Año 13, número 630
Luis-Fernando Valdés
El aumento del
desempleo en los jóvenes ha puesto de manifiesto la crisis del modelo económico
global. Pero lo más complicado es que pocos se dan cuenta de que la falta de
trabajo afecta lo más íntimo de los jóvenes: su dignidad.
El Papa Francisco habló a los trabajadores de Génova sobre la necesidad del empleo. (Foto: AP // radiovaticana.com) |
1. Desempleo en aumento. Un problema
social globalizado es la carencia de empleo. Como muestra tenemos la
declaración del director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para
América Latina y el Caribe, José Manuel Salazar Xirinachs, quien señaló que “el
desempleo juvenil aumentó en forma abrupta en el último año, pegó un salto de
más de 3 puntos porcentuales, al pasar de un 15.1 a un 18.3 por ciento”. (economiahoy.mx,
1 jun. 2017)
Otro ejemplo. Aunque
en Colombia, el promedio de desempleo se mantenido estable (de 9.0 por ciento
en 2016 a 8.9 en abril pasado), en la ciudad de Cali subió y se ubicó en 11.7
por ciento. De 150 mil desempleados en 2016, pasó a 163 mil en este 2017. (elpais.com.co,
31 mayo 2107)
De igual manera,
aunque en Estados Unidos, durante el pasado mes de mayo repuntó el empleo, es
significativo que al final de ese mismo mes se registraron 248 mil pedidos
iniciales de los beneficios estatales por desempleo, cifra mayor a lo previsto
por un sondeo de analistas consultados por la agencia Reuters. (elfinanciero.com.mx,
1 jun. 2017)
2. El problema social del desempleo juvenil.
Desde el inicio de su Pontificado, Francisco ha señalado que el desempleo es un
grave problema de la sociedad. El año pasado, el Papa calificó de “un
escándalo” las tasas de desempleo juvenil.
El Pontífice
también señaló que este problema “no solo debe ser abordado en primer lugar en
términos económicos, sino que también debe afrontarse, y de forma no menos
urgente, como una enfermedad social”.
Para ilustrar este
drama, está el caso de la Expo Joven Empleo organizada por el Gobierno de
Buenos Aires (Argentina), que según los medios fue un fracaso porque la feria
ofrecía a los jóvenes empleo, pero las empresas ofrecieron pasantías no
remuneradas. (infonews.com,
31 mayo 2017)
Así se entiende
que el núcleo del problema del desempleo juvenil, según el Papa, radica en que
“nuestra juventud se ve privada de la esperanza y se malgastan sus grandes
energías, su creatividad y su intuición”. (Aciprensa,
13 mayo 2106)
3. ¿Por qué los subsidios no son la
solución? Podría extrañar a más de alguno que el Papa haya dicho, en su
reciente viaje apostólico a Génova (Italia), que no bastan los subsidios a los
desempleados, pues les parecería que si una persona tiene dinero para comer, el
problema estaría solucionado.
Sin embargo,
Francisco explicó ahí, en un encuentro
con el mundo del trabajo, que la dignidad de una persona se ve afectada
cuando no tiene empleo. Hizo la distinción entre “sobrevivir” (entendido como
conseguir medios para subsistir) y el “vivir”, o sea, ejercer toda las
capacidades personales. “La elección es entre sobrevivir y vivir”, subrayó.
Luego el
Pontífice, subrayó el papel del trabajo en la dignidad de los jóvenes. Dijo que
los jóvenes desempleados “crecen sin dignidad, porque no son ‘ungidos’ por el
trabajo que es lo que da la dignidad”. En efecto, la dignidad es innata, pero
luego ésta se “ejerce”, se desarrolla, mediante el trabajo.
El problema de la
juventud sin empleo nos pone frente a un enorme problema social. La crisis
actual afecta a la dignidad humana, porque el modelo económico occidental no
está enfocado en las personas sino en las ganancias. Urge un nuevo paradigma
económico centrado en el ser humano y no en las utilidades.
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