Año 13, número 615
Luis-Fernando Valdés
Como reacción ante
las políticas migratorias del Presidente Trump, se llevó a cabo una jornada de
protestas pacíficas para mostrar la necesidad de migrantes que tiene Estados
Unidos. ¿Qué eficacia pueden tener estas manifestaciones?
Algunos restaurantes apoyaron que sus empleados inmigrantes fueran a las marchas. (Foto: nuevodia.com.mx) |
1. El contexto de las protestas. Desde
su campaña electoral, el Presidente Donald Trump ha sostenido que el desempleo
en Estados Unidos se debe la inmigración. Por eso, ha dado órdenes ejecutivas
para aumentar las deportaciones de inmigrantes ilegales, construir un muro en
la frontera con México y restringir el ingreso de inmigrantes de ciertos países
con población mayormente musulmana.
Como respuestas,
varias entidades civiles de Estados Unidos organizaron una serie de protestas,
el pasado jueves 16, para mostrar la importancia de los trabajadores
inmigrantes para el estilo de vida y la economía de ese país. (AP,
16 feb. 2017)
2. “Un día sin Inmigrantes”. Las
protestas cobijadas bajo ese lema se llevaron a cabo en ciudades importantes
como Washington, Filadelfia, Boston, Houston, Nueva York y Chicago, con el objetivo
de mostrar Trump que “sin nosotros y sin nuestro aporte este país se paraliza”,
como rezaba la convocatoria.
El día señalado
reinó un silencio inusual en el Mercado Italiano de Filadelfia. Restaurantes de
lujo en Nueva York, San Francisco y Washington permanecieron cerrados. Tiendas
de víveres, “food trucks”, cafeterías y puestos de tacos en Chicago, Los
Ángeles y Boston tampoco abrieron sus puertas. También hubo algunas escuelas en
las que los pupitres vacíos fueron mayoría. (El
financiero, 16 feb. 2017)
La respuesta fue
numerosa, aunque no paralizó al país del Norte. Pero cabe destacar la
solidaridad de muchos empleadores que dieron el día a sus trabajadores para que
participaran en las manifestaciones. (El
Mundo, 16 feb. 2017)
3. ¿Por qué apoyar a los inmigrantes? La
problemática que genera la movilidad humana requiere siempre una reflexión
serena. Dejando a salvo los derechos de los países a regular el paso por sus
fronteras por motivos de seguridad nacional, los inmigrantes debe ser
respetados en sus garantías individuales, aunque no tengan documentación legal.
Los obispos de la
frontera entre Texas y la frontera norte de México reunidos en Brownsville
(Texas) en el primer Encuentro bi-anual Tex-Mex publicaron un comunicado
en el que señalan que “independiente de su condición migratoria (legal o
ilegal), los migrantes, como toda persona, poseen una dignidad humana
intrínseca que debe ser respetada” (n. 9).
4. El derecho a una vida mejor. Hace precisamente
un año el Papa Francisco visitó la Frontera entre Ciudad Juárez (México) y El
Paso (Texas, EUA). Ahí el Pontífice argentino, hijo de migrantes italianos,
constató con dolor que los migrantes “son hermanas y hermanos que salen
expulsados por la pobreza y la violencia, por el narcotráfico y el crimen
organizado” (Homilía, 17 feb. 2016).
La migración no es
un crimen, sino una opción para huir de situaciones sociales injustas o
peligrosas y una ocasión para conseguir una vida mejor. Por eso, en el
comunicado antes citado, los obispos afirmaron “que todo pueblo tiene el
derecho a condiciones dignas para la vida humana, y si éstas no se dan, tiene
derecho a emigrar (Papa Pío XII)” (n. 12).
Ahora se puede
entender mejor la importancia de las protestas pacíficas y de las declaraciones
de movimientos civiles y religiosos, pues contribuyen a que los migrantes sean
considerados y tratados como personas, y nunca como meros usurpadores de
empleos y menos aún como criminales.
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