte, se preocupa
por las posibles consecuencias de esta reforma constitucional: 1) “los padres
de familia podrían reclamar su derecho a exigir educación religiosa en las
escuelas públicas”, 2) “las asociaciones religiosas podrían reclamar (…) su
derecho a poseer y administrar medios electrónicos”; y 3) “la abierta
participación política y electoral de los ministros del culto”.
Si el fundamento
de la libertad religiosa radicara en que no exista una mayoría, se entiende que
nuestro Autor diga que es un riesgo la libertad de educación y el uso de los
medios de comunicación, pues ambas cosas fomentarían el crecimiento del número
de fieles católicos. En cuanto a lo tercero, estoy de acuerdo en que es un gran
error que un clérigo tenga aspiraciones políticas.
De lo dicho por
Reyes Heroles se seguiría que la libertad de los padres a educar a sus hijos no
es absoluta, sino que depende de la pertenencia o no de esos padres a una
mayoría. Y lo mismo, la libertad de expresión, que conlleva poseer y administrar
medios de comunicación, sería un derecho sólo para los que son minoría. Pero en
realidad, ambos derechos se basan en la dignidad humana, en el simple el hecho
de ser personas (cfr. Declaración
Universal de los Derechos Humanos, arts. 1, 18, 19 y 26,3).
Como creyente, comparto
totalmente la opinión del Dr. Reyes Heroles: nunca se puede atropellar a una
minoría que tenga una creencia diferente. Pero disiento en que el medio para
conseguir ese respeto sea soslayar los derechos fundamentales de algunos por el
hecho de pertenecer a una comunidad más numerosa. Los derechos de las minorías
se deben afirmar por el hecho de que sus miembros son personas.
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