Año 13, número 619
Luis-Fernando Valdés
El Papa Francisco defiende
nuevamente a los trabajadores, al afirmar que es un “pecado grave” quitar el
empleo solo para incrementar ganancias. ¿Cuáles son los motivos de Francisco:
una ideología de izquierda o el Evangelio?
1. El caso de Sky Italia. En la
reciente Audiencia general del pasado miércoles 15 de marzo, el Papa argentino
improvisó unas palabras en apoyo a los trabajadores de una empresa italiana de
comunicaciones, cuyos empleos están en peligro.
Según la agencia
ANSA, Sky Italia tiene un plan de reestructuración que prevé el cierre de la
sede de Roma, más de 200 despidos y más de 300 traslados de trabajadores de
Roma a Milán, a pesar de que la empresa ha registrado ganancias.
2. Una defensa del trabajo desde la
dignidad de la persona. Quienes no están verdaderamente familiarizados con
las ideas de Francisco, con frecuencia tienen a simplificar y dicen que el Papa
es de izquierdas o es “de la liberación”.
En realidad, sólo
se puede entender la postura del Pontífice argentino desde la Doctrina Social
de la Iglesia, que defiende la dignidad de la persona y de todo aquello que es
inherente a esa dignidad, como la vida, la familia, el trabajo, etc.
Por eso, en aquella
Audiencia, al dirigirse a los peregrinos de lengua italiana, Francisco recordó
que “el trabajo da dignidad” y que por eso “los políticos y los líderes
políticos tienen la obligación de hacer todo lo posible para que todo hombre y
mujer pueda trabajar y caminar con la frente alta, mirando a los ojos a las
personas”. (La
Nación, 15 mar. 2017)
3. Una economía contraria al hombre. En
esta defensa del ser humano y su dignidad, el Papa ha sido muy firme. Se ha
opuesto a una economía basada en las utilidades y no en el bien de las
personas.
En esta defensa
del hombre, Francisco ha acuñado frases muy duras, aunque quizá no han tenido una
repercusión práctica en el sistema económico. El Papa ha dicho, por ejemplo,
que “esta economía mata”; también ha sostenido que vivimos en una cultura del
“descarte”, que toma a las personas como productos reemplazables.
Se entiende así
porqué, durante la ya mencionada Audiencia, el Obispo de Roma, dijera con tono
serio y fuera del texto preparado que “quien, por maniobras económicas, para
hacer negociaciones no del todo claras, cierra fábricas, cierra empresas y le
quita el trabajo a los hombres, esta persona comete un pecado gravísimo”.
4. La crisis de modelo económico actual.
Francisco analiza la economía global desde el mensaje social del Evangelio, y
explica que ese modelo económico ya no es suficiente, pues no toma en cuenta la
dignidad del ser humano.
Francisco se ha
atrevido a pedir un nuevo modelo económico: “se necesitan programas, mecanismos
y procesos orientados a una mejor distribución de los recursos, a la creación
de trabajo, a la promoción integral de los excluidos”.
Con gran audacia, pues
se trata de un desafío al sistema económico de Occidente, Francisco pide que “tratemos
de construir una sociedad y una economía en las que el hombre y su bien, y no
el dinero, sean el centro”. (Ver A.
Tornielli, - G. Galeazzi, 2015)
El Papa Francisco
está en plena sintonía con los mensajes sociales de Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto
XVI. Lo novedoso del Pontífice latinoamericano es que mediante sus gestos –y
nos sólo con frases ingeniosas y elocuentes– ha denunciado las injusticias
sociales. Quien entiende a Francisco, sabe que defender a los pobres no es
comunismo, sino el corazón del Evangelio.
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