viernes, 9 de septiembre de 2016

Nueva reforma del Vaticano, ¿para qué?

Año 12, número 592
Luis-Fernando Valdés

Francisco decreta una reforma más en la Curia romana. ¿Es solo una estrategia para reducir la pesada burocracia vaticana? ¿Qué busca de fondo el Papa con esta medida?

Francisco y el Card. Turkson, Prefecto del nuevo
Dicterio para el Servicio del Desarrollo Integral.
(Foto de archivo: es.radiovaticana.va / Reuters)
1. La cuarta reforma de la Curia romana. Desde el inicio mismo de su pontificado, Francisco anunció reformas en la Curia romana. Después de crear una comisión de cardenales, conocida como “C9” (por el número de purpurados que la integran, el Papa ha hecho ya cuatro importantes reformas.
La primera de ellas fue creación de la Secretaría de Economía, que unificó todos los entes financieros de la Santa Sede. La segunda fue la Secretaría de Comunicación, que centraliza y unifica los diversos órganos de comunicación del Vaticano (periódico, radio, tv e internet). La tercera fue la recientemente creada Congregación de Vida, Familia y Laicos.
Ahora, el Pontífice creó (con fecha del 17 de agosto pasado) el nuevo Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. En este nuevo organismo confluirán, desde el 1 de enero de 2017, las competencias de cuatro Consejos Pontificios: a) el Consejo Pontificio Justicia y Paz, b) el Consejo Pontificio “Cor unum”, c) el Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes y d) el Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud. (Cfr. E. Piqué, La Nación, 31 ago. 2016)

2. Con la mira en las “periferias existenciales”. En el motu proprio que decreta la creación de este Dicasterio, indica que este organismo tiene como finalidad promover “el desarrollo humano integral a la luz del Evangelio y de la doctrina social de la Iglesia” (art. 1,2).
El Dicasterio buscará atender a las personas marginadas, que se encuentran en lo que Francisco llama “periferias”, pues sus competencias abarcarán todo lo que tiene que ver con “las migraciones, los necesitados, los enfermos y los excluidos, los marginados y las víctimas de los conflictos armados y de las catástrofes naturales, los encarcelados, los desempleados y las víctimas de cualquier forma de esclavitud y de tortura” (art. 3,2).

3. Un nuevo modelo colaboración. La versatilidad para atender estas necesidades humanas es una nota importante del nuevo Dicasterio. Por ejemplo, el Papa se encargará “ad tempus” personalmente de la sección que se ocupará los inmigrantes (art. 1,4).
Otro aspecto que muestra la apertura para buscar soluciones a los problemas actuales, es que los estatutos del organismo prevén una solución inédita: que fieles laicos puedan ocupar los puestos de Secretario y Subsecretario (art. 2,1).
Los fieles laicos que trabajen en el Dicasterio pueden provenir “de las diversas partes del mundo”, porque así “se refleja el carácter universal de la Iglesia” (art. 2,2). Podemos añadir, que esta regla facilitará que se elijan a las personas con mayor cualificación para atender la compleja problemática que enfrentará el organismo.

¿Para qué esta reforma? Estos cambios en el organismo central de gobierno de la Iglesia Católica tienen como objetivo poner en práctica uno de los mensajes centrales de este Pontificado: ayudar de manera concreta y directa las “periferias existenciales”.
Además, estos cambios en la Curia manifiestan una visión muy rica de la Iglesia Católica, como una comunión de pastores y fieles laicos de todo el mundo, comprometidos en la misma misión y, por tanto, con la misma responsabilidad de ayudar a los migrantes, a los enfermos, los marginados…  y a toda persona excluida. ¡Una gran visión solidaria está detrás de esta cuarta reforma!

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