Año 13, número 617
Luis-Fernando Valdés
Francisco se
convirtió en el primer Papa que visita a la comunidad anglicana de Roma. Pero, ¿de
qué sirve un diálogo entre dos Iglesias, que mantienen sus diferencias
doctrinales y disciplinares?
El Obispo de la Diócesis de Europa de la Iglesia Anglicana, Robert Innes, recibió al Santo Padre. (Foto: diariodigital.com) |
La historia de una separación. Han
pasado más de 450 años de la fractura de la Iglesia Católica en Inglaterra, que
sucedió cuando el rey Enrique VIII rompió con Roma, porque deseaba que fuera
aceptado su divorcio y sus nuevas nupcias.
Desde entonces existe
la Iglesia Católica Anglicana (=de los ingleses), que no está en comunión con
la Iglesia Católica Romana. Después de siglos en los que hubo duras
persecuciones y rechazo a los católicos romanos, hace 50 años se inició un
diálogo fraterno entre ambas Iglesias.
Los pasos del diálogo ecuménico. Por
ecumenismo se entiende la búsqueda de unión entre las diferentes comunidades
cristianas que no están plena comunión entre sí. El diálogo católico-anglicano
se inició en 1966 con el encuentro entre el Papa Pablo VI y el Arzobispo de
Canterbury de esa época Michael Ramsey.
Además, como señal
de fraternidad entre ambas Iglesias, San Juan Pablo II visitó a la catedral
anglicana de Canterbury, en Londres, en mayo de 1982; y Benedicto XVI estuvo en
la Abadía londinense de Westminster en 2010. Ahora Francisco se convirtió en el
primer Pontífice que visitó una Iglesia Anglicana de Roma, el pasado 26 de
febrero. (News.va,
25 feb. 2017)
Dialogar a pesar de las diferencias. Con
motivo de los 50 años del inicio del diálogo ecuménico entre ambas
denominaciones religiosas, el Obispo de Roma y el Arzobispo de Canterbury,
Justin Welby, firmaron un acuerdo histórico.
En el documento,
los líderes manifestaron que “se han cumplido grandes avances en muchos
aspectos que separaban” a ambas Iglesias. Y, a la vez, la declaración reconocía
que “nuevas circunstancias han provocado nuevos desacuerdos entre nosotros,
particularmente las referentes a la ordenación de mujeres y otras recientes
cuestiones relativas a la sexualidad humana”.
A pesar de esas
diferencias, ambos jerarcas sostuvieron el compromiso y el deber de “estar
unidos en la causa común de apoyar y defender la dignidad de todos los
hombres”, a pesar las “divergencias” existentes, animados por el deseo de
alejar los nubarrones oscuros “de las controversias” y “resolver los conflictos
y traer la paz”. (News.va,
25 feb. 2017)
Un histórico cambio de enfoque. Durante
su visita al templo anglicano de “All Saints”, Francisco enfatizó la mejoría en
la relación de ambas confesiones. Dijo que “muchas cosas han cambiado entre
católicos y anglicanos que antaño se miraban con recelos y hostilidad. Hoy,
gracias a Dios, nos reconocemos por lo que somos realmente: hermanos y hermanas
en Cristo”.
Se trata de un
importante cambio de perspectiva. Se pasa del enfoque de “herejes” y “enemigos”
a la mutua consideración como “hermanos”. Por eso, añadió Francisco ahora “el
deseo de una mayor cercanía entre cristianos es más fuerte, como lo demuestra
el hecho de rezar juntos”. Añadió que “a veces el progreso en el camino de una
plena comunión puede parecer lento e inseguro, pero hoy nos podemos sentir alentados
por nuestro encuentro”. (AFP,
26 feb. 2017)
Esta visita del
Papa nos muestra que el diálogo entre católicos y anglicanos tiene mucho
sentido. Nos enseña que reconocer las diferencias, lejos de fomentar la
enemistad, permite que nos podamos tratar como hermanos y trabajar juntos por
la paz. Se trata de un suceso histórico que rompe con el paradigma de que las
religiones provocan la guerra y la división.
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