Hace cinco años, 13 marzo 2013, los cardenales eligieron a Mons. Jorge Mario Bergoglio, que ha sido el primer Papa latinoamericano. (Foto: Ecclesia) |
Año 14, número 671
Luis-Fernando Valdés
El Papa Francisco, con su estilo alegre y austero, junto
con su cercanía hacia quienes sufren o son marginados, se ha ganado el respeto
y el cariño de la gran mayoría. Pero ¿en qué se funda realmente su popularidad?
Les comparto algunos análisis de su Pontificado elaborados por sus
colaboradores cercanos, con motivo de este quinto aniversario.
1. Un Pontificado de la
alegría. El Secretario de Estado del Vaticano, el
card. Pietro Parolin, entrevistado
recientemente por Luca Collodi de Vatican News, señaló que en estos cinco años
de Magisterio del Francisco resalta que casi todos sus documentos principales
“siempre aluden a la alegría”: Evangelii Gaudim, Amoris laetitia, Laudato Si
(‘Alabado seas’, que es la alabanza que nace de la alegría de un espíritu lleno
de alegría).
El colaborador más cercano del Papa explicó que
“la característica fundamental de este pontificado es precisamente la alegría,
una alegría que no nace de la despreocupación, sino del hecho de saberse amados
por el Señor”.
2. La autenticidad de
Francisco. El periodista argentino del Clarín
(Buenos Aires), Sergio Rubin, entrevistó
al rector de la Universidad Católica de Argentina (UCA), Mons. Víctor Manuel
Fernández, que es el más estrecho colaborador intelectual del Papa.
Mons. Fernández explica que
un punto en el que se puede observar la autenticidad de Francisco es su
“austeridad extrema”, que ya vivía desde Buenos Aires: “no se tomaba
vacaciones, no ahorraba, no gastaba en ropa ni en gustos personales, no salía a
comer afuera, no se daba ningún gusto. Los demás necesitamos algunos respiros,
pero él admirablemente no. Por eso me indigna mucho cuando algunos pretenden
acusarlo de haber hecho cosas por dinero”.
El Rector saca una importante consecuencia de este estilo del
Pontífice: “¿Quién puede pensar que después de Francisco pueda prosperar un
papado condenatorio, que ostente poder y riqueza, que no esté dispuesto al
diálogo con todos, que ignore a los débiles de este mundo?”
3. Francisco comprende
el drama de cada persona. Otra característica del
Papa argentino es su actitud comprensiva y respetuosa ante las diversas
realidades humanas, que se hizo patente desde aquella frase: “Quién soy yo para
juzgar a un gay que busca sinceramente a Dios”.
Sobre esto, Mons. Fernández mencionó que otra nota fuerte del Papa
es su “cercanía paterna”. Como obispo, Jorge Bergoglio siempre se mostró como
un padre “que sufre con el dolor de sus hijos, que no se desentiende del drama
de los más débiles, que sabe escuchar sin juzgar, que acaricia y también
soporta con paciencia”.
El obispo Fernández explicó que el Francisco “comprende
el misterio de cada persona, reconoce su drama, se pone en el lugar del otro, y
sabe valorar los pequeños pasos que el otro pueda dar, aunque aparentemente sea
menos valorado”. Se trata de una actitud
como la de cualquier padre, “que quiere educar a un hijo pero no puede dejar de
abrazarlo con paciente ternura”.
Por eso, según el Rector de la UCA, esta actitud
del Papa ha marcado la vida de la Iglesia, pues “se ha vuelto inadmisible
cualquier actitud condenatoria, agresiva o autoritaria con los que piensan
diferente o tienen dificultades para sobrellevar el peso de sus límites”.
Epílogo. Alegría y compresión son dos rasgos, entre muchos más, que han
hecho que el Pontificado de Francisco sea popular y atractivo. El Papa no
ofrece un cristianismo rebajado e indulgente, sino lo contrario: con alegría y
comprensión, frutos de la misericordia, el Papa nos ofrece esperanza para
retomar las exigencias del cristianismo, sin sentirnos condenados a pesar de
nuestras continuas debilidades.
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