Año 12, número 597
Luis-Fernando Valdés
El fenómeno de los
menores de edad que dejan su país natal para buscar mejores oportunidades de
vida y trabajo es una gran “crisis silenciosa”, ya que no se suele hablar de
las tragedias que diariamente viven miles de niños y niñas que cruzan
ilegalmente las fronteras. ¿En qué consiste este drama?
Niños migrantes detenidos en la frontera de Estados Unidos y México (Foto: vanguardia.com.mx) |
1. La migración de menores en cifras.
Las asociaciones humanitarias denuncian la desaparición de cerca de 10,000
menores inmigrantes tras su llegada a Europa. Y sólo en Italia han llegado
16,800 menores no acompañados en lo que va de año, que acaban desapareciendo,
viviendo en la calle o en centros de detención. (Noticias
Terra, 13 oct. 2016)
En América Latina
las cifras son también son altas. Según un informe de la Cámara de Diputados de
México, tan solo en 2009, fueron deportados 21,220 migrantes mexicanos menores
de edad; y México devolvió a 4,010 menores de 18 años procedentes de Centro y
Sur América. (La migración
infantil, un problema acuciante, 2009, 2.2)
2. Los duros problemas de los menores
migrantes. Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) describe
que a los menores migrantes, por carecer de documentación, muchas veces, “se
les impide acceder a servicios básicos tales como la educación y la atención
sanitaria”.
Señala también que
“los niños migrantes corren un gran riesgo de explotación y son susceptibles de
caer víctimas del trabajo infantil”, y que “algunos de estos niños y niñas son
víctimas de trata”.
Con frecuencia,
añade el informe, “los niños migrantes experimentan maltratos, tales como
aislamiento, violencia, malas condiciones de trabajo, omisión del pago de
salarios y la amenaza de ser denunciados a las autoridades”. (OIT, Migración
y trabajo infantil)
3. El drama de la repatriación de los
menores. El procedimiento para devolver a los menores a su país de origen
es muy duro. Según la UNICEF México, es frecuente por parte de los menores
migrantes “sufrir maltrato institucional en el momento de la repatriación”. (Niñez migrante en las fronteras)
Según el ya citado
informe de los diputados mexicanos, los indocumentados sufren vejaciones como
“amenazas e insultos, repatriación sin recuperación de bienes personales y
cancelación de documentos injustificadamente, abuso de autoridad y extorsión,
golpes y lesiones y lo peor, abuso sexual de mujeres” (Un problema
acuciante, cit., p. 2)
4. Una voz por los niños migrantes. Ante
este panorama desolador, Francisco acaba de dedicar a los niños inmigrantes,
“los más vulnerables y sin voz”, el mensaje
para Jornada Mundial del Inmigrante y el Refugiado del 2017 (fechado el 13
oct. 2016).
Ahí el Papa
denuncia que las autores de los países de llegada no atienden a los niños
migrantes, sino que, en lugar de favorecer su integración social, o de
facilitarles “programas de repatriación segura y asistida”, se busca “sólo
impedir su entrada, beneficiando de este modo que se recurra a redes ilegales”.
Francisco explica la
dura situación de estos menores, cuando son detenidos: “puesto que no tienen
dinero para pagar la fianza o el viaje de vuelta, pueden permanecer por largos períodos de
tiempo recluidos, expuestos a abusos y violencias de todo tipo”.
La solución al
problema de los menores migrantes corresponde primero a los gobiernos de las
naciones que se comprometieron a implementar a la Convención de las Naciones
Unidas sobre los derechos del niño (1989). Pero también nos toca a todos los
ciudadanos, como actores de la opinión pública, hacer que este drama no caiga
en el olvido.
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