Año 13, número 614
Luis-Fernando Valdés
El tráfico de
personas para obtener sus órganos y el turismo a países donde se facilita su
obtención se está convirtiendo en una plaga social. ¿Qué hace falta hoy para
garantizar que la donación de órganos sea lícita?
Hacia una cultura de la donación de órganos, clave para reducir su tráfico. (Fotomontaje: periodistadigital.com) |
Por esta razón, la
Academia Pontificia de las Ciencias organizó recientemente una cumbre sobre el
tráfico de órganos y sobre el turismo de los trasplantes, en la que
participaron delegados de 50 países, con el objetivo de presentar un
diagnóstico preciso del problema, firmar una declaración de consenso contra
estas prácticas y apoyar la lucha contra ellas a nivel global. (A.
Beltramo, Vatican Insider, 7 feb. 2017)
2. La ética en los trasplantes. La
donación de órganos es una acción buena y lícita, pues permite que un enfermo
crónico tenga mayor calidad de vida o incluso obtenga su curación total. Es muy
loable que las personas manifiesten su voluntad de donar sus órganos al morir.
Sin embargo, la
donación y recepción de órganos tiene unos límites éticos. No se pueden donar
órganos que impliquen la muerte directa de un donador vivo, como sería el caso
del corazón. Tampoco se puede donar órganos, si esto implica riesgos a la propia
salud.
Y, en el caso de
los órganos obtenidos sin consentimiento del sujeto y de su comercialización,
se trata de un delito de “lesa humanidad”. Este el caso de China, que extirpa
los órganos de los condenados a muerte, justo después de ser ejecutados.
3. Las causas humanas del tráfico de
órganos. Mons. Sánchez Sorondo, presidente de esa Academia Pontificia,
explicó que una causa fundamental de este comercio es la existencia de una
sociedad que no se centra en la persona humana sino en el dinero, en la cual
los ricos quieren “vivir bien” y por eso “hacen de todo” para tener los órganos
que necesitan.
Y añadió que la
pérdida de la ética en los médicos es otra causa, ya que en este tráfico
siempre tienen que intervenir especialistas en trasplantes. “Se debe empujar la
ética, que los médicos involucrados recuperen la conciencia médica”, dijo. (Vatican
Insider, 7 feb. 2017)
4. Soluciones: “No al tráfico de órganos;
sí a donaciones éticas”. Para evitar ese tráfico, hay que fomentar la
cultura de la donación. Mons. Sánchez Sorondo explicó que “en los países en los
que no hay buenos médicos y no hay un sistema hospitalario (adecuado para la
donación) … y en los que la gente no tiene la conciencia de la posibilidad de
donar órganos, naturalmente existe el tráfico de órganos”.
Por eso, la
declaración final de la cumbre denuncia que “estas prácticas persisten también
porque algunos Estados no han sido responsables a la hora de responder a la
petición de trasplantes por parte de sus ciudadanos”. (I.
Scaramuzzi, Vatican Insider, 9 feb. 2017)
Todos tenemos
derecho a la salud, y si hace falta también a recibir un transplante, pero
nunca a costa de la vida o la libertad o la salud de un tercero. Por eso, es
importante que hoy se promueva una cultura de la donación de órganos, y que se
denuncie más tanto el tráfico de órganos como el turismo de trasplantes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Compártenos tu opinión